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El Extranjero

El Cártel de los Soles ha estado a la sombra del presidente de Venezuela

El término Cártel de los Soles es utilizado desde el año 1993, ya que hacen referencia a las insignias de soles que distinguen los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

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El Cártel de los Soles, que engloba a los grupos al interior de las fuerzas de seguridad de Venezuela dedicada al tráfico de cocaína, es una organización creada antes de la llegada del fallecido Hugo Chávez y ha mantenido fuertes nexos con las ex Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC) en el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.

El 1 de abril 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ordenó “duplicar” el número de militares en Latinoamérica para luchar contra el tráfico de drogas en el este del Océano Pacífico y el Caribe, lo que incluye Venezuela.

Como parte de esa lucha, anunció la movilización de barcos navales hacia Venezuela a medida que se potencializan las operaciones antinarcóticos en el Caribe luego de una acusación de drogas de Estados Unidos contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Fiscales estadounidenses acusaron el 26 de marzo de 2020 de narcotráfico y corrupción al presidente Nicolás Maduro, heredero político de Hugo Chávez,  y a sus aliados más cercanos, lo que refuerza la reputación de la atribulada nación como Estado mafioso.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos formuló cargos contra Nicolás Maduro y 14 altos funcionarios venezolanos, incluidos jefes militares (presuntos operadores del Cártel de los Soles) y el presidente del Tribunal Supremo, quienes presuntamente usaron sus cargos para llenarse “los bolsillos con dinero de la droga”, según afirmó el fiscal general estadounidense William Barr.

El término Cártel de los Soles es utilizado desde el año 1993, y se dio ese nombre en referencia a las insignias de soles que distinguen los altos oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Cuatro soles en las insignias o charreteras para la más alta jerarquía de General en Jefe, tres soles para el grado de Mayor General, dos soles para el General de División y un sol para el General de Brigada.

El término habría sido utilizado cuando dos generales de la Guardia Nacional, el jefe antidrogas Ramón Guillén Dávila y su sucesor Orlando Hernández Villegas, fueron investigados por tráfico de drogas y delitos conexos.

Como comandantes de brigada, cada uno llevaba un sólo sol como insignia en sus hombros, dando lugar al nombre Cartel del Sol.

Más tarde, cuando surgieron acusaciones de que los comandantes de división –con dos soles por su rango– participaron en actividades de narcotráfico, el término se convirtió en el Cartel de los Soles.

En cierto modo es un término engañoso, ya que crea la impresión de que hay un grupo jerárquico, compuesto principalmente por oficiales militares, que fija el precio de la cocaína en el país.

Hay células en las principales ramas de las fuerzas armadas –el ejército, la Armada, la fuerza aérea y la Guardia Nacional, desde el más bajo hasta el más alto nivel– que esencialmente funcionan como organizaciones del narcotráfico, de acuerdo con artículo de InSight Crime.

Sin embargo, describirlas como un “cártel” en el estricto sentido de la palabra sería exagerado. No está claro cómo funcionan las relaciones entre esas células, aunque al parecer las rivalidades entre ellas han sido letales en el pasado.  

En la década de 1990 surgieron acusaciones sobre tropas de la Guardia Nacional venezolana aliadas con narcotraficantes, sin embargo, en términos generales, esto principalmente consistía en aceptar sobornos y mirar hacia otro lado mientras los traficantes movían su mercancía. Los militares no tenían conexiones directas con proveedores y en gran parte no movían ni almacenaban cocaína ellos mismos.

Durante la mitad de la primera década del año 2000 y ya en la era del presidente Chávez, elementos de la Guardia Nacional y otras ramas del ejército se hicieron mucho más activos en el tráfico de drogas. Células militares comenzaron a comprar, almacenar, transportar y vender cocaína, mientras que anteriormente su labor principal era extorsionar a los narcotraficantes que movían cargamentos de cocaína.

Tres acontecimientos significativos contribuyeron al auge del crimen organizado en Venezuela. En primer lugar, Colombia firmó el multimillonario Plan Colombia de seguridad con Estados Unidos, lo que permitió que las fuerzas de seguridad de Colombia presionaran a los grupos guerrilleros de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) como nunca antes. Esta presión militar obligó a los guerrilleros a mover sus operaciones a los estados fronterizos de Venezuela que eran poco vigilados.

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Luego, en 2002 ocurrieron dos hechos claves. El primero fue el final del proceso de paz entre las FARC y el gobierno del presidente Andrés Pastrana, con lo cual la guerrilla perdió su enorme santuario en el sur de Colombia, viéndose obligada a buscar otros refugios.

El segundo fue el intento de golpe de Estado que removió temporalmente al presidente Chávez del poder. Esto llevó a Chávez a centrar gran parte de su energía en la identificación y sanción de los golpistas, mientras lideraba otras intensas batallas políticas, como la huelga petrolera de 2002-2003.

Las consecuencias del golpe llevaron al gobierno de Chávez a reforzar su círculo de confianza, lo cual también significó que muchas posiciones influyentes en el gobierno o las oportunidades lucrativas de contratos les fueron otorgadas a militares leales. Se dio la sensación de que el gobierno asumió una posición de régimen pretoriano, con militares retirados o en servicio ocupando cargos importantes en estamentos del Estado.

Chávez también estableció áreas de operaciones militares a lo largo de la frontera, invocando el temor a una invasión estadounidense desde la frontera con Colombia. Situación que permitió a efectivos del ejército y de la Guardia Nacional se corrompieran por el narcotráfico.

El término Cartel de los Soles saltó de nuevo a la palestra gracias al periodista y concejal municipal Mauro Marcano, en 2004. Antes de ser asesinado a tiros, él acusó al comandante de brigada de la Guardia Nacional y director de inteligencia Alexis Maneiro, y a otros miembros de la Guardia Nacional, de vínculos con el narcotráfico.

El caso de Marcano sugirió una corrupción sistemática en la Guardia Nacional; sin embargo, el gobierno hizo un esfuerzo poco entusiasta para investigar su asesinato. No se abrió investigación contra Maneiro, y fue trasladado a una posición menos visible.

Durante este tiempo, hubo otras señales de que el narcotráfico estaba aumentando en Venezuela. En 2004 se llevaron a cabo una serie de incautaciones récord de drogas en el país: 32 toneladas de cocaína y 12 toneladas de heroína y marihuana.

En 2005 sucedió otro hecho que contribuyó al fortalecimiento de las redes del crimen organizado en el país, cuando Chávez acusó a la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus iniciales en inglés) de espionaje. Esto puso fin a los proyectos antinarcóticos financiados por EU, incluyendo una de las iniciativas que pudo haber actualizado la tecnología de Puerto Cabello, uno de los puntos de salida para los cargamentos de drogas más importantes del país.

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Otro caso que comenzó en septiembre de 2013, esta vez involucrando a una aerolínea comercial, resultó en el arresto de 28 personas, incluyendo a un teniente coronel y a otros miembros de la Guardia Nacional. El 10 de septiembre, un avión de Air France aterrizó en París con 1.3 toneladas de cocaína a bordo, empacadas en 31 maletas.

El avión había despegado del aeropuerto de Maiquetía en Caracas, el cual está controlado por la Guardia Nacional. Inmediatamente resultó claro que existía una extensa colaboración por parte de los miembros del ejército, pero a pesar de que se arrestaron a varios miembros de la Guardia Nacional conectados con el caso, todos eran oficiales de bajo rango.

Ya en la era del presidente Maduro, en 2014, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus iniciales en inglés) nombró al exjefe de inteligencia Hugo Armando Carvajal Barrios, quien posteriormente fue arrestado por fuerzas de seguridad en Aruba bajo requerimiento de las autoridades estadounidenses. Sin embargo, fue dejado en libertad rápidamente después de la intervención del gobierno holandés.

A este incidente le siguieron otros escándalos en 2015 cuando Leamsy Salazar, exjefe de seguridad presidencial de Chávez, acusó al entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello de ser uno de los líderes del Cartel de los Soles, y dos expolicías de alto nivel fueron acusados de narcotráfico por Estados Unidos.

En agosto de 2016, Estados Unidos abrió acusaciones federales en contra del ex director general de la Agencia Antidrogas de Venezuela, Néstor Luis Reverol Torres, y al ex subdirector de esa agencia, Edylberto José Molina Molina. El día después de que las acusaciones se volvieran públicas, el presidente venezolano Nicolás Maduro nombró a Reverol como el nuevo ministro de Relaciones Interiores.

Por: Por Alfonso López Orrante

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