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Los tomatillos silvestres son la herencia de la cocina mexicana que pocos disfrutan

La temporada de producción de los tomatillos silvestres comprende de noviembre a marzo

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PUEBLO VIEJO, Veracruz. En los mercados tradicionales, los tomatillos silvestres son un atractivo por su color, su tamaño y la fama de su sabor intenso, que aunque se puede disfrutar en cierta temporada del año, es considerado parte de la herencia y cocina mexicana.

De acuerdo con José Luis Gómez González, comerciante de Chinampa de Gorostiza en la zona norte de Veracruz, estos tomatitos rojos, unos de color menos intenso, son prácticamente un cultivo de traspatio, crece en racimos, para el autoconsumo que con buena producción permite su venta en los mercados tradicionales, tal como se oferta en el mercado rodante de Pueblo Viejo.

La temporada de producción de este fruto comprende de noviembre a marzo, prácticamente cinco meses y marzo es el último mes del año en el que se le puede encontrar en los mercados y disfrutarlo, por eso se incrementa su precio.

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La medida por bolsa se vende de los 15 a 20 pesos, pero también depende la fecha en la que se compre ya que en los meses de noviembre a febrero le pueden dar más producto por el mismo precio, lo que no sucede en este mes de marzo, en el que por el mismo precio la bolsa trae menos tomatillo.

El tomatillo silvestre puede ser usado como el tomate tradicional, en sopas, guisos, ensaladas, en salsas crudas o guisadas, aunque también es usado todavía para aliviar algunos malestares como fiebre, dolor de cabeza, o garganta; tratar enfermedades en la piel e incluso como ofrenda en algunos rituales prehispánicos.

A pesar de la importancia de esta valiosa planta, existen varios factores que amenazan su conservación, como reducción en el cultivo de la milpa a pequeña escala, el uso excesivo de herbicidas y la falta de divulgación sobre su importancia.

Esta planta crece en asociación con otras especies como el maíz, frijol y calabaza, lo que permite el establecimiento de una comunidad biológica, donde uno depende del otro y cuando uno se afecta trae consecuencia para el resto del sistema.

Es por este tipo de frutos que los mercados tradicionales siempre resultan un atractivo por la gran variedad de productos que ofertan como el tomatillo silvestre, que es una tradición en la cocina huasteca, principalmente aquellos que proceden del campo, una exquisitez que solo se puede disfrutar cierta temporada del año.

Alfredo Márquez | El Sol de Tampico

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