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Seguridad

La Sedena busca fortalecer su imagen institucional con clases de zumba y botargas

Su estrategia incluye el uso del “Sargento Bravo” y fotografiar sólo a soldados delgados

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En medio de las filtraciones de documentos de la Sedena y la polémica por la extensión de las labores del Ejército Mexicano en actividades públicas y en tareas de seguridad, el llamado “pueblo uniformado” por el presidente Andrés Manuel López Obrador busca eventos de acercamiento social y fortalecer su imagen institucional con clases de zumba y amenizar sus actos con botargas.

Los elementos castrenses tienen indicaciones muy precisas a la hora de dar entrevistas, pues deben mostrar un escritorio con exceso de papeles o desarreglado organizar clases de zumba y aeróbics dentro de los campos militares, o el uso de la botarga “Sargento Bravo” en las actividades castrenses.

En un documento interno del Ejército y la Fuerza Aérea titulado Guía Práctica para voceros del Ejército, el área de Comunicación Social de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) también instruye a los voceros “evitar el ‘off the record’ (confidencial o extraoficial) y evadir ‘el chacaleo’ (entrevistas de banqueta)”.

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También se exhorta a los voceros castrenses evitar repetir durante las entrevistas “palabras sensibles que son expuestas por los reporteros, tales como ‘problemas’, ‘obstáculos, ‘retos’, ‘adversidades’, ‘opinión’, entre otras”.

Que en las grabaciones de entrevistas -instruye la Sedena a sus voceros- “aparezca en el fondo personal relajando la disciplina (con las manos en las bolsas, usando teléfonos, platicando y jugando)”.

En el documento -que forma parte de los millones de correos electrónicos que fueron extraídos a la Sedena por el grupo de hackers Guacamaya- también se pide que en las fotografías que se utilicen para la imagen institucional figuren “personal de arma o servicio (mujeres y hombres) de buena presentación y complexión delgada”.

Evitar que el personal militar con sobrepeso aparezca en el primer plano en ceremonias o eventos. No realizar tomas fotográficas a personal que dé mala presentación en su persona. En hombres: cabello corto, barba rasurada; no usar joyas ni relojes. En mujeres; cabello recogido, aretes y maquillaje discreto”.

Entre esos eventos de acercamiento social que los militares deben organizar están los paseos dominicales, cabalgatas con asociaciones civiles y actos de ciclismo de ruta.

El documento instruye a que los jueves de cada semana deben “invitar a escuelas de educación básica para que presencien los honores a la bandera, así como la lista y parte que se realizan en los organismos de este instituto armado”.

Otras actividades que pide la Sedena a sus voceros en la nueva estrategia de comunicación social de la institución son las de organizar “conciertos presenciales en espacios turísticos o culturales”, y “flashmob” (acción organizada en la que un grupo de personas se reúne de repente en un lugar público y luego se dispersa rápidamente) con músicos militares”.

Para entrevistas con medios de comunicación, el manual castrense instruye a sus voceros “evitar hablar de temas sensibles o que no son competencia de la Sedena, que pudieran afectar la buena imagen del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”.

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También se exhorta a los portavoces militares a que en estas entrevistas con la prensa se evite “dañar la imagen de algún otro organismo público o privado, así como de personas y/o políticos”; “desprestigiar a corporaciones de seguridad” y no usar “relojes, pulseras, anillos o aditamentos en las manos”.

Después de toda entrevista con algún medio de comunicación -de acuerdo con el manual de la Sedena-, los voceros deben entregar un cuestionario en el que tienen que responder a 44 preguntas sobre el desarrollo del diálogo con el o los periodistas.

En el cuestionario se pide responder si indicó al entrevistado que “evite emplear los términos Secretaría de la Defensa Nacional y/o Fuerzas Armadas, debiendo posicionar la frase Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”.

Otra instrucción a los voceros del Ejército que concedan entrevistas es la de “evitar familiaridades con los periodistas a fin de que no sea cuestionado de otros temas fuera de lo autorizado”.

La pregunta 23 del cuestionario que deben responder los voceros de la Sedena después de las entrevistas con medios para cuidar la imagen de la institución es “¿Se ratificó al entrevistado que se apegue a las líneas comunicacionales autorizadas para la materialización del reportaje y/o entrevista?”.

En la pregunta 24 se pide al vocero militar responder si “gestionó ante el reportero la oportunidad de volver a grabar alguna parte de la entrevista en caso de que el entrevistado muestre nerviosismo o confusión con alguna pregunta que se le pueda hacer”.

Rivelino Rueda | El Sol de México

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