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Sonora

Por bajos salarios, nadie quiere trabajar en la construcción o turismo en Mazatlán

Esto, porque existe un importante crecimiento en el sector inmobiliario

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MAZATLÁN, Sinaloa. Debido a los bajos salarios que se ofrecen hay una escasez de trabajadores en los sectores de la construcción y el turismo de este puerto que obliga a los empresarios a replantearse la forma de operar y de incorporar a sus empleados.

Ernesto llegó de Oaxaca a Mazatlán junto con cuatro compañeros para trabajar en la construcción de una torre de condominios en la zona turística; el hombre de 40 años dejó a su esposa y dos hijos en una comunidad del municipio de Cosoltepec para venir a probar suerte con una mejor oportunidad de empleo.

Y es que debido al boom inmobiliario que se registra en el puerto, la industria de la construcción se ha enfrentado a la falta de personal, por la gran cantidad de obras en desarrollo que hay actualmente.

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Los trabajadores tuvieron que viajar 20 horas en un autobús para estar en el puerto; llegaron agotados, pero con la esperanza de poder ganar un dinero que en su tierra se tardarían el doble de tiempo en obtenerlo.

Esta crisis laboral por la falta de mano de obra no solo se presenta en el sector de la construcción, sino también en el turístico, pero ahí la situación cambia drásticamente. Los sueldos bajos son el factor principal de la escasez de personal, ya que luego de la pandemia del Covid-19 muchas personas, los jóvenes sobre todo, descubrieron que hay otras rutas para ser productivos y tener mayores ingresos.

La realidad es que mientras los contratistas han optado por traer personal fuera de Sinaloa, con el fin de que la obra siga en su proceso, lo que representa pagarles alojamiento y viáticos; los hoteleros han tenido que replantearse las condiciones laborales que ofrecen a sus trabajadores para poder mantener en pie sus empresas.

Neto, como lo llaman sus compañeros, dice que en su pueblo gana muy poco de albañil, apenas 172 pesos diarios (alrededor de mil pesos a la semana) y casi no hay trabajo; en el caso de Mazatlán, el sueldo es de poco más de dos mil pesos a la semana.

“Me contactaron y me pidieron que consiguiera cuatro albañiles más para venir a trabajar, está lejos, pero nos van a pagar bien, ocho mil 400 pesos al mes y nos contrataron por tres meses”, dice.

La otra cara de la moneda es Jesús “N”, quien por más de 15 años fue cocinero en una reconocida cadena hotelera y fue despedido en el 2020 por la pandemia del Covid-19. Ahora, él prefiere buscar empleo en otra cosa que trabajar en un hotel 12 horas por un sueldo bajo.

“Yo conozco a muchas personas que estudiaron Turismo, que han sido meseros, recepcionistas, que optan por trabajar en otros lugares, pues el sueldo es bajo, el trabajo esclavizado, horas extras, sin ser pagadas”, afirma.

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Vivir con el salario mínimo en la actualidad es casi una misión imposible, la situación económica es cada vez más difícil, pues con el sueldo de un trabajador es complicado mantener a una familia.

Y más ahora que la inflación en México apretó con mayor fuerza el bolsillo de los ciudadanos. En agosto, los precios crecieron a una tasa anual promedio de 8.67 por ciento, su mayor nivel desde diciembre del año 2000, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en la zona sur, Guillermo Trewartha Domínguez, comenta que hace unos meses hacían falta trabajadores de albañilería, pero que ahora también han empezado a escasear eléctricos, yeseros y pintores, quienes son responsables de los acabados de este tipo de proyectos.

Señala que en los proyectos de obras privadas, los contratistas traen sus equipos de trabajo de otros estados del país, como Oaxaca y Chiapas principalmente.

“Lo que sí está dando mucho trabajo es la mano de obra, oficiales, yeseros, albañiles, electricistas están difíciles de conseguir en la ciudad, se está importando mucha gente de otros lados, porque aquí en Mazatlán no se consigue gente”.

Menciona que en los últimos meses la fuerte demanda de mano de obra para nuevas obras no solo los beneficia a ellos, sino a toda la cadena de proveeduría en la construcción.

Según información de Planeación, en este año se tienen contemplados en Mazatlán 15 proyectos de construcción grandes, como hoteles y torres de condominios, así como fraccionamientos.

Para el director general de grupo El Cid, Carlos Berdegué Sacristán, el sector hotelero se tendrá que adecuar a los cambios y entender la realidad que ha dejado la crisis de la pandemia del Covid-19, pues de lo contrario seguirán padeciendo la escasez de personal.

Han sido diversos factores, como alta demanda de trabajadores, sueldos bajos, condiciones laborales que no son atractivas, pero sobre todo, que los jóvenes, a raíz de la crisis sanitaria, optaron por el emprendimiento.

Reconoce que la forma de trabajo y contratación de plazas ya no es como se hacía hace dos años, ya que los empleados ya no quieren trabajar largas jornadas, quieren ganar mejor y sus ambiciones son diferentes.

“Eso nos exige replantearnos qué les vamos ofrecer para mantenerlos o lograr que se incorporen a nuestras empresas, sí hay gente que quiera hacerlo, pero no como lo veníamos haciendo antes de la crisis del Covid-19”.

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Los hoteles y restaurantes ya han tenido que mejorar las prestaciones y sueldos. En promedio, el sueldo base de un mesero es de cinco mil pesos al mes, más propinas; el lavaplatos gana 6 mil pesos, al igual que un camarero. Un bell boy se lleva apenas 4 mil 500 pesos, una recepcionista gana 6 mil y los agentes de seguridad obtienen hasta 11 mil pesos.

Berdegué Sacristán señala que la crisis por la falta de mano de obra no sólo se presenta en México, sino también a nivel mundial, donde líneas aéreas tuvieron que dejar de trabajar el 30 por ciento de sus asientos en Estados Unidos y en España porque que les ha costado encontrar gente dispuesta a laborar.

También hay un fuerte problema de afectación psicológica que trajo la pandemia. Berdegué Sacristán asegura que por ello, Grupo el Cid ha incorporado a un psicólogo para las propiedades en Mazatlán y otro para Cancún.

“Estamos rehaciendo un programa de capacitación para dar más apoyo psicológico integral, porque de nada te sirve dar el apoyo al trabajador, te regresas a tu casa y ahí tienes los problemas, entonces tenemos que trabajar con la familia completa”, expresó.

En este sentido, recomendó estar prevenidos porque las crisis sanitarias serán constantes y los cambios globales de la economía siempre surgirán.

El empresario hotelero José Ramón Manguart Sánchez reitera que Mazatlán actualmente tiene mucha oferta de trabajo en el ramo turístico, pero que no tiene la cantidad de personas que se ocupa para cubrir estas vacantes.

En el puerto hay actualmente 12 mil 416 habitaciones de hotel, más alrededor de 5 mil de renta vacacional. Cada hotel requiere mínimo de dos trabajadores para cada área, pero hay quienes solo tienen uno, como recepción, camaristas, mantenimiento, seguridad, entre otros.

“Es un buen problema, porque con todo este tema de la construcción, donde se ha venido gente a trabajar de otros estados por la misma dinámica y la necesidad de más gente, para el área turística no es algo fácil, por la labor que implica la actividad, ya que es muy demandante”, dice.

Hemos tenido que buscarle, ingeniárnoslas para armar un buen equipo, estable, se ha tenido que trabajar también en mejorar el ambiente laboral y los sueldos”.

Admite que muchas personas evitan emplearse en lo que tiene que ver con la actividad turística por lo demandante que resulta, por ello actualmente hacen sinergia con las universidades en ese sentido, para mostrar lo que es el turismo, lo que representa para la ciudad y de esa manera despertar el interés, para que los jóvenes se involucren.

“En los años recientes ha habido una baja en la matrícula de los jóvenes que estudian Licenciatura en Turismo y lo entiendo, porque las generaciones que se graduaron del 2010 al 2012, cuando había situaciones complicadas de inseguridad en Mazatlán, tuvieron que optar por buscar otras alternativas distintas al turismo, porque cuando ellos egresaron no había oportunidades porque estábamos en sobrevivencia en esos tiempos. Hoy en día estamos en una situación muy diferente, pero se ha vuelto complicado”.

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El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera de Mazatlán, Rodrigo Becerra Rodríguez, reiteró que el problema más grande de los restaurantes en la actualidad es la falta de trabajadores

Insiste que es mucha la oferta de trabajo y poca la gente que busque empleo, por lo que la situación representa un gran reto para los restauranteros que quieren abrir un nuevo negocio.

“Para hacer nuestros equipos ha sido muy difícil, ponemos anuncios en el periódico, por redes sociales y la gente no viene, es el reto de la gente que está creciendo en sus negocios, el impedimento primordial es la falta de gente que quiera trabajar, y es que todos buscan emplearse donde ganen más, eso es una realidad”.

Marimar Toledo | El Sol de Mazatlán

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