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La Opinión

La herencia maldita de Donald Trump

Hace 18 meses dejó la Casa Blanca Donald Trump, pero se quedó su sello en materia social, política, económica y de salud

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Hace 18 meses dejó la Casa Blanca el magnate inmobiliario Donald Trump, claro no sin antes dejar su sello impregnado en el futuro de Estados Unidos en materia social, política, económica y de salud, pero además con la firme convicción de que no perdió las pasadas elecciones presidenciales sino que se las robaron. 

Durante su cuatrienio de Trump, tuvo la oportunidad de nominar a tres magistrados (Neil M. Gorsuch, Brett M. Kavanaugh y Amy Coney Barrett) todos de tendencia conservadora, eso inclinó la balanza en la Corte Suprema de nueve integrantes (seis conservadores y tres liberales).

Esa decisión, que tendrá incidencia en las próximas dos décadas al menos, ya empieza a dar sus primeros frutos y es posible que abra pasó para que le trumpismo republicano se haga del control de las Cámaras baja y alta en las próximas elecciones de mediano término a celebrarse en noviembre.

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La decisión de la Corte Suprema estadounidense de revocar la sentencia Roe v. Wade de 1973, el pasado 24 de junio, que estableció el derecho de aborto en todo Estados Unidos, abrió la puerta para que algunos estados americanos, controlados por los Republicanos, prohibieran este derecho.

La mayoría conservadora concluyó que “la facultad de regular el aborto” debe ser devuelta “al pueblo y a sus representantes electos”, según el texto redactado por el juez Samuel Alito.

El origen de la sentencia se remonta a un caso específico, el de Dobbs contra la Organización de Salud Femenina Jackson, en el que se impugnaba una ley de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas, incluso en casos de violación.

Lynn Fitch, la fiscal general de Mississippi, pidió a la Corte Suprema inicialmente que mantuviera la ley de su estado, pero luego dio un paso más y pidió que se eliminara la histórica decisión Roe vs. Wade de 1973.

Es sin duda una regresión social, de más de 50 años, se puede estar de acuerdo o no con el aborto, pero es un derecho que las mujeres de casi todo el mundo han ganado con una larga lucha por sus garantías, ahora el riesgo de muerte es más alto al pasar a la clandestinidad en estados como Texas o, en el menor de los casos, persecuciones para juzgar a quien se sometan a este tipo de intervenciones.

El asunto es que el ala conservadora, no va a dejar de pasar la oportunidad de poner las cosas como ellos creen que deben de ser de acuerdo con su preferncia moral, pero mientras esa forma de pensar comienza a tomar fuerza en Estados Unidos, en buena parte del mundo las mujeres van ganando más derechos, es paradójico que la primera potencia mundial esté saltando para atrás en el rubro social.

La Corte Suprema también limitó, la semana pasada, el poder del presidente Joe Biden para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y respaldó al entrenador de futbol americano de una escuela que rezaba en el campo, tras los partidos.

Son decisiones que, individualmente y en conjunto, han provocado numerosos cuestionamientos entre académicos, historiadores y estudiosos de la Corte Suprema, quienes señalan que estas posturas muestran un giro hacia un “conservadurismo extremo” y una “politización” de una de las instituciones más respetadas por años en Estados Unidos.

Los veredictos tomados las semana pasada pusieron otra vez el acento en la independencia de la Corte y en su cercanía a ciertas posturas políticas, que de una forma o de otra, millones de personas se verán beneficiadas o perjudicadas según sea el caso, pero sobre todo impacta a las nuevas generaciones con una tendia más progresista. 

Hay más que decir, el alto tribunal anuló también, con 6 votos a favor y 3 en contra, una ley de más de 100 años que restringía la tenencia de armas en la vía pública en el estado de Nueva York.

Portar un arma de fuego allí en público requería hasta ahora una licencia especial y para obtenerla era necesario demostrar una causa justificada (similar a lo que ocurre en otros estados, como California, Hawái, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island). 

En representación de la mayoría que respaldó el fallo en la Corte Suprema, el juez Clarence Thomas argumentó que la Constitución protege “el derecho de un individuo a portar un arma de fuego para su defensa propia fuera del hogar”. Sin tomar en consideración que en lo que va del año Estados Unidos ha registrado más de 250 tiroteos. 

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Así mismo , la Corte Suprema anuló un programa del gobierno de Maine que no permitía que los fondos públicos se destinarán a escuelas religiosas. La votación, otra vez, fue de 6 a 3 y la opinión de la mayoría alegó que el estado discriminaba a las escuelas religiosas por su enseñanza de la fe.

La Corte ya puso las cartas sobre la mesa, las futuras decisiones que tomo ese poder estarán sesgadas por esa mirada conservadora que a querer o no, marcará una nueva era en la sociedad estadounidense, que comienza a tener a unos tomaderes de deciones más cercanos al extremismo islamista. O usted ¿qué cree?  

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