China da grandes pasos para la conquista de América Latina

China sigue adelante con su proyecto de expansión por todo el mundo, pero con especial énfasis en América Latina, en el marco de la iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda, una medida que está haciendo que Estados Unidos cada vez pierda más influencia en la región.

La Iniciativa de la Franja y de la Ruta de la Seda fue anunciada por el presidente chino Xi Jinping en 2013, consiste en desarrollar una amplia gama de proyectos de desarrollo e inversión por Asia Oriental, Oriente Medio, América Latina y Europa. Todo esto supone una de las herramientas de poder blando más importante de todo Beijing, a la hora de expandir y fortalecer su presencia e influencia a nivel mundial.

La respuesta de Estados Unidos oscila entre la crítica y la histeria, porque es inocultable que el avance de China socava la noción de que América Latina es el patio trasero de EU. El almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de EU, dijo hace unos días a NBC News: “La influencia china es global, y está en todas partes en este hemisferio, y avanza de manera alarmante”.

Lee: Lorenzo Córdova dice que usaron la revocación de mandato para descalificar al INE

El asunto es que el pasado domingo, el presidente argentino Alberto Fernández se reunió en Beijing con su homólogo chino, Xi Jinping, y firmó acuerdos para la incorporación del país sudamericano a la iniciativa china del Cinturón y Ruta de la Seda, que involucra financiamientos del gigante asiático por 23 mil 700 millones de dólares.

Los avances de China son notables, en 1955, solamente 23 países del mundo mantenían relaciones diplomáticas con la República Popular China, fundada en 1949″.

En la actualidad más de 2 mil 500 empresas de China se encuentran tan sólo en América Latina. Según datos de la Cepal, el intercambio entre América Latina y el Caribe y China creció 22 veces en los últimos 14 años.

Fernández, quien visita a China en el marco de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, mantuvo una reunión “cordial, amistosa y fructífera” con su colega chino, en la que se selló el ingreso de Argentina como uno de los más de 140 países al Cinturón y Ruta de la Seda, una iniciativa diplomática china para ampliar su influencia estratégica en el mundo, mediante el impulso del comercio, la integración de mercados, financiamiento e inversiones multimillonarias del gigante asiático.

David Arase, profesor del Hopkins-Nanjing Center, aseguró que “la cantidad y distribución de proyectos de inversión portuaria es impresionante y puede hacer que la Ruta de la Seda Marítima de China circunnavegue el mundo, desde el Pacífico Sur hasta América Latina, a través del Canal de Panamá y el Caribe hasta Brasil, y luego a los puertos del Cinturón y la Ruta en África Occidental”.

Mientras, Estados Unidos se ahoga en su propio vaso de agua con una política interna que no acaba de cuajar y que tiene al presidente Joe Biden, en los peores niveles de credibilidad al inicio de su segundo año de gobierno, una situación que se agudiza por una pandemia de Covid-19 y una crisis bélica con Rusia por Ucrania que, dicho sea de paso, parece una guerra de amagos.

Lo cierto, es que Argentina es el primer país de gran tamaño de Latinoamérica en incorporarse en esa iniciativa que han adoptado naciones en desarrollo y que es vista con cierto recelo por países más ricos, como Estados Unidos. Fernández es uno de los dos líderes latinoamericanos que acudió a la apertura de los Juegos de Invierno, junto al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso.

La presidencia argentina detalló que con los acuerdos firmados por ambos líderes, la nación sudamericana recibirá financiamiento en dos tramos, uno inicial de 14 mil millones de dólares divididos en diez proyectos de infraestructura y otros 9 mil 700 adicionales dentro del mecanismo para adherirse a la iniciativa china.

China también dio un espaldarazo a Argentina en sus “esfuerzos para preservar la estabilidad económica y financiera” y se comprometió a “incentivar un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio y las inversiones y facilitar a las empresas de ambos países la rebaja de los costos y la reducción del riesgo de cambio”, según informó el gobierno sudamericano.

Lee: Los partidos políticos deben promover la revocación de mandato: Mario Delgado

En cuestiones diplomáticas, Argentina reiteró su apoyo “al principio de una sola China”, mientras que el gigante asiático mostró el suyo al conflicto sobre las islas Malvinas o Falklands que desde hace décadas enfrenta al país sudamericano con reclamos por su soberanía con Gran Bretaña.

Estas declaraciones, se suman a la ola de problemas que padece el primer ministro británico Boris, Johnson, presionado también por el conflicto de Ucrania y Rusia; Por una serie de fiestas prohibidas durante los confinamientos –una de ellas un día antes de los funerales de príncipe Felipe– y un creciente desabasto por falta de manos de obra consecuencia del Brexit.

Asia y China representan casi un tercio del volumen de inversión extranjera directa que ingresa en América Latina y el Caribe. Entre ellas destacan las negociaciones para construir una nueva planta de energía nuclear en Argentina y las inversiones en puertos e instalaciones portuarias, con proyectos en México y Centroamérica, Bahamas y Cuba, Panamá, Perú, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile.

La Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda se asienta sobre acuerdos multimillonarios para préstamos e inversiones en petróleo y minería en Sudamérica, algo que Beijing empezó a hacer en la década de 1990.

Venezuela ha recibido 62 mil millones de dólares en préstamos chinos. Brasil debe 42 mil millones, Argentina 18 mil y Ecuador pidió 17 mil millones.

La presencia china en América Latina es ya inevitable y sería muy importante que Estados Unidos hiciera un alto y volteará hacia su llamado patio trasero, aunque Biden diga que no nos ven así, para frenar una tendencia de desdén que inicio de manera agresiva el presidente Donald Trump y que ahora con Biden no ha cambiado mucho, sólo que ahora es de bajo perfil.

Para América Latina la expansión de China tiene más beneficios que prejuicios, pero no hay que dejar de lado que Beijing utiliza su política de inversión cuando necesita que su imagen no se deteriore, baste recordar el conflicto con Australia por el origen del Covid-19, de alguna forma o de otra nos estamos poniendo en sus manos a querer o no. O usted ¿Qué cree?