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Wolf Alice regresa con un tercer disco y con gira

Joff Oddie, cofundador y guitarrista de la banda inglesa, festeja el regreso a los escenarios después del “gran encierro” por la contingencia sanitaria

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Foto: Cortesía Jordan Hemingway

Wolf Alice, grupo inglés que ha editado solo tres discos, dos de ellos ganadores del prestigioso Mercury Prize. Consumados músicos, dueños de un superlativo gusto sónico, la pareja de Ellie Rowsell y Joff Oddie comenzaron como un dueto acústico para conformar su alineación definitiva en 2010, junto con Theo Ellis y Joel Amey.

Su último disco, titulado Blue Weekend, está enlistado por la crítica como uno de los mejores del 2021, y Joff Oddie, cofundador, compositor y guitarrista de la banda, habla desde su casa en el norte de la ciudad de Londres, de la atávica fuente del mejor rock del planeta.

Después de su reciente gira por Estados Unidos, comenta que “acabamos de regresar y ya estamos esperando nuevas aventuras para este año. Los conciertos en Nueva York fueron fantásticos… Aunque fue nuestra primera gira propiamente en Estados Unidos, y la primera en dos o tres años, fue muy interesante porque el nuevo disco (Blue Weekend) ha sido una sorpresa en términos de crítica y popularidad, así que tenemos que invertirle más tiempo a esta nueva gira y eso significa que cada concierto es una gran celebración, sobre todo después de esa sensación de todo lo que perdimos por el encierro… ¡Cada uno de nosotros pensó que ya no haríamos esto nunca! Así que volver a tocar en vivo conlleva un gran agradecimiento hacia el público por permitirnos vivir de tocar música alrededor del mundo, algo que es fantástico”.

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Respecto a grabar un nuevo disco, señala que es buena idea, aunque mucha gente piensa que deberíamos esperar para hacer un disco en vivo, yo creo que es algo que deberíamos considerar.

Indica que “hay aspectos técnicos, en términos de lo que haces físicamente con los instrumentos, que requiere que exista un público que te dé una respuesta y que te ayuda a entender si lo estás haciendo bien o debes cambiar algo… El público siempre te ayuda a hacerlo de una manera que tú ni siquiera te imaginaste que podías hacerlo”.

Pero por el lado humano, abunda, lo más importante que tenemos es la conexión entre nosotros, de cualquier tipo… Y claro, como músico, un concierto se convierte en una experiencia muy valiosa como existen pocas en ese nivel de comunicación, ya que todos están ahí contigo enfocándose, con un solo propósito que es trascender con la música, ya sea tocándola o escuchándola. De hecho estuve platicando con una chica afuera del concierto de Nueva York, y me contó que había tenido serios problemas de salud mental y que disfrutaba de ir a conciertos de rock porque literalmente ahogaba todos sus pensamientos negativos en los sonidos que se producían en el concierto, así que la música puede ayudarnos en formas inimaginables.

Hablando de cosas inimaginables, ¿el nombre de la banda tiene que ver con la escritora Angela Carter?

(Ríe!) Me has caído muy bien y déjame decirte que toda la parafernalia que existe alrededor de ese dato en Google no es cierta. Me encantaría decirte que escogimos el cuento porque es profundo y lleno de símbolos para meternos en una plática profunda sobre la literatura, pero la verdad es que el libro estaba precisamente al lado de nosotros en la librería donde nos reunimos para charlar y planear la formación del grupo, y de pronto alguien tomó el libro sin leerlo y en el índice vio el título Wolf Alice… Y sencillamente después de horas de discusión, sin más nos encantó a todos para nombrarnos como grupo. Podría ser profundo y explicar otra cosa, pero te estaría mintiendo y ya es tiempo de romper con ese mito.

Claro que existen varios paralelismos, si le rascas intelectualmente al cuento y a las letras, pero no es nada intencional. Siempre puedes encontrar algún sentido a todo lo que haces, pero creo que la vida resulta más divertida si no lo haces todo el tiempo, apunta.

Cuando descubrí a Wolf Alice recordé lo necesaria que resulta la obsesión por el detalle hoy en día, en una industria que ya no lo hace y al desinterés de varias generaciones por hacer las cosas a la perfección. Con un diseño sónico abrumador, Wolf Alice se destaca entre sus pares por un espíritu que retrata a la perfección el hoy y el ahora, gracias a sus consumadas letras y a un casi sexto sentido de la melodía.

Hablando de Blue Weekend, se escucha tan perfecto y me gustaría saber si ¿tienes oportunidad de improvisar o simplemente planean todo al grabarlo?

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La improvisación es para mí una herramienta de composición principalmente, y hay ocasiones en el estudio en las que puedes decir que dejen un pedazo de la canción en loop y darte oportunidad de improvisar algo con la guitarra, pero eso es muy raro, ya que casi siempre todo nos gusta cómo queda construido… Tomamos muy en serio esta etapa, ya que por ejemplo Blue Weekend nos tomó casi un año generar los demos; literalmente teníamos un montón de canciones y usamos el estudio como un espacio para ensayarlas y eventualmente grabarlas en vivo, pero no como algo terminado… Trabajamos y trabajamos los demos y así las grabamos, pero no quedaron muy lejos de las últimas versiones, para ver cómo se acomodan en la idea que teníamos del disco como una unidad completa. Así que respondiendo a tu pregunta, es un proceso muy largo y laborioso lo que hacemos para un disco.

Para sus tres discos han tenido diferente productores: Markus Dravs para Blue Weekend; Justin Meldal-Johnsen para Visions of a Life (2017) y Mike Crossey para My Love is Cool (2015): ¿Cómo escogen a sus productores?

Mike Crossey (quien ha trabajado con Arctic Monkeys y The 1975) creo que nos fue recomendado por el sello discográfico; trabajó muy cerca de nosotros en Londres y como dicta su experiencia en otras producciones hizo un disco con un gran sonido.

Para el segundo disco anduvimos preguntando y averiguando, ya que teníamos tiempo suficiente, así que pensamos que Justin (Beck, NIN, Air, St Vincent), quien era una muy buena opción, porque es un gran productor además de buen músico; de hecho, para mí es el mejor bajista hoy en día en el mundo. Recuerdo haberlo visto con Beck en el escenario, pero además como productor musical y me pareció simplemente impecable, además de que trabaja en el grupo de progresivo/ambiental M83, así que tiene un gran espectro como músico y productor… Preferimos trabajar con gente que es multifuncional y que tiene una visión más amplia, porque así nos alimentan con nuevas ideas para no terminar haciendo un disco con cualquier sonido atractivo que termine siendo como el nuevo disco de Bono… Justin fue la persona perfecta para trabajar y por esas capacidades increíbles.

Con Marcus Dravs quisimos precisamente aprovechar su experiencia con grupos como Arcade Fire, pero también sus discos comerciales/alternativos como los de Mumford & Sons, Coldplay o King of Leon. Él trabajó siempre con una actitud abierta a probar cosas nuevas y a darnos algo extra, con gran energía.

Desde que escuche “How can I make it OK?” se convirtió en mi favorita de este nuevo disco. ¿Cómo hacen para escoger las canciones definitivas después de tener tantas opciones?

Es muy difícil, en parte porque lo hacemos durante el proceso de generar los demos y trabajar las mejores versiones posibles. Además, cuando comienzas a grabar o inclusive a componer un disco, estás lleno de ideas que recolectas de tu tiempo libre cuando estás en gira y a tocar tus canciones alimentándote del público, pero además compartes con los miembros de la banda esas ideas. De esas 40 ideas de canciones propias, después de compartirlas quedan 25 máximo y entonces hacemos los demos y naturalmente las que sentimos que son las mejores son las que se quedan a la etapa final. Este mecanismo nos ayuda a hacer una selección casi natural de 14 canciones que producimos finalmente, para dejar un par fuera porque no encajan en el contexto del disco completo.

Sé que has intentado tocar el violín en sus discos. ¿Te gusta la música clásica?

Me gusta alguna, pero no puedo decir que soy un experto en música clásica… Me gusta lo más simple de Debussy o Philip Glass, además de Arvo Pärt. La complejidad de la música clásica no siempre es lo que me gusta, prefiero las cosas simples.

Cuando escucho “Feeling myself” me parece escuchar el espíritu de Elgar.

(Ríe) ¿De verdad? La canción tiene una sección prominente de sintetizadores que tal vez se pueda ligar a Elgar… ¡Creo que es la mejor comparación que nos han hecho… Lo compartiré con mis compañeros de la banda, porque es la primera vez que nos ponen tan alto!

Blue Weekend comienza con un track llamado “The beach” y termina con otro titulado “The beach II”, ¿por qué?

Esas partes de “The beach” nos sirven como pasadizos para contar la narrativa de todo el disco… y es la primera vez que lo hacemos así, como un álbum conceptual, gracias a esos dos tracks. Para mí, el disco comienza en un lugar mórbido y desfragmentado. Creo que a través del disco hay varios cortes que explican experiencias desastrosas, terribles, adversas, que se reconcilian o que tal vez se aceptan conforme avanzas en el disco. Por ejemplo, “The beach II” fue creada mucho después de haber terminado la grabación original aprobada y era una canción diferente, con una letra diferente. Pero un día Ellie estuvo en el estudio, tratando de encontrar sentido a algunas canciones y nos mostró otras letras para la misma música de ese corte y resultó una gran celebración sobre la amistad y el amor. Entonces decidimos terminar así el disco, después de haber comenzado en un lugar tan oscuro y terrible, ya que se siente como un viaje sentimental gracias a utilizar ambos cortes como capítulos consecuentes de una misma narrativa, una que comienza terrible y otra que termina positivamente… Como nos gustaría que fuera nuestra vida hoy en día.

¿Cómo se dividen el trabajo dentro de la banda en términos de composición, producción o incluso para las entrevistas? ¿Te sientes seguro dentro del grupo?

¡Pues qué has escuchado! (Ríe) Claro que me siento seguro. Creo que es natural para un equipo, sobre todo para uno exitoso como Wolf Alice, que se dé la especialización, ya que para mí los aspectos particulares del negocio musical son muy aburridos, pero como tocamos diferentes instrumentos pues obviamente se da una división de funciones dentro de la banda, que es en sí misma un negocio, así que tengo confianza en mis compañeros que se dedican a todo el asunto de las cuentas y las ganancias y todo eso.

¿Qué sigue para ustedes? ¿Ven posible tocar en México?

Estoy desesperado, al igual que todos los miembros de la banda, porque no hemos ido todavía. Pero vamos a enfocar los talentos de nuestro manager para lograrlo, ya que es tiempo de hacerlo… Esperamos ir este 2022, aunque sea a finales de año.

Si son ustedes miembros de una generación que ningunea a la música pirateándose los discos en internet o dándole poca importancia a lo que escuchan, por favor olvídense de Wolf Alice.

Pero si por el contrario viven por el sonido, por el detalle de las consonantes y su inflexión exacta, además de los acentos musicales más mínimos en balance con la producción esmerada y puntillosa, es decir, si aman la música, entonces denle una oportunidad a Blue Weekend, de Wolf Alice… No se arrepentirán.

Guillermo Franco-Guevara / El Sol de México

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