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Baja California

Las costas de Baja california Sur reciben con las olas abiertas a la ballena gris

La mayoría de los ejemplares que llegan a costas sudcalifornianas proviene del Polo Norte y llegan finales de noviembre

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Foto: Pixabay

LA PAZ, Baja California Sur. En distintas temporadas y a diferentes sitios de las costas de Baja California Sur llegan miles de ballenas de diversas especies y subespecies, presencia que forma parte de la migración que realizan en los litorales y ecosistemas.

El arribo de estos cetáceos a las costas sudcalifornianas se sigue dando cada año, gracias a que los sitios a los que llegan se encuentran en buen estado, limpios, con productividad primaria, plancton, peces y tiburones, y toda una estructura funcional sólida y muy estable.

Los investigadores han catalogado a las ballenas como una especie “paraguas” o “sombrilla”, porque siendo altamente migratorias se alejan de mares contaminados o con mucha explotación pesquera de mamíferos marinos como es el caso de la subespecie asiática de ballena gris que se ubica en las costas de Corea y Japón, y que en los últimos años está emigrando a los litorales de Baja California Sur para reproducirse.

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Los expertos han identificado desde 2010 en costas de la península, entre 50 y 70 parejas reproductoras provenientes de Asia, y a algunas les han colocado marcadores para identificarlas antes de que inicien su regreso a las aguas del norte a donde emigran para alimentarse. Se estima que en costas de Corea y Japón solo quedan entre 50 y 100 ejemplares.

La mayoría de los ejemplares de ballena gris que llegan a costas sudcalifornianas provienen del Polo Norte; llegan a finales de noviembre y permanecen hasta mediados de abril, prácticamente sin comer, apareándose y dando a luz sus crías.

En el censo de 2019-2020 se registraron dos mil 500 organismos adultos y poco más de mil recién nacidos, una cifra que ha venido a la baja durante los últimos años, con un promedio de mil 500 adultos y 700 nacimientos menos por temporada, en los santuarios balleneros de las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio y en Bahía Magdalena.

Otra especie que visita costas de la península es la ballena azul que busca sitios donde hay abundancia de krill, un pequeño crustáceo parecido al camarón de los que se alimenta; se le observa frente a las costas de Loreto, en el Golfo de California, y en las afueras del Golfo de Ulloa, en aguas del Pacífico, en el municipio de Comondú.

Llegan a estas zonas durante los meses de febrero y marzo y se estima una población de aproximadamente 100 ejemplares con dos subpoblaciones, una que viene de Centroamérica frente de las costas de Costa Rica y Panamá, y una más que procede de los mares de Alaska y Hawai.

Al igual que el resto de los cetáceos, también están enlistados entre las especies en Categoría de Riesgo por la Norma Oficial Mexicana, y en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de la Unesco.

Una visitante más es la ballena de aleta, que se reproduce en el Golfo de California para luego emigrar tanto hacia el sur como al norte hacia territorios tropicales o subtropicales; regresa cada año y se caracteriza por su afinidad con el Mar de Cortés; son poblaciones abundantes, con registros de hasta 500 ejemplares; su presencia se registra desde enero hasta mayo y es la que más tiempo pasa en estas latitudes, retirándose hasta que los ballenatos tienen suficiente fuerza y tamaño para iniciar la migración.

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En el caso del cachalote, su presencia en litorales sudcalifornianos está asociado a la migración que esta especie hace en busca del calamar gigante del cual se alimenta; hasta hace pocos años era abundante en el Mar de Cortés, en Bahía Magdalena o frente a Cabo San Lucas; en la actualidad no es común verlos cerca de las costas, debido a que la presencia de calamares ha disminuido y a que nadan a grandes profundidades de hasta un kilómetro para buscar alimento.

En cuanto a la ballena jorobada, ésta llega al Golfo de California durante los meses fríos y se ubica desde la boca del Mar de Cortés hasta Loreto con mayor presencia frente a Cabo Pulmo; aunque no hay cifras estimadas sobre el número de organismos, es la que más se ve y viene desde las islas Galápagos en Ecuador, pasando por la región de las islas colombianas y de Costa Rica,

Esta especie, genera una economía muy importante en el sur de la entidad; hay al menos 300 embarcaciones en Los Cabos que llevan a cabo actividades de observación; en Loreto son 80 permisos para esta misma especie, y en más de 60 para el avistamiento de ballena gris, siendo esta, la más representativa de Baja California Sur.

Entre las amenazas y debilidades que enfrentan las distintas especies de ballenas que emigran cada año a las costas de la península de Baja California, destacan los fenómenos naturales como las corrientes de agua caliente y la disponibilidad de alimento que en los últimos años ha provocado el enflaquecimiento de estos organismos, no solo en ballenas grises sino también en jorobadas, azules e incluso en cachalotes, un fenómeno morfológico que se registra desde hace aproximadamente 10 años.

Para el director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Benito Bermúdez, a nivel antropogénico, el riesgo es que las ballenas se vean sometidas a acoso por embarcaciones que no respeten las buenas prácticas contenidas en la Norma Oficial Mexicana, así como su interacción con redes y trampas de captura de peces; en este último caso, se han encontrado artefactos que presumiblemente vienen arrastrando desde Oregon y California.

Elías Medina | El Sudcaliforniano

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