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Casai: entre las comodidades del hotel y lo acogedor de un departamento

La startup combina los estándares de calidad de una cadena hotelera con la conveniencia que acompaña la renta de departamentos

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Luego de trabajar varios años para la gran industria hotelera como ejecutiva, Maricarmen Herrerías recuerda que uno de los mayores problemas que le aquejan al negocio es su incapacidad de adaptarse rápidamente. Pero con Casai no fue así.

Considera que el tamaño de sus operaciones, la limitada inyección de tecnología y los rápidos cambios en la realidad tienen a la industria del gran turismo frente al reto de replantear sus modelos de negocio.

“Siempre choqué y no encontré sentido en el hecho de que mover las cosas dentro de un gran grupo hotelero es muy complicado. Y lo estamos viendo hoy, cómo les está costando adaptarse a la nueva realidad. Esa falta de flexibilidad es lo que estamos intentando romper”, cuenta.

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Casai, la startup que Maricarmen fundó junto a su socio Nico Barawid, busca ofrecer una alternativa en esta industria, hacerla más reactiva, económica y flexible en favor de los nuevos turistas que están emergiendo en el mundo post pandemia; propuesta que ya se ha hecho de la confianza millonaria de inversionistas de primera línea.

Casai es una startup de hospitalidad que combina los estándares de calidad de una cadena hotelera con la conveniencia que acompaña la renta de departamentos y casas mediante plataformas como AirBnB o Booking.com.

Los dueños de inmuebles ociosos se asocian con Casai y ambos invierten para establecer estándares de mobiliario, amenidades y servicios para ser puestos a disposición del público viajero para ser rentados en una plataforma propia, así como en las principales apps de hospitalidad.

Destaca que operan apartamentos completamente amueblados, diseñados y puestos en el mercado, “lo que queremos es garantizar la experiencia del huésped desde el momento que llega hasta el momento que se va”.

“Cuando te quedas en un hotel estás sacrificando una experiencia más local, pero al mismo tiempo cuando te quedas en departamentos te falta ese profesionalismo, los blancos, la limpieza, el servicio y la atención. Buscamos combinar lo mejor de estos dos mundos y mezclarlo con la parte tecnológica”, subraya Maricarmen.

Dependiendo de cada caso, menciona que Casai tiene diferentes grados de involucramiento, pueden ser espacios ya amueblados que requieren un rediseño completo, inmuebles vacíos que están aptos para ser acondicionados, o incluso departamentos en construcción.

“Mucha gente quiere evitar la gestión de los inmuebles, tiene un departamento y ya no quiere estar en la ciudad, entonces nos lo entregan, proponemos un rediseño y lo operamos. No nada más es recibir la propiedad como está, sino garantizar que cuenten con todos los estándares que buscamos”, indica.

Independientemente de su ubicación y tamaño, abundó, todos los espacios operados por Casai son rediseñados en espacio y mobiliario para responder a un lenguaje homologado de la marca, con lo que se asegura alcanzar el estándar premium de calidad que la plataforma busca. También se instala tecnología de internet de las cosas en electrodomésticos así como banda de alta velocidad.Lee

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“Para nosotros es importante homologar los espacios para poder escalar a más países y ciudades, pero también no queremos que se pierda el sentido de localidad”, dice.

Enfocado en el mercado turista de cinco estrellas, el precio de una estancia con Casai promedia los 120 dólares cuando un producto similar en una cadena hotelera en México puede llegar hasta los 400.

Para Maricarmen, este es uno de los principales agregadores de valor de Casai, pues abre la posibilidad para que viajeros con presupuestos más modestos puedan acceder a un servicio de primera categoría.

“Creemos que el lujo no tiene que estar peleado con un gran precio. No tienes que empeñar un riñón para poder quedarte en un departamento con todos los lujos. La calidad no tendría que estar peleada con la cartera”, acota.

Como Maricarmen coincide, básicamente Casai es un hotel boutique descentralizado y nómada.

“Cuando empezamos el concepto que queríamos seguir era ese saborcito a hotel boutique, no de estas cadenas tradicionales de hoteles que son de arriba 700 habitaciones en un solo lugar, sino que pudieras tener una experiencia localidad al mismo tiempo de toda esta atención y personalización”, relata.

Casai es la creación de la mexicana experta en hotelería Maricarmen Herrerías y el financiero de origen filipino Nico Barawid.

Según recuerda, se conocieron en noviembre de 2018 en una reunión con amigos en común en la que Nico le explicó cómo era su experiencia de viajero frecuente al ser un ejecutivo para el Boston Consulting Group, la empresa de energía SunEdison o la fintech enfocada en crédito migrante Nova Credit.

Por su trabajo, recuerda, Nico tenía que quedarse durante sus estancias en departamentos y veía una necesidad de mayor calidad. 

Por mi parte no me gusta quedarme en departamentos. Lo que empezamos platicar era que podíamos solucionar este mercado viajero donde muchas veces no quieres o puedes quedarte en hoteles enormes pero también no quieres perder el valor agregado”, recuerda Maricarmen, quien por su parte había trabajado como financiera durante 3 años par Nextel y luego otros cuatro años para Grupo Presidente, operador de marcas hoteleras de primer nivel como Marriott, Hyatt e InterContinental Hotels.

Los socios no tardaron mucho para poner manos a la obra y comenzaron en febrero del 2020 habilitando un departamento prueba para su renta mediante Airbnb en la colonia Roma de la Ciudad de México.

“Literal eran amigos armando muebles y pintando paredes y cuando pusimos el departamento en la plataforma a los diez minutos ya se había reservado a pesar de no ser barato. Vimos que sí había un mercado y que el viajero no sólo es sensible al precio sino que también a la calidad”.

Con su experiencia previa en el mundo fintech Nico comenzó a moverse entre fondos ángeles para financiar el proyecto y logró atraer la atención de Monashees y Kaszek Ventures, los cuales han invertido en startups referentes en la región como Kavak, Rappi, Konfío, Nubank, OpenEnglish o GetNinjas.

Así fue como Casai se hizo de sus primeros tres millones de dólares en inversión cuando la meta era empezar con un capital semilla de 500 mil.

La plataforma comenzó en su concepción enfocada en los viajeros internacionales en México acostumbrados ya al uso de plataformas de hospitalidad pero que buscaban estancias más curadas.

El principal reto, explica Maricarmen, era convencer a los dueños de departamentos para entregarlos y ser operados por una nueva empresa con ejecutivos jóvenes al frente.

“Era tener que demostrarle a los propietarios que éramos una empresa profesional y que no éramos los chavitos queriendo jugar a ser emprendedores, sino que sí traíamos un respaldo, una buena inversión y una idea interesante”.

Para finales del 2019 Casai ya contaba con 100 ubicaciones lo que incentivo a la firma Andreessen Horowitz a financiar una ronda de 25 millones de dólares en capital y otros 25 millones en deuda, lo que colocó a Casai como uno de los emprendimientos de hospitalidad con mayor tracción en la región.

Según cuenta Maricarmen, con la inversión se pretendía cerrar el 2020 con mil propiedades siendo operadas en México y Brasil, sin embargo la pandemia obligó a la startup a replantear su acercamiento y a posponer los planes.

De una plataforma enfocada en estancias cortas para ejecutivos o turistas VIP, Casai buscó capitalizar la necesidad de viajeros de estancias largas, ya sea varados por las restricciones de viaje o personas que regresaron a México para trabajar a distancia y que no tenían donde quedarse.

“Antes de la pandemia teníamos una ocupación promedio del 80 por ciento y en cuestión de semanas se cayó al 30 por ciento. Muchos extranjeros se quedaron atorados en la Ciudad de México o mexicanos que estaban fuera regresaron pero no podían quedarse con sus familias. Eso nos ayudó a conocer otros mercados y creo también a sobrevivir”.

Producto de este cambio Casai pasó de recibir el 80% de sus reservaciones mediante Airbnb a representar hoy el 20 por ciento, siendo la mayoría hechas por los canales digitales propios.

Pasada la crisis, al momento Casai cuenta con 400 ubicaciones en México y Brasil en destinos como Ciudad e México, Tulum, Playa del Carmen, Cabos, Sao Paulo y Río de Janeiro, más otras 600 que están en desarrollo y se espera comiencen a operar para el 2022 en ambos países. El objetivo antes de terminado el año es rebasar la marca de los mil espacios administrados.

“Honestamente creo que tuvimos suerte, todavía no sé cómo llamarlo, porque como empresa de hospitalidad pensar en levantar una ronda de inversión en plena pandemia cuando la industria hospitalaria fue la más afectada de las más afectadas pudo haber sido muy diferente. Nos ayudó mucho el empezar o movernos rápido y no quedarnos sentados a ver qué pasaba con la pandemia”.

Según explica Maricarmen, en el sector turístico se espera que no sólo la actividad se restablezca en un mundo post-covid completamente gracias a las campañas de vacunación, sino que ésta va a cambiar para bien.

Para ella, la pandemia transformó la forma en la que las personas organizan sus tiempos y los espacios de trabajo. Esto permitirá que ahora más personas viajen en temporadas que tradicionalmente eran de baja actividad para la industria hotelera al no estar atados a una presencia física para cumplir con sus obligaciones profesionales.

Además de esto, el sector boutique como al que Casai pertenece continuará con las tendencias que ya presentaba antes del 2020, atrayendo a más viajeros que buscan experiencias menos masivas y más curadas.

“La gente se muere por salir y sabemos que esta es nuestra nueva realidad. El turismo empleaba ante de la pandemia a una de cada diez personas y creo que entonces deberá evolucionar.

“Creo que hay mercado para todos y podemos coexistir startups de hospitalidad y grupos hoteleros en el mismo ecosistema. Se trata de generar las condiciones para que todos estemos compitiendo en suelo parejo y al final del día ofrecer ofertas de valor distintas en beneficio de los viajeros”.

Erick Ramírez | El Sol de México

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