:)

Negocios

Los negocios de herbolaria están en riesgo por la escasez de algunas hierbas en San Luis Potosí

Una práctica tradicional está en riesgo, porque las leyes y el crecimiento urbano provocan escasez de hierbas: la herbolaria

Published

on

Herbolaria en riesgo

SAN LUIS POTOSÍ, San Luis Potosí. María Helena Castillo, locataria externa del Mercado Miguel Hidalgo, prepara los remedios para combatir el malestar de riñones, insomnio, dolores musculares y hasta la diabetes; se apoya en el conocimiento de la herbolaria y del legado ancestral de su familia para un negocio que funciona desde hace 75 años pero hoy está en riesgo por escasez de material.

Hace 35 años fue aprendiz de su padre, el señor Castillo, quien le enseñó infinidad de tratamientos medicinales y tradicionales, a partir del uso y conocimiento popular de las hierbas y plantas.

Hoy, Helena prepara gran cantidad de combinaciones herbales, para ayudar a su clientela a sobrellevar sus padecimientos y que con ellas de a poco, recuperen el bienestar de su salud.

Lee: El Charco del Ingenio, un paraíso de cactáceas en San Miguel de Allende

Todo comenzó con su abuelo Celso Castillo, quien viajaría por toda la República Mexicana para su formación en la medicina herbal, conocería las plantas, sus beneficios, utilidades y aplicaciones medicinales. Conocimientos que con el tiempo le proporcionarían la experiencia adecuada para hacer uso de la terapéutica herbolaria y así ayudar a cientos de personas enfermas.

“Mi abuelo fue hierbero ambulante, él aprendió mucho en sus recorridos sobre el uso de las hierbas y plantas, sus preparaciones, su aspecto físico, sus diferencias y beneficios. Después de realizar un largo recorrido por diversas entidades, se instaló en lo que antes era la explanada del Mercado Hidalgo, para después ser ubicado en este local para vender sus ungüentos y hierbas para infusiones medicinales”, indicó.

Posteriormente el padre de Helena, aprendería sobre las especies vegetales utilizadas para la botánica medicinal y ahí es cuando ella a su corta edad, comenzaría a absorber la inquietud por los conocimientos de la herbolaria, tradición que hoy se encuentra en riesgo por la escasez de plantas.

“Con el tiempo mi padre perdió algunos conocimientos, como todo. Con el pasar de los años hay combinaciones y preparaciones que todavía prevalecen, algunas otras ya no se realizan por la escasez de ciertas plantas y muchas de ellas, porque ya están en peligro de extinción”.

Cola de caballo, ajenjo, raíz de piedra, melisa, pasiflora, tomillo, gordolobo y llantén, son algunas de las hierbas que aún se mantienen vivas en la botánica que prepara esta culta hierbera.

Pero el negocio de la herbolaria está en riesgo por la escasez de algunas plantas y hierbas. El peyote e incluso la piel de víbora se dejaron de utilizar, pues al estar protegidas por la Semarnat, su uso ya no está permitido desde ya hace varios años.

“Muchas hierbas ya no se encuentran con facilidad, el crecimiento de la urbe también ha influido en ello, pues lo que antes era sierra ahora son fraccionamientos”.

Helena señala que la escasez ha puesto en riesgo a la herbolaria: “Ya es muy difícil conseguir algunas plantas y por ende se dejan de hacer ciertas combinaciones para tratar diferentes enfermedades”.

Hoy su clientela la visita para solicitar preparaciones para combatir malestares como infecciones urinarias, glucosa alta, trastornos renales, estados reumáticos y febriles, estreñimiento, afecciones hepáticas, artritis, edemas, falta de sueño y retención de líquidos.

“Lo que normalmente se vende son las hierbas utilizadas para los padecimientos renales, como raíz seca de Hortencia, raíz de malvavisco, ajenjo y diente de león. También vienen por su té para conciliar el sueño y para malestares estomacales”.

Actualmente la preparación más solicitada por quienes visitan este negocio son las infusiones para combatir las enfermedades respiratorias por lo que ya están dispuestas las bolsitas de hierbas que contienen regaliz, tomillo, drosera, malva, gordolobo y llantén.

Mismos compradores que por muchos años han visitado este icónico espacio. Es clientela de toda la vida y que ahora en medio de la pandemia por Covid -19 le ha ayudado a subsistir a Helena y su familia.

El entorno que rodea a esta hierbera tradicional habla de la historia del trabajo de su familia. Los frascos que contienen hierbas y plantas que servirán para la mejora de la salud de otros, exhiben los recuerdos de su labor. Imágenes de santos y advocaciones marianas en los frascos que contienen la medicina natural otorgada por la tierra, le han sido regaladas en agradecimiento por la ayuda brindada.

Cada planta o hierba que llega al local de Helena, es puesta a secar en cajas de madera que ella y su familia han elaborado. Es necesario que pasen unas cuantas semanas antes de ser utilizadas. Cada planta es buscada en zonas específicas de la entidad y otras son traídas desde los cerros de otros estados.

“Me llegan en pequeños costales y después las dispongo en las cajas, las cuales ya están marcadas para saber de qué planta se trata. Cuando están secas se llenan los frascos para tenerlas a la mano. También en el transcurso del día elaboro las combinaciones para ya sólo entregar la bolsita con las infusiones”.

Este año a pesar de mantener precios fijos y bien surtido su negocio se ha enfrentado también a otro problema ajeno a la escasez de hierbas, la creciente crisis económica ocasionada por la presencia del coronavirus, aunque ambos ponen en riesgo su negocio de herbolaria su temor más grande es volver a cerrar con el aumento de contagios por Covid -19.

“Tenemos muchos años de experiencia, que no olvide la gente que somos de los locatarios más longevos del Centro Histórico. Aquí tenemos remedios para todo. No quiero cerrar, da miedo, además soy parte de la población vulnerable, esto ha sido muy difícil para todos. Antes de la pandemia acudía mucha gente nueva, ahora sólo nos mantenemos de nuestra clientela de siempre.”, expresó.

Trends