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El Extranjero

Los automóviles eléctricos se suman a la lucha en contra de la contaminación en China

En Beijing, la capital de China, circulan más de 350 mil automóviles eléctricos para bajar las emisiones de contaminación

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Los pobladores en China usan sus vehículos para evitar el contacto con la gente y contagiarse de Covid-19.

Hoy la carrera por combatir la contaminación está centrada con los automóviles eléctricos puros, más de 350 mil unidades de ese tipo habían sido puesto en funcionamiento en Beijing, la capital de China, hasta finales de agosto de 2020, informó el Buró Municipal de Ecología y Medio Ambiente de Beijing.

De acuerdo con Xinhua, de estos vehículos eléctricos puros, 70 mil 600 se utilizaron para el transporte público, incluidos 12 mil 500 autobuses, 4 mil 500 camiones de saneamiento y 9 mil 900 taxis, precisó el buró medioambiental.

Según datos oficiales, el número de vehículos motorizados en la ciudad había llegado a 6.53 millones en agosto.

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“Las fuentes móviles de contaminación del aire representan el 45 por ciento de la densidad de PM2.5, las pequeñas partículas que causan el smog, en Beijing. Los vehículos diésel y de gasolina representan el 32 y el 29 por ciento de las fuentes móviles, respectivamente”, precisó Lian Aiping representante del buró.

Beijing adoptará políticas para alentar la eliminación de vehículos de altas emisiones y prohibirá que dichos vehículos ingresen a las calles principales de la ciudad, informó Lian.

Si hay un elemento diferenciador y clave en los coches eléctricos es su batería: no sólo es el componente más caro, también es el alma de estos vehículos. Su importancia ha sido concebida por muchos como un talón de Aquiles puesto que necesitan un considerable nivel de tensión para trabajar, de igual manera que su densidad energética y sus voltajes también son elevados.

Un dueño de uno de los automóviles eléctricos de la marca Baic (posiblemente un Baic EX360) estacionó en el mes de agosto pasado en un aparcamiento de Sanming (ciudad ubicada en el sur de China) que tenía plazas destinadas a la recarga de estos modelos. Cuando lo enchufó comprobó que algo no iba bien: empezó a salir humo del vehículo. Acto seguido llamó a los bomberos para que se dirigieran al parking y apagasen el incendio que se estaba originando.

El asunto es que los niveles de contaminación en China han aumentado por encima de los del pasado año al relajarse las medidas más estrictas para combatir la pandemia del coronavirus, después de que se redujese durante el confinamiento, asegura un estudio internacional.

“Hay claras señales tempranas de advertencia de que la recuperación de China de la crisis provocada por la Covid-19 está revirtiendo las mejoras en la calidad del aire”, destacó el informe realizado por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), con sede en Helsinki.

Durante el momento álgido de la propagación del virus en China en el mes de febrero, los niveles medios de algunas partículas contaminantes se redujeron significativamente respecto al mismo periodo de 2019.

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Según el informe, el confinamiento tuvo un “impacto dramático” en el consumo de gasolina y la calidad del aire en los 30 días posteriores a las festividades del Año Nuevo chino a finales de enero.

Comparados con el mismo periodo postvacacional de 2019 las emisiones de dióxido de carbono (CO2) descendieron cerca de un 25 por ciento, al tiempo que caían la actividad de las centrales de energía de carbón, la manufactura de cemento y el consumo de gasolina.

Pero desde que las restricciones a la movilidad y a la producción industrial comenzaron a relajarse, los niveles de contaminación detectados entre el 8 de abril y el 8 de mayo fueron mayores que los del mismo período del año pasado, asegura el estudio, basado en datos de 1.500 estaciones de observación en toda China.

Las zonas del país con grandes complejos industriales mostraron mayores incrementos de emisiones de dióxido de nitrógeno que las áreas urbanas densamente pobladas.

En cualquier caso, según el CREA, la preocupación por la transmisión del virus en el transporte público ha provocado que más personas hayan preferido utilizar los automóviles particulares convencionales, lo que ha contribuido también al aumento de la contaminación.

Según el informe, lo que “no es evidente” es que la contaminación del aire supere los niveles de antes de la crisis, especialmente cuando muchos sectores económicos todavía no han recuperado completamente la actividad.

El informe advierte de que algo similar ocurrió en 2008 con la política de estímulos del Gobierno chino ante la crisis financiera global, que conllevó “una oleada sin precedentes de proyectos de construcción” con cifras récord de consumo de carbón, cemento y acero.

Asimismo, destacan que tanto las concentraciones de partículas finas, como de dióxido de nitrógeno, dióxido de carbono y de ozono “se encuentran muy por encima de los niveles de seguridad pese a los progresos en la calidad del aire” conseguidos desde 2013.

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