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La Opinión

La SEP terminó ciclo escolar por el fracaso de las escuelas a distancia en el Covid-19

La inexistente cultura digital provocó que fracasara la enseñanza educativa en el Covid-19, que fue impartida por la SEP, las escuelas, los maestros y los padres

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: El sector educativo ha sufrido y sufre recortes al gasto durante el gobierno de AMLO.

“Abrir escuelas para cerrar prisiones”, escribió el escritor Víctor Hugo, pero en México la contingencia por coronavirus (Covid-19) sacó a muchos prisioneros de las cárceles y obligó a cerrar las escuelas.

También dejó al descubierto que no se está preparado para un modelo educativo basado en plataformas tecnológicas y herramientas digitales, lo cual sucedió igualmente en otros sectores como la impartición de justicia.

Es cierto que nadie previó los alcances catastróficos de la pandemia de Covid-19, pero aún sin considerar esta “causa de fuerza mayor”: no es justificable que México esté rezagado en la aplicación e inversión de tecnología educativa, así como en la capacitación del personal docente y administrativo en el uso de plataformas y sistemas digitales. Las instituciones educativas públicas y privadas, salvo contadas excepciones, quedaron rebasados ante este gran reto sanitario.

Los maestros están trabajando tres veces más de lo que normalmente les correspondía en horarios presenciales, recibiendo correos de alumnos y padres, revisando tareas, calificando trabajos, organizando un nuevo sistema de enseñanza para el que no estaban preparados.

Las escuelas han tenido que negociar con sus proveedores y personal el pago de honorarios y sueldos y también se han enfrentado a sociedades de padres de familia, quienes exigen reducciones en colegiaturas, devoluciones de pagos o cancelaciones de servicios, amén de la pérdida del estudiantado cuyas familias ya no pudieron sufragar los gastos escolares por el desempleo.

Lee: SEP manda un mes de vacaciones a los estudiantes para frenar el coronavirus

Los padres se estresan por utilizar por primera vez, en muchos de los casos, una plataforma educativa, sin una previa instrucción de manejo y sin tener el equipo de cómputo o la red de internet adecuados, además de tener que atender las obligaciones de sus trabajos, las de la propia casa y las de sus hijos.

Los estudiantes (incluyendo niños de preescolar) están promediando más tiempo en el uso de pantallas, porque ahora las necesitan para tener acceso a clases virtuales, hacer tareas escolares (que aumentaron en proporción a las del modelo presencial) y tener esparcimiento y diversión para combatir el aburrimiento.

Un mayor tiempo en el uso de pantallas también implica acrecentar el peligro y responsabilidad que conlleva su utilización. Pueden ocasionar adicción, presentarse situaciones desagradables como el grooming y el ciberbullyng, así como delitos de robo de identidad, datos personales y otros más.

En México falta más conciencia social y capacitación sobre el uso adecuado y responsable de los dispositivos electrónicos. Debemos proteger al sector más vulnerable que son los niños, ya que en esta época no solo está en mayor riesgo su seguridad sino la de todos los integrantes de la familia.

La población urbana, en su gran mayoría, no estaba preparada para tener en sus casas la infraestructura ni los mecanismos de protección adecuados frente a esos problemas. Ni siquiera mencionemos la terrible precariedad tecnológica que viven las áreas rurales y comunidades indígenas.

Los horarios escolares se empalmaron en familias con más de un hijo, en las que además se necesitaban más de dos computadoras para que atendieran clases y los papás pudiera hacer teletrabajo, erogando gastos adicionales para adquirirlas junto con sus accesorios, impresoras, tintas, papel y demás material escolar que solicitaban los maestros.

Como experimento fracasamos todos, autoridades escolares, colegios, maestros, papás, estudiantes y sociedad en general, porque no somos un país con cultura digital ni tenemos procedimientos de enseñanza y modelos educativos sustentados en el uso de tecnologías.

Hemos hecho lo que hemos podido con lo poco que tenemos. Esto no minimiza el colosal trabajo de todos, al contrario, externo todo mi reconocimiento y apoyo a los maestros y maestras que, como siempre, dan su tiempo y mejor desempeño, al igual que a los papás y escuelas que han sacado adelante la educación en estos días. Mi crítica no es a ellos ni al apasionado esfuerzo de todos, sino a las debilidades y osteoporosis de nuestra estructura educativa.

Lee: El 10 de agosto es la fecha tentativa para el regreso a clases: Esteban Moctezuma

El secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán señaló en su discurso del 27 de abril de 2020, que el regreso a clases sería el 1 de junio y que se estimaba culminar el ciclo escolar el 17 de julio, siempre y cuando se dieran las condiciones para ello, lo cual pareció en su momento un anuncio precipitado, sin bases reales y meramente retórico.

Además envió un mensaje confuso y contradictorio que no permitió a las escuelas hacer una mejor planeación y preparación para seguir sosteniendo la “educación a distancia”.

En varios estados de la República Mexicana se cuestionó el calendario propuesto por la SEP y se establecieron calendarios locales (siendo que la regulación de la educación en México compete a la federación), lo que fue tomado como una afrenta más de los gobernadores contra el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

No se trataba de un proyecto nacional consensuado, sino de una decisión unilateral que nadie iba a obedecer y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador terminaría por reconocer y ceder el poder de decisión a los gobiernos locales para no entrar en conflicto directo con ellos y la sociedad civil.

Ya desde esa fecha, se veía la urgente necesidad de regresar a las clases presenciales porque era claro que no estaba funcionando la educación a distancia. En mi opinión es lo que determinó que el día viernes 29 de mayo el secretario de Educación cambió radicalmente sus propuesta inicial y señaló que el cierre del ciclo escolar actual será el día 5 de junio de 2020, es decir, dio este anuncio con solo una semana de anticipación.

Nuevamente rompe toda la estructura y planeación de las escuelas que habían proyectado que la educación a distancia, bien o mal, permanecería al menos hasta la segunda semana de julio.

Además, esta estrategia prevé que el 10 de agosto inicie un curso remedial (presencial y de manera escalonada) en las escuelas para determinar el nivel de aprendizaje de los alumnos y se regularicen, lo cual es una buena decisión.

Pero comprueba que las autoridades escolares tienen muy claro que fracasó el modelo educativo a distancia, ya que de haber sido un éxito hubiera continuado hasta julio.

No hay otra razón para que se corte de manera tan tajante y urgente el ciclo escolar a distancia, ni tampoco es entendible reanudar clases presenciales el 10 de agosto cuando existe una tendencia actual de incremento de contagios y diversos estudios nacionales e internacionales proyectan una mejor situación hasta septiembre.

Muchos niños tienen ansiedad y miedo de regresar a clases y seguramente muchos padres tomarán la decisión de no inscribir a sus hijos al siguiente ciclo escolar hasta que las condiciones económicas y de salud sean mejoren.

El aspecto psicológico de los alumnos es igual o más importante que el nivel de aprendizaje, por lo que debe implementarse en los procesos de regularización académica una valoración emocional.

El Presupuesto de 2020 destinado a educación básica tuvo un recorte de 10.1 por ciento en términos reales con respecto al aprobado en 2019.

Los programas de Desarrollo Profesional Docente México y Escuelas de Tiempo Completo tuvieron una disminución de 50 por ciento en su financiamiento con respecto a 2019.

Hace unos días se anunció un recorte del 75 por ciento del gasto operativo de la Administración Pública Federal, que incluye al CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas) y CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), que deja en “economía de guerra” a esas Instituciones, como señaló Sergio López Ayllón, director del CIDE.

México no puede seguir con modelos de enseñanza exentos del uso de herramientas y sistemas electrónicos, porque el avance tecnológico no se detiene. La pandemia nos ha recordado, incluso enseñado, que la actividad humana requiere dar un giro a los esquemas tradicionales del trabajo, el comercio, la forma de relacionarnos y desde luego los de la educación en todos sus niveles, como pilar de las nuevas generaciones.

Es muy probable un rebrote del virus Covid-19 ¿Qué va a suceder con las escuelas? ¿Volveremos a padecer las deficiencias de la educación a distancia? ¿Seguiremos esperando que el destino nos alcance?

Es mejor estar preparados por un rebrote, así como para afrontar cualquier eventualidad y los retos de una sociedad que debe apostar a la modernidad. El mundo debe progresar y lo está haciendo, nosotros debemos fluir en el mismo sentido.

Este sábado fue lanzado al espacio la primera aeronave tripulada fabricada por una empresa privada (SpaceX), mientras en México seguimos discutiendo y cambiando de modelos educativos sexenio tras sexenio, sin avanzar un ápice.

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