Aumenta compra de armas de fuego en Chile ante protestas civiles

Este martes decenas de organizaciones sociales convocaron a una nueva huelga en Chile, mientras el país sudamericano registra un nuevo fenómenos social, en 40 días de protestas se ha registrado una alta demanda en la compra de armas de fuego.   

Todo hace indicar que esto es ocasionado por una creciente paranoia o miedo en varios sectores de la población, especialmente aquellos que poseen locales comerciales o se sienten amenazados por las manifestaciones, quienes en el último mes han buscado calmar su ansiedad con la adquisición de armas de fuego y cursos de tiro.

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Desde el inicio del estallido el 18 de octubre, los centros comerciales, casi plazas públicas para los chilenos, cierran más temprano debido a problemas del transporte público. En Santiago, donde viven unos siete millones de habitantes, el Metro tampoco ha recuperado su ritmo al 100 por ciento.

El incremento en el costo del pasaje del Metro fue lo que detonó esta nueva crisis que ya exige la renuncia del presidente Sebastián Piñera, quien por su  parte ha endurecido las medidas para contener las protestas con decisiones como: prohibir el uso de máscaras en las marchas o sacar a las calles el ejército sin necesidad de declarar estado de excepción.

Desde hace 40 días, Chile es un país diferente, marcado por una serie de protestas masivas, que han sido llamadas las más intensas y numerosas en décadas desde la llegada a la democracia en la nación sudamericana.

Con el tiempo el reclamo se transformó en un movimiento social que exige más igualdad frente al elevado costo de la vida; los bajos salarios y pensiones; la falta de derechos a la educación; un sistema de salud pública deficiente y una desigualdad creciente.

Si bien han habido ciertos acuerdos para una modificación constitucional en ciernes para 2020, todavía no llega la paz a las calles: las manifestaciones y la violencia siguen estando a la orden del día, así como incendios y saqueos en diversos puntos del país.

De manera altera el Club de Tiro La Reina de Santiago ha tenido un aumento significativo de clientes en el último mes, quienes piden aprender a disparar. Su dueño, Alejandro Rocafort, afirma que de 60 0 70 cursos de tiro al mes, estos han aumentado a 200, de acuerdo con un reportaje presentado por el diario español El Mundo.

“No puedes dialogar con una horda que viene a quemar tu negocio. La gente quiere protegerse. El problema no es que la gente tenga armas, es que las tengan los delincuentes”, dijo al medio español Rocafort.

El diario también refleja que según cifras de Movilización Nacional, encargada de registrar a los propietarios de armas, tan solo entre el 28 de octubre y el 12 de noviembre se contabilizó un alza de 86 por ciento en la inscripción de estos objetos.

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Ennio Mangiola, representante de la Asociación de Armerías de Chile y propietario de un negocio de ese sector, declaró que aunque al año se venden unas siete mil armas de fuego, este año se espera que la venta supere las 10 mil.

“Hay un incremento explosivo de las ventas a causa de toda esta violencia. Todas las existencias de los importadores están agotadas. Yo, por ejemplo, he vendido en un mes lo mismo que en los últimos ocho”, resaltó Mangolia.

Óscar Gatica, dueño de la tienda ArmMarket, ubicada cerca del Palacio de La Moneda, dice que el aumento de las ventas se registra entre 20% y 30%, y que la demanda particular es por armas como la pistola brasileña Taurus o la Glock austríaca, destacó El Mundo.

Con lo que respecta a las protestas, que este martes volvieron a ocupar la principal avenida de la ciudad, presionan al gobierno de Piñera para que tome medidas rápidas, empezando por un aumento sustancial del salario mínimo, actualmente en unos 400 dólares. Los sindicatos reclaman que suban a al menos 500 mil pesos, es decir unos 660 dólares.

Toda salida política a la encrucijada chilena luce imposible en el clima de desorden público que sigue imperando más de un mes después del inicio de la crisis que ha dejado 23 muertos y más de mil heridos, entre ellos más de 200 con lesiones oculares por perdigones lanzados por las fuerzas de seguridad.