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El músico Max Richter habla de su nueva obra y su vínculo con el cine y la poesía

Max Richter ahora ha editado su nuevo álbum, titulado In a Landscape.

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Max Richter ahora ha editado su nuevo álbum, titulado In a Landscape.

Max Richter es uno de los músicos más prolíficos e interesantes de la escena actual, quien lleva publicados 11 discos solistas, sin contar sus arreglos minimalistas a la música de Vivaldi, cuyas ventas millonarias lo han hecho conocido alrededor del mundo.

Ahora ha editado su nuevo álbum, titulado In a Landscape, que comienza con “They Will Shade Us with Their Wings” y que termina con “Movement, Before All Flowers”.

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¿Pero cómo es el proceso de selección y de ordenar las piezas de una obra como esta?

“Creo que la gente puede opinar otra cosa pero para mi ese track es como un preludio, un largo preludio en forma de una pieza para piano solo, así que todo comienza con eso… En términos de ordenar, quería poner los tracks llamados “Life Studies” en medio, porque son solamente instrumentales y el último track es deliberadamente al final porque es mucho más cálido, más feliz y yo quería que el final fuera así… Es como un continuo musical, como la Segunda Sinfonía de Mahler”, dice en entrevista con El Sol de México.

Hablando de Mahler, quizá estoy loco, pero creo que tu composición “The Poetry of Earth” tiene algo que ver con “Das Lied von der Erde”, ¿no lo crees?

La pregunta lo hace sonreír y luego quedarse pensativo; al final contesta medio en serio y medio en broma:

Mmm… Interesante. Tengo aquí en mi estudio el score de esa obra (se levanta por él, lo saca de su librero y me lo muestra). Creo que entiendo a lo que te refieres. Ah… ¡Eso es muy bueno! Creo que estamos locos, porque nuestro cerebro opera de formas muy raras y tener esto guardado y descubrirlo ahora es realmente para asustar a cualquiera.

En ese momento Richter descubre que su tema comienza con el mismo orden de tres notas en el corno que comienza el primer movimiento… Aunque quizá para muchos estas son sólo cuestiones de loquitos que no pueden despegarse de la música.

Volviendo al disco, le pregunto quién toca el piano en el track “Life Studies IV”.

“¡Soy yo! Es una grabación casera de cuando tocaba en la cocina de mi casa las Variaciones Goldberg”.

La producción auditiva es fascinante, incluyendo sonidos normales, voces, el ambiente… ¿Cómo manejas el balance?

Es un proceso experimental, como el de un collage; si pones un elemento y le queda bien a la melodía y escuchas el ambiente… Depende de si los elementos se comunican entre ellos, y lo logré haciendo el truco del intento y el error… Siempre intenté que se sintiera un espacio en particular.

La presencia del violín en tus composiciones también es algo peculiar; es como otra voz que quisiera contar algo.

¡Tienes razón! Es como una persona, ya que soy muy exigente para trabajar con mis músicos… Soy muy meticuloso, sobre todo en el color del instrumento y tengo que decirte que este disco está grabado en cinta, no en computadora, porque me interesa el aspecto humano tanto del sonido como del personaje que está tocando el instrumento.

Con el pretexto de In A Landscape, Richter se embarcó en su primera gira mundial por Europa, Norteamérica, Canadá y Australia durante 2024 y 2025, incluidos espectáculos en el legendario Royal Festival Hall de Londres y el icónico Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles.

“On The Nature of Daylight”, es otra pieza de este compositor con la que inicia y cierra el magnífico ejercicio cinematográfico conocido como The Arrival, de Denise Villeneuve, una experiencia que él recuerda de la siguiente manera:

“Es una historia medio larga. Sabía que la película se estaba filmando y que Jóhann Jóhannsson haría la música, ya que era su amigo. Pero una tarde recibí una llamada de mi manager diciéndome que querían una pieza en particular en la película y yo les dije: ¡Pero cómo, si Jóhann está haciendo el score! Así que le hablé y me dijo que había editado ya la película con esa pieza y que lo estaban torturando porque le pedían que hiciera algo parecido, pero que simplemente no podía hacer nada que funcionara, así que me pidió que los dejara usar mi pieza… Entonces hablé con Denis y me pareció que podía encajar en la película, porque originalmente había nacido de mi disco The Blue Notebooks, que originalmente está pensado como una expresión antiviolencia y me parecía que la película habla también sobre la no violencia con los extraterrestres así que finalmente di mi aprobación”.

¿Qué tipo de belleza buscas en tu música? Porque me parece que es reflexiva, pero que en algunos puntos explota hacia el universo.

Pongámoslo de esta forma: Algunas personas piensan que mi música es minimalista y entonces lo que intento hacer es el máximo efecto con el mínimo de los recursos, y eso sugiere algo sobre la atención como escuchas.

Somos criaturas muy ocupadas, el mundo es muy rápido y caótico, pero necesitamos tener calidad en la atención a las cosas que nos suceden a diario, atención a nuestra vida que pasa tan rápido. Y al poner atención a esas cosas ordinarias nos elevamos en espíritu.

Mucha de la experiencia es precisamente sobre cómo nos acercamos a nuestra vida y lo que observamos de ella. Y eso aplica también a la música; hacer este disco lo pensé con hacerlo con el mínimo de músicos buscando la máxima atención a esos pequeños detalles.

Con una lustrosa experiencia académica que incluye estudiar composición en la Universidad de Edimburgo además de postgrado en la Royal Academy of Music de LondresMax Richter fue discípulo de uno de los más importantes compositores del siglo XX, el italiano Luciano Berio.

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Precisamente necesitas prestar atención al escuchar obras como la Sinfonía de Luciano Berio. ¿Puedes contarnos qué aprendiste de él?

Era un genio, pero lo que me gustaba de Berio es que aunque era uno de los más importantes miembros del mundo moderno de la música clásica siempre tomó en cuenta, a diferencia de Boulez quien quería borrar el pasado, sino abrazar todos los tipos de música existentes y contemporáneas. Todo importaba desde una canción folclórica, Schubert, Mahler, los Beatles… Todo era parte de un todo y cuya técnica maestra era el ritmo que hacía que cualquier cosa pudiera convertirse en música.

Este disco está grabado en cinta, no en computadora; me interesa el aspecto humano, tanto del sonido como del personaje que está tocando el instrumento

Ya que estamos en estos territorios, ¿te gusta la música clásica contemporánea? Messiaen, Ligeti, Harvey?

Tengo un gran espectro de gustos. Todo el siglo XX, comenzando desde la Escuela de Viena hasta Stravinsky y Bartok, por supuesto. Me gusta Messiaen, a quien mencionaste, hay un trabajo de Boulez que me encanta, Pli Selon Pli y también es fantástico Ligeti… Y Cage ha sido una figura muy importante para mí, al igual que el movimiento norteamericano minimalista como Reich y Glass, pero me gusta más John Adams.

En varios discos utilizas poetas como Haruki Murakami o Czesław Miłosz. ¿Has leído a algún autor mexicano?

Por supuesto, a Octavio Paz y conozco bien a Carlos Fuentes… ¿Pero a quién me recomiendas?

Deberías intentar con Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Pero dinos, ¿por qué escoges a escritores para ponerle palabras a tu música? ¿Cuál es el mecanismo que te obliga a ello?

Depende. En mi disco The Blue Notebooks, utilizar a Frank Kafka era la elección obvia por el espíritu sobre la duda… En Voices significó mucho utilizar la Declaración Universal de los Derechos Humanos… Y en el más reciente, In a Landscape, utilicé material que encontré perfecto para contar las historias que quería, como por ejemplo Late and Soon, que tiene un soneto titulado “The World Is Too Much With Us” que escribió William Wordsworth sobre la alienación de la primera revolución industrial en el mundo y que significó un divorcio entre la civilización y la naturaleza… Me pareció muy actual ahora con las redes sociales y con esta división de nosotros mismos hacia lo que somos y lo que significamos para la comunidad.

¿Qué tocas cuando quieres disfrutar la música?

Por supuesto a Bach, quien inició todo… Lo toco a diario, pero también toco a SchubertBeethovenBrahms… Básicamente lo que tocan los pianistas… ¡Sólo lo bueno!

Este jueves 19 de septiembre se presentará una exhibición de su disco Sleep, en el espacio abierto de la Cineteca del Centro Nacional de las Artes.

¿Qué nos puedes decir sobre el proceso de componer Sleep y la diferencia que debe ser convertirse en público?

Como músico, componer una pieza tiene que ver con la técnica y la teoría… Luego lo editas y se lo ofreces al mundo, y entonces conecta a las personas y te entrometes en su sentido de la realidad. Una interpretación en vivo es la mejor de las experiencias, porque pláticas, haces comunidad y lo sientes en comunidad. Es una cosa muy especial y más de Sleep, porque se vuelve un experimento de dormirte con una gran cantidad de personas que no conoces y que sin embargo tienes la necesidad de confiar en ellas a través de la música. En realidad no lo interpretas para ellos, sino que los acompañas.

Al escucharlo viene a nuestra mente aquella máxima de Dmitri Shostakovich que decía: “La música que realmente vale la pena, no importa cómo sea interpretada, siempre será gran música por la idea que la creó.

Y con una sonrisa honesta y directa, tal como la música de Max Richter, nos despedimos de este compositor.

Guillermo Franco-Guevara | El Sol de México

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