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Meteorosensibles: Personas con mayor sensibilidad a las manifestaciones de la naturaleza

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Meteorosensibles: Personas con mayor sensibilidad a las manifestaciones de la naturaleza

¿El tiempo meteorológico ejerce alguna influencia real y considerable en nuestra salud física y mental? La respuesta a esta pregunta es afirmativa, según la física y meteoróloga Mar Gómez.

Ella explica que la meteorología, es decir, una gran variedad de fenómenos atmosféricos, puede influir en los seres humanos de muchas maneras, especialmente en aquellos con mayor sensibilidad a estas manifestaciones de la naturaleza, a quienes se denomina ‘meteorosensibles’.

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La científica, quien es doctora Cum Laude y licenciada en Ciencias Físicas, se especializa en Física de la atmósfera e investigación de la climatología y es responsable del área de meteorología en la plataforma eltiempo.es, además de que ha sido divulgadora y comunicadora científica para distintos medios de comunicación.

Según Gómez, damos por hecho que las tormentas nos deprimen, que al comienzo de la primavera experimentamos una astenia (decaimiento de fuerzas), que algunos vientos nos enloquecen y que la luna afecta al ciclo menstrual de las mujeres¿pero qué hay de cierto en todo ello?

Sensibilidad meteorológica

La especialista ha investigado todas estas cuestiones, empujada por su propia experiencia y su curiosidad, al mudarse al suroeste de Madrid, España, y percibir cómo su cuerpo respondía al tiempo más seco y a los vientos racheados de esa zona.

Así se sumergió en el estudio de la meteorosensibilidad, una disciplina que tiene respuestas fascinantes para entender qué efectos tienen los cambios atmosféricos en nuestro cuerpo. Y de este modo, Gómez ha volcado los resultados de sus investigaciones en su nuevo libro, Meteorosensibles.

“La primera vez que me topé con la palabra “meteorosensibilidad” me sentí totalmente identificada. Muchas de las cosas que lleva implícito ese concepto me estaban sucediendo a mí. Sin embargo, no había demasiada información”, explica Gómez.

Su investigación para el libro la condujo a varias publicaciones científicas que vinculaban alteraciones de ánimo con determinadas estaciones del año; dolores articulares con cambios en la humedad y dolores de cabeza, irritabilidad y enfado con vientos cálidos, secos y desérticos.

“Las personas meteorosensibles son las que tienen una cierta sensibilidad a los cambios en algunas variables meteorológicas como la humedad, la temperatura, la presión atmosférica o el viento. Estos cambios pueden dar lugar a la aparición de dolencias físicas y estados psicopatológicos”, comenta.

Asegura que se calcula que entre un 30 y un 60 por ciento de la población es meteorosensible, algo que afecta especialmente a las mujeres, sobre todo durante la menstruación y la menopausia, y a las personas de edad avanzada.

Las respuestas meteorosensibles, tanto en personas sanas como afectadas por una enfermedad, se pueden observar con más frecuencia antes de que se produzcan cambios específicos en el tiempo. Estas personas pueden llegar a sentir esos cambios 48 horas antes de que realmente ocurran, según apunta Gómez.

Además, un informe del FBI de 2007, llamado “Crimen en Estados Unidos” menciona aspectos del tiempo meteorológico como un factor importante en las tasas de delincuencia”.

Mar Gómez describe también algunos ejemplos de cómo pueden afectarnos tres cambios del tiempo meteorológicos que ejercen un mayor impacto en nuestra estabilidad física y mental:

Una cuestión de presión

Aunque es difícil establecer un consenso científico, las variaciones de presión atmosférica, la humedad relativa o la temperatura podrían influir en la percepción de los síntomas de la artritis.

“Además, los cambios en la presión atmosférica podrían inducir o agravar las migrañas”, añade Gómez.

En cuanto a la salud mental, se han encontrado vínculos entre la presión barométrica y los ingresos hospitalarios internos por manías y alteraciones en el estado de ánimo.

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Según sople el viento

Algunos tipos de viento, debido a la ionización (carga eléctrica) positiva de las masas de aire que transportan, pueden producir efectos en nuestro cuerpo y agravar ciertos aspectos de la salud mental.

Esa ionización, asociada a fenómenos como el ‘efecto foehn’ (diferencias en la temperatura y humedad que experimenta una masa de aire, en las distintas laderas de una montaña), produce en algunas personas agotamiento, jaqueca, hiperactividad o falta de coordinación, y puede relacionarse con un trastorno afectivo estacional e incluso un aumento del riesgo de suicidio.

Gómez añade que las investigaciones revelan que el exceso de iones positivos en el aire afecta a todas las personas, pero “una cuarta parte de la humanidad es extraordinariamente sensible a ellos”.

Calor criminal

Además de producir efectos graves en nuestra salud y empeorar ciertas enfermedades, el calor extremo se asocia con una serie de efectos en la salud mental, como la irritabilidad, la agresividad y cambios en el estado de ánimo.

La meteoróloga asegura que las altas temperaturas también pueden dar lugar a problemas de memoria, atención, capacidad de reacción y dificultades para dormir, que pueden empeorar ciertas condiciones de salud mental en personas vulnerables.

Cientos de miles de personas se suicidan cada año, y “las cifras pueden incrementarse con un aumento de temperatura por encima de determinados valores”, según la especialista.

Un estudio publicado en 2018, y basado en datos recogidos en los meses cálidos en la Comunidad de Madrid, reveló que las olas de calor están asociadas con un aumento del riesgo de feminicidios, del número de denuncias policiales, de las llamadas a la línea de ayuda telefónicas y de la violencia en la pareja, de acuerdo la investigadora.

Pablo Gutman | El Sol de México

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