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Cosmotec: Padre e hijo construyen tiendas de lujo para acampar

El futuro para Cosmotec luce prometedor, con cada vez más personas viajando por México.

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Cosmotec: Padre e hijo construyen tiendas de lujo para acampar

Cosmotec es la empresa que Javier Betancourt y su padre crearon hace más de una década para llevar la experiencia de un planetario a niños de escasos recursos, aunque desde hace cinco años esta se transformó para crear tiendas donde las personas pudieran disfrutar de la experiencia de acampar pero con todas las comodidades.

En entrevista con El Sol de México, Javier Betancourt contó que desde 2008 su padre recorría las escuelas de Toluca con un planetario que era un domo inflable.

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En 2017, el gobierno de la Ciudad de México los contrató para realizar proyecciones en el marco de la Semana Mundial del Agua, pero los desafíos del clima, con varias lluvias y vientos, les llevaron a comprar herramienta y material para construir una estructura más resistente, un domo geodésico que pudiera aguantar la intemperie durante mucho tiempo. Fue entonces que, sin saberlo, su futuro cambiaría.

“Mi papá compró la máquina para hacer un domo para hacer nuestras proyecciones de planetario. Luego hice un anuncio de venta de domos geodésicos y una persona me llamó, no me podía creer que nosotros fabricáramos los domos geodésicos, entonces le mostré las máquinas con las que hacemos la estructura y las cubiertas y fue entonces cuando me contó que traía un proyecto de glamping”, narró.

Ese fue el primer cliente de Cosmotec para glampings, la compañía Raíces México que se dedica a ofrecer experiencia bajo el concepto Natural Luxury.

Eran finales del 2017 y principios de 2018 cuando los Betancourt iniciaban esta aventura. Construyeron cuatro tiendas para esa firma y posteriormente tuvieron algunos proyectos eventuales, pero la actividad principal de la empresa seguían siendo los planetarios y las proyecciones educativas.

Con dos o tres proyecciones al trimestre, la familia sostenía su negocio, hasta que llegó la pandemia y, como todo el mundo, tuvieron que parar, aunque en su caso fue sólo por unos días.

Aprovechan la crisis

El año 2020 arrancó muy bien para estos disruptores, con sus proyecciones en escuelas y algunos proyectos de glampings en ChiapasTulumQuerétaro y San Miguel de Allende, pero la llegada del Covid-19 al país paró la actividad turística y en las escuelas.

“Se nos vino la pandemia y estuvimos completamente parados, todos nuestros clientes echaron sus proyectos para atrás. Me acuerdo que traíamos un proyecto en Xochimilco prácticamente ya cerrado, pero el cliente nos dijo que ya no iba a hacer nada porque tenía que guardar sus recursos, nos preocupamos entonces por lo que íbamos a hacer pero eso afortunadamente nada más nos duró dos días”, recordó Javier.

Las estructuras que la familia creaba tanto para sus planetarios como para los glampings sirvieron para crear túneles sanitizantes que vendieron en Quintana Roo, Querétaro, Coahuila y Tabasco, entre otras entidades. Incluso hicieron dos hospitales temporales para Covid-19, en Villahermosa y Monclova, solicitados por las autoridades sanitarias locales.

“Con eso estuvimos ocupados desde marzo, que inició la pandemia, hasta más o menos julio o agosto, fue entonces que despuntó el glamping”, recordó el joven, quien se desempeña como director comercial de la empresa familiar.

La reapertura paulatina de las actividades, entre ellas la del turismo en sitios abiertos, hizo que el negocio de Cosmotec despuntara.

Javier platica que la gente ya se había desesperado por el encierro, por lo que buscaban salir a donde fuera, y una opción para acampar en un bosque con todas las comodidades resultó muy atractiva.

A partir de entonces los proyectos comenzaron a caer en todo el país: CoahuilaQuintana RooVeracruzOaxacaPuebla y la Península de Baja California fueron solo algunos de los sitios donde los Betancourt eran llamados.

“Desde agosto de 2020 a la fecha ya hemos entregado alrededor de unas 400 habitaciones de glamping”, refirió Javier.

Incluso la empresa ha entregado pedidos fuera de México, en países como Estados Unidos, Colombia, Perú, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá.

“Actualmente el segundo país donde más tenemos clientes es Estados Unidos, pero en nuestro plan de marketing está que para finales de 2024 sea nuestro principal mercado y el segundo sea México”, refirió el directivo.

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Oferta completa

Javier destaca que, a diferencia de otras empresas, Cosmotec ofrece una solución completa a sus clientes, es decir, puede venderles solo la tienda con un instructivo para instalarla o, incluso, fabricar todo un hotel bajo el concepto de glamping.

“¿Cuántas empresas hay como la nuestra?, puedo asegurar que ninguna, contamos con distintos servicios y con el tema de calidad (…) Tenemos estructurado cómo ayudar a nuestros clientes con una solución llave en mano, desde vender glampings con un manual para su instalación o tenemos arquitectosplomeroselectricistas y hasta un despacho para permisos, un amplio equipo para entregar una solución como un hotel ya completo”, asegura.

Destaca que se trata de la única empresa mexicana que participa cada año en The Galmping Show USA, un evento mundial del sector.

El crecimiento de la empresa ha sido exponencial, de contar con un cliente en 2017 a unos 50 que piden desde un domo hasta 15, cuyos costos van de los cinco mil a los siete mil dólares cada uno, dependiendo el tamaño y qué tan equipados estén.

“Los domos cuentan con todas las amenidades, como baño privado o, incluso, llegan a tener jacuzzi, así como agua caliente y wifi, todo lo que tienes en casa pero en el campo, para que la gente no batalle”, refirió.

Ha sido tal el crecimiento de la empresa que pasaron de una plantilla de entre 13 y 14 personas hasta 37 que están de puesto fijo, aunque han llegado a 60 en algunos proyectos cuando tienen que subcontratar personal.

De igual modo, Javier cuenta que existen empresas en Polonia, Turquía o Estados Unidos que fabrican los glampings a un costo más elevado, entre 11 y 12 mil dólares cada uno, cifra que se eleva con los envíos y los impuestos.

La empresa de esta familia los ofrece a la mitad de precio y hechos cien por ciento con materiales mexicanos, lo que les facilita su exportación a países con los que México tiene acuerdos comerciales.

“Hemos ido creciendo porque los mismos clientes nos lo han ido pidiendo”, refirió el director comercial de Cosmotec.

De misionero a empresario

Javier Betancourt carece de un título universitario, pero eso no ha sido impedimento para que se convierta en un empresario exitoso.

Cuando terminó la prepa, se fue dos años a prestar servicio como misionero religioso en Torreón, Coahuila. A su regreso estudió dos años ingeniería mecatrónica pero dejó la carrera para poner su propio negocio de los planetarios móviles en Guatemala y Colombia. En ambos países vendió sus negocios.

“En Guatemala fue una inversión de 20 mil dólares y lo vendí en 150 mil dólares. En Colombia la inversión fue de unos 30 mil dólares y lo vendí en cien mil, de ahí regresé a México y comencé con mi formación conforme la iba necesitando”, contó.

El directivo ha basado su educación académica principalmente a cursos de Marketing en instituciones como el Tec de Monterrey o la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), que le han servido de base para hacer de Cosmotec una empresa disruptora.

También ha estudiado finanzas y ventas en diversas instituciones, dependiendo de lo que necesite para su negocio.

Con ese conocimiento adquirido, Javier implementó un sistema en la empresa familiar para tener prospectos y ventas cuyos resultados se pudieran medir con la finalidad de tener una mejora continua.

Hoy en día la empresa tiene una facturación de un millón de dólares al año, la cual ha sido constante y ahora va en crecimiento, según contó el directivo.

El futuro para Cosmotec luce prometedor, con cada vez más personas viajando por México, tanto locales como extranjero y con un potencial enorme para el negocio del glamping.

“Tenemos mucho crecimiento por delante, hay una área de oportunidad muy grande, principalmente en nuestro país que lo tiene todo, playas paradisíacas en Quintana Roo, Oaxaca, Michoacán y Baja California Sur; bosques impresionantes en Veracruz, Puebla y en el Estado de México, tenemos desiertos que estar en ellos es vivir una gran experiencia”, concluye.

Juan Luis Ramos | El Sol de México

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