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Incorruptibles

Aunque sólo 6% de los cascos azules en misiones de paz de la ONU son mujeres, su contribución genera un bien común

Sólo seis por ciento de todo el personal uniformado, militar, policial, de justicia y penitenciario en misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son mujeres

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A pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales por la inclusión de las mujeres en todos sus aspectos y bajo condiciones de igualdad, sólo seis por ciento de todo el personal uniformado, militar, policial, de justicia y penitenciario en misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son mujeres, sin que ello demerite los beneficios de contar con una perspectiva de género dentro de las Fuerzas Armadas y las acciones pacifistas, pues permite una perspectiva de género y genera el bien común de la nación.

El informe y medición de barreras al interior de las Fuerzas Armadas y de seguridad en poder de Cobertura 360, que fue filtrado por Guacamayas Leaks, identifica los obstáculos que enfrentan las mujeres mexicanas militares y policías para aumentar su despliegue y participación plena en las operaciones de paz de Naciones Unidas.

En el capítulo ¿Por qué necesitamos que más mujeres participen de manera significativa en las operaciones de paz de la ONU y en las Fuerzas Armadas de México?, el informe reconoce que por mucho tiempo las instituciones militares del país y del mundo privilegiaron el reclutamiento exclusivo de hombres.

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Según el reporte, iniciado en 2021 y aprobado por las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Relaciones Exteriores (SRE), y financiado por la Iniciativa Elsie, mediante la Oficina de la ONU Mujeres México, la inclusión de las mujeres en todos sus niveles y bajo condiciones de igualdad se ha convertido en una prioridad para la comunidad internacional.

Indica que aunque convencionalmente, el papel de la mujer dentro de las fuerzas armadas se ha ubicado en áreas como enfermería o asistencia administrativa, conforme ha pasado el tiempo se ha hecho evidente la necesidad de incluirla en puestos operativos y en los procesos de toma de decisión estratégicos.

Señala que para lograr una integración adecuada de las mujeres a las estructuras militares es indispensable contar con una perspectiva de género que permita analizar las causas por las que las mujeres han sido excluidas de las Fuerzas Armadas y proponer un plan de acción para modificar esa condición.

El informe obtenido mediante más de mil 200 encuestas y 45 entrevistas a profundidad a personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad precisa que únicamente cinco mil 975 de los 81 mil 832 elementos policiales y militares en las diferentes misiones de paz del organismo son mujeres.

Refiere que acciones como la resolución 1325, del Consejo de Seguridad de la ONU, insta a los Estados miembros a aumentar la participación de mujeres en todos los procesos y mecanismos de paz y seguridad internacional.

Partiendo de que los ejércitos, cuyo objetivo principal es proteger la soberanía y el territorio nacional, cuentan con una estructura jerárquica, una cultura profesional y están equipadas y entrenadas de manera específica para incrementar su capacidad de combate.

Subraya que la presencia de las mujeres equivale a un aumento en el número de efectivos y crece los factores físicos del Ejército, y afirma que entre más diversidad y conjunto de habilidades, hay una mejor toma de decisiones y mayor eficacia y rendimiento.

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De acuerdo con los resultados de informe, la colaboración de mujeres en misiones de paz facilita el trabajo con comunidades afectadas al establecer canales de comunicación y crear vínculos con la sociedad civil, además de que en diferentes puestos dentro de las Fuerzas Armadas, ayuda a romper con los estereotipos y roles de género, y promueve una visión incluyente en la sociedad.

“No cabe duda de que los beneficios de contar con una perspectiva de género dentro de las Fuerzas Armadas y las misiones de paz son numerosos y que la presencia de las mujeres en todos los niveles de la estructura militar es indispensable para generar el bien común de la nación”, resalta.

Respecto a la resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, indica que es el primer instrumento emitido por este organismo que incorpora una perspectiva de género en los procesos de paz y exige a las partes en conflicto el pleno respeto a los derechos de las mujeres.

La determinación reconoce la importancia y el rol que juegan las mujeres en la comprensión holística de los fenómenos de paz y seguridad, así como al ser agentes de cambio.

A 20 años de su aprobación, el legado de la resolución 1325 (2000) es innegable en áreas de paz y seguridad, tanto a nivel internacional como al interior de cada Estado, así como en la construcción de una conciencia social cada vez más orientada a reconocer no sólo las vulnerabilidades, sino también el trabajo de las mujeres en los ámbitos de paz y seguridad internacional, puntualiza el informe elaborado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), ONU Mujeres México y la Red de Seguridad y de Defensa de América Latina (Resdal).

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