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Linca usa un programa de desarrollo industrial para vender cuadros de motos chinas

Linca, una empresa creada al vapor por tres ejecutivos del fabricante de motocicletas Italika, sacan del mercado a tres empresas mexicanas con competencia desleal

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Linca, una empresa creada al vapor por tres ejecutivos del fabricante de motocicletas Italika, sacó del mercado a tres empresas mexicanas con  competencia desleal y usando el programa de mexicanización de cuadros de motocicleta, que promueve lo Hecho en México.

Esta historia dentro de la empresa propiedad de Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas y Banco Azteca, surge cuando sus empleados Carlos Trejo y Lina Lorena Torres conformaron la empresa Linca, cuyo nombre se conjuga por las sílabas de los dos empleados. 

El plan de Carlos Trejo y Lina Lorena Torres, directivos de Italika, fue fabricar los cuadros de la motocicleta en México, uno de los medios más populares de transporte. Sin embargo, encontraron que traerlos de China le sería barato, podían hacer la entrega en tiempo y forma, así como no construirían una planta ni contratarían empleados ni gestionarían los trámites engorrosos con el IMSS, SAT e Infonavit.

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El negocio con China es redondo. Y para hacerlo más rentable, el director de compras de Italika, Ángel Camargo ayudó a los subordinados a validar a los cuadros de motocicleta importados de China como productos mexicanos.

Es decir que los dueños de Linca retiraron la etiqueta roja propia de productos chinos y le pusieron la etiqueta verde para pasarlo como un bien Hecho en México. 

Bajo ese esquema se presume que defraudaron al programa de mexicanización de motocicletas, al Servicio de Administración Tributaria (SAT) y al Grupo Salinas, quien les compró más de 10 millones de dólares en la parte de las famosas motos chino y no mexicanos.

La compra de los cuadros de motocicleta a los empleados de Italika y dueños de Linca sucedió después de que tres empresas contratadas para esa manufactura incumplieron con la calidad y el tiempo estipulado, incluso una quedó en situación de quiebra como Ramco.

La empresa Ramco es dirigida por Eduardo Modesto, quien ya no pudo surtir las nueve diferentes piezas requeridas y tuvo severos problemas financieros por la competencia desleal de Linca.

A pesar del reetiquetado, la dirección de la planta de ensamble de Italika, a cargo de Israel Robles, validó el producto vendido por Linca como Hecho en México.

Este proceso de compra se logró a través del apoyo de un equipo denominado internamente “Swat”, que involucra a varios de los directivos en la planta. 

El cambio de etiquetas fue detectado en la empresa Trocasa, propiedad de Omar Salinas, de donde se enviaban los productos chinos hechos pasar por mexicanos a las plantas de ensamble de Italika.

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Fue tal el impacto de los fraudes cometidos por Linca, que dos empresas chinas decidieron regresar a México para darle troquelado y ensamble a cuadros de motocicletas. Se trata de Lang Singh y Shan Hu. 

Lo anterior significa torcer el ánimo del programa de mexicanización que pretendía una mayor integración e impulso a la producción de partes nacionales. 

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