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Quetzalcóatl La Leyenda. El Musical: de México para el mundo

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Quetzalcóatl La Leyenda. El Musical: de México para el mundo

Aranza Zu López es la productora y directora de danza más joven de Latinoamérica. Licenciada en danza folklórica por el INBA y Doctor Honoris Causa por el Claustro Doctoral Iberoamericano, a sus 27 años de edad ha participado en múltiples eventos nacionales e internacionales, primero como bailarina y coreógrafa y posteriormente como directora, conferencista, jurado y productora.

La exbailarina es fundadora de la compañía de ballet Arte y Folklor México, con la que presentó su ópera prima Quetzalcóatl La Leyenda. El Musical, un espectáculo de danza y teatro dirigido por ella misma que fue nominado a las Lunas del Auditorio 2017.

Ha recorrido una veintena de ciudades mexicanas, además de Polonia, Praga, Chile, Kosovo, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Albania, Macedonia, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia y Corea del Sur.

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Destacada por su pasión y compromiso con la identidad cultural de México, Aranza Zu ha recibido múltiples reconocimientos y nombramientos, además de tener la satisfacción de ser pionera en el inicio de las relaciones culturales de México con Kosovo, luego de que la presentación de su obra en dicho país constituyó la primera vez en la historia que ambos países se relacionaban por medio del arte y la cultura, ya que México no tiene relaciones diplomáticas con dicho país.

De todo ello nos habla la propia artista y productora, cuya historia estuvo marcada por un suceso que marcó un antes y un después en su trayectoria.

“Yo estuve bailando de los seis a los 22 años, por lo que estuve en diferentes ballets, pero siempre sentía que hacía falta algo más, porque mientras nos llegaban muchas producciones de otros lados, yo pensaba que México no tenía nada que envidiarles, porque aquí tenemos muchas historias y leyendas que podían presentarse con una gran producción que fuera cien por ciento mexicana”, explica.

Con esta inquietud, al terminar sus estudios fundó su propia compañía y comenzó a darle forma a Quetzalcóatl…, el espectáculo que había ideado años antes:

“Yo quería hacer este proyecto desde chiquita, lo fui formulando desde los 15 años cuando hice una prueba piloto con amigos… Pero lo hice porque tuve que dejar de bailar debido a que me lesioné la espalda. Un día ya no me podía mover y el doctor me dijo: Si vuelves a bailar vas a quedar paralítica totalmente, así que eso fue un parteaguas”, comparte.

Recuerda que la primera vez que presentaron este espectáculo de una manera profesional fue en el festival Danza sin Fronteras, de Puebla, en donde presentaron una muestra de sólo 15 minutos del mismo, y que fue ahí donde muchas personas, sobre todo de otros países visitantes quedaron asombradas:

“Fue increíble, porque la gente empezó a decirnos que nunca habían visto algo así en cuestión de artes escénicas, sobre todo porque no es un ballet folclórico como tal, ni una obra de teatro, porque no lleva diálogos… Así que se empezó a generar ruido entre los países invitados y el primero en pedirnos la obra completa fue Polonia, por lo que la tuvimos que preparar para llevarla allá al año siguiente y ya después continuamos con una gira”.

Cuenta que a la compañía le tomó precisamente un año de investigación y de selección de diseño de los vestuarios y producción en general para tener la obra completa, con la que llamaron también la atención de la UNESCO debido a la catarsis que sus delegados encontraron en ella.

“Me invitaron a ser consejera Internacional de la Danza en la UNESCO y nos nombraron embajadores de la cultura mexicana, con lo que se hizo más revuelo, y después de Polonia se suma Corea del Sur y luego la región de los Balcanes”.

Sin embargo, la productora enfatiza que su prioridad es llevar este espectáculo a los mexicanos, ya que fue una obra que en primera instancia fue creada para este público.

Tocan fibras muy sensibles

De cualquier modo, dentro o fuera del país llama la atención que la obra toca fibras muy sensibles en sus espectadores, algo que Aranza Zu explica de la siguiente manera:

“Lo que nosotros utilizamos es el lenguaje universal, que es la danza, y que si recordamos fue el primer lenguaje del ser humano, a través del movimiento, por eso cuando contamos esta historia la entienden todos, aunque estén en China o aunque sean menores de edad, porque son tocados por lo que ven, por la música, las voces, etcétera”.

De hecho, comenta que no faltaron quienes en algún momento le preguntaron cómo escribió esta obra y si tenía en mente la idea de hacer llorar a la gente con ella:

“Pero no, ese no era el objetivo… No sé cómo pasa que la gente sale tan conmovida y que incluso te empiezan a contar sus historias de vida.

En ese sentido, recuerda la ocasión en que un joven de Guadalajara que no paraba de llorar se acercó a ella después de una función, y le contó que él tenía pensado suicidarse, y que había comprado los boletos para dárselos a sus papás como mi último regalo, y me dijo:

“Ahora sé más cómo somos los mexicanos y así que somos guerreros y nos tenemos que levantar. Gracias por regresarme la vida… Hasta el día de hoy nos sigue escribiendo y es una persona completamente amante de la vida que vivió un gran cambio”.

Y es que, como Aranza Zu, destaca, una de las finalidades del arte es precisamente tocar de manera especial a la gente:

“Uno no se imagina de qué manera puede impactar, pero cuando estás impactando vidas totalmente como le pasó a este chico, pues es un regalo, una bendición que nos llevamos en el corazón y por la cual ya valió la pena estar aquí”.

El futuro de Quetzalcóatl… y otras obras

La artista cuenta que esta obra ha cambiado mucho con el paso del tiempo, por lo que probablemente quienes la vean en el futuro encontrarán que va mutando de distintas formas:

“Mi idea es que Quetzalcóatl… se convierta en un clásico, pero también que se siga renovando y después dar paso a otras obras que vengan, porque tenemos mucho material, hay muchas leyendas mexicanas que podemos seguir retomando y difundiendo, y ya estoy escribiendo algo sobre eso”, adelanta.

Pensando en el futuro, ella se ve recorriendo México y el mundo mientras que México se va posicionando cada vez más como un referente en materia de espectáculo.

“Estoy segura de que se van a ir posicionando más… Estuvimos en el Mundial de la Danza en Corea del Sur y todo el panel de jurados era europeo y asiático, pero no se había visto a alguien de América ahí, y mucho menos latinos… Y mucho menos a mujeres, pero una vez que empezaron a ver lo que estábamos haciendo nos invitaron a formar parte y todo se volvió una locura total.

Antes de concluir la charla, la empresaria invita al público mexicano a abrazar su propia cultura y sus tradiciones:

“Creo que es momento de abrazarnos a nosotros como nación y como país retomar los valores culturales e ir en familia, que no se pierda eso de ir en familia con los niños, los jóvenes y los abuelitos a vivir esta experiencia que no está para contarse, sino para que vayan a sentirla (porque) es un canto a la vida, un canto al amor y a la paz que tanto necesitamos.

Así, la empresaria invita al público a vivir esta experiencia con más de 50 artistas en escena, acompañados de la Orquesta Prehispánica de México y una producción de primer nivel que en su conjunto son esa propuesta que ha seducido a tantos espectadores.

De este modo, ya sea en el desarrollo creativo de las artes escénicas, la gestión cultural y empresarial o la impartición de cursos o talleres, Aranza Zu se muestra como un ejemplo de que se puede llegar tan lejos como se quiera y lo mejor, con ideas y producciones propias.

Aún así, ella destaca que no se trata de un logro personal, ni mucho menos:

“Siempre digo que estos no son logros de una persona, sino de un equipo de mucha gente que está enamorada de México, y que más que a nosotros, los que nos dan son premios para nuestra historia y nuestra cultura, para ese pasado ancestral maravilloso que tenemos y que queremos gritarle al mundo que nos define, no sólo la delincuencia, la contaminación o tráfico… También somos nuestras historias, nuestras leyendas… Somos cultura”, puntualiza.

Alejandro Castro | El Sol de México

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