El PRI exige clausurar los tiraderos clandestinos en Morelos 

Resulta de la mayor importancia que se clausuren los tiraderos clandestinos en Morelos, a efecto de garantizar el derecho de toda persona a vivir en un ambiente sano para su desarrollo, salud y bienestar, aseguró Ángel García Yáñez, senador del PRI. 

Refirió que en dicha entidad existen tiraderos clandestinos que son “vertederos de inmundicia humana”, pues en ellos se descarga todo tipo de basura, que va desde cadáveres de animales, desperdicios, llantas, muebles, cascajo, vehículos, entre otros.  

Por tal motivo, el legislador presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente, a fin de exhortar al gobernador, a las secretarías de salud y de desarrollo sustentable, así como a los presidentes municipales de Morelos, para que los clausuren y se realicé la gestión para la creación de más vertederos.

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Es urgente, dijo, fortalecer las acciones correspondientes, ya que estos espacios albergan todo tipo de residuos, sin ningún control ni tratamiento, lo que afecta directamente desagües, contamina cuerpos de agua y suelos, deterioran el paisaje y se convierten en fuente de enfermedades potenciales para la población. 

Aseguró que se ha detectado el aumento de sitios en donde se dispone la basura de manera ilegal a cielo abierto, lo que genera graves impactos ambientales e incluso en Áreas Naturales Protegidas, siendo focos de infección y riesgo sanitario. 

En el periodo de lluvias los residuos que se dejan de manera ilegal en esos terrenos generan lixiviados, los cuales se filtran al subsuelo, lo que causa contaminación de los mantos freáticos, explicó el senador en la propuesta. 

Asimismo, dijo que es necesario regular la construcción de nuevas unidades habitacionales cercanas a los tiraderos clandestinos, ya que no cumplen los requerimientos más modernos de la conservación del medio ambiente. 

Refirió que de no adoptar medidas urgentes que aminoren el incremento de generación de basura, para 2050, los desechos sólidos crecerán 70 por ciento con respecto a los niveles de 2016, al pasar de dos mil 10 millones de toneladas a tres mil 400 millones de desperdicios. 

Es fundamental trabajar en políticas que permitan el aprovechamiento sustentable, la preservación, y en su caso, la restauración del suelo, el agua y los demás recursos naturales, de manera que sean compatibles la obtención de beneficios económicos y las actividades de la sociedad con la protección de los ecosistemas, puntualizó. 

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