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Estar en forma y la vanidad también es cosa de hombres

Cada vez hay más hombres que se preocupan por su aspecto y cuidado personal

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Foto: Reuters

Por mucho tiempo se pensó que el cuidado personal y la vanidad eran exclusivos de las mujeres, pero en pleno siglo 21 a los hombres no sólo les preocupa el afeitado o la caída del cabello, sino también la depilación, el bronceado, el retoque de cejas o los tintes para pestañas, entre otras cosas.

Tampoco les son ajenos los tratamientos para retardar la aparición de arrugas, combatir el sobrepeso o relajar los músculos cansados con masajes de hidroterapia.

Como parte de todos estos cambios generacionales, la piel de los hombres ya tampoco es el muro infranqueable que era en décadas pasadas y reclama suavidad.

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Cada vez es más generalizada la idea de que una piel hidratada es una piel atractiva, sin importar el género.

De acuerdo con un estudio de Nivea, 95 por ciento de los hombres se afeita diariamente y que cada día invierten más tiempo en obtener el mejor rasurado, ya sea con máquinas eléctricas o con rastrillos.

Pero hay otros rituales que se van incorporando al día a día de los hombres, como es el caso de la exfoliación o los aportes cosméticos que combaten la deshidratación.

Además de los tradicionales productos after shave que los caballeros utilizan para hidratar la piel después de rasurarse, se han ido incorporando otros hidratantes que impiden la evaporación del agua de la piel, mejoran la capacidad de las células de la capa superior para retener la humedad y actúan como escudo protector frente a las agresiones externas de la contaminación, el sol, las bajas temperaturas o la calefacción, entre otros factores.

Otro aspecto que cada vez se vigila más de cerca es el olor corporal. El cuerpo suda para regular su temperatura y ese proceso tiene su lado negativo: el olor desagradable y las temibles manchas en la ropa.

Por ello la ducha diaria, los desodorantes antitranspirantes y el agua de colonia resultan imprescindibles para luchar contra el sudor.

Otra de las obsesiones masculinas es el cabello, prioridad en el arreglo matutino, en el que los hombres dedican una media de siete minutos diarios para lavar y peinar.

Por otro lado, la calvicie, junto con la grasa y la caspa son algunos de los problemas que más le preocupan a este sector.

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En contraparte, el varón del siglo 21 se preocupa por un corte con estilo y bien arreglado con un poco de espuma o gel de fijación.

Además, demandan productos para el pelo dos en uno -shampoo y acondicionador- para agilizar el proceso de lavado.

Ante los tratamientos en centros estéticos, el público masculino es totalmente diferente al femenino y resulta más fiel, siempre que comprueba los efectos reales. Por ello es común que pidan información clara y concisa y que se dejen llevar menos por los reclamos publicitarios.

El más solicitado es la limpieza facial para acabar con los puntos negros y las impurezas, que es imprescindible una vez al año. Lo primero que se debe hacer es analizar el tipo de piel con el fin de aplicar los productos adecuados.

La sesión empieza con una limpieza que prepara la piel para recibir los productos. Si es necesario, la esteticista elimina los puntos negros que suelen aparecen en la nariz, barbilla y zona de las patillas. Después realiza una exfoliación para acabar con las células muertas y conseguir una mejor regeneración.

Posteriormente se aplica una mascarilla y se finaliza una con un agradable masaje que alivia la tensión en el cuello, pecho y mirada. Según las necesidades, el tratamiento puede terminar con la aplicación de cremas antienvejecimiento.

Las zonas del cuerpo que más se depilan los hombres son la espalda, la nuca, los hombros, el tórax y la barba. La incomodidad y roce con la ropa, los pelos enquistados o simplemente por estética son las razones por las que el hombre opta por la depilación por láser o eléctrica.

Es un método seguro, pero caro, ya que los hombres necesitan más sesiones, ya que su vello es más duro debido a la presencia de andrógenos, que potencian y estimulan los folÌculos pilosos.

El hombre también se ha ido aficionando a los masajes. Uno de los más solicitados es el tailandés que ofrece una técnica de relajación que reequilibra la energía, estimula la flexibilidad del cuerpo y elimina cualquier vestigio de estrés, mediante estiramientos, presiones y masaje profundo.

El masaje shiatsu es otra buena opción para aliviar las tensiones, los dolores musculares, las lumbalgias y el estrés.

Es el toque de sensibilidad que a la gente le encanta en un hombre. Unas manos limpias con una piel suave y las uñas en perfecto estado son la mejor carta de presentación. A dúo con los pies cuidados y sin durezas. Con una sesión mensual de manicura y pedicura, siempre estarán impecables.

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Eliminar grasas, tonificar el cuerpo o relajar músculos cansados son algunos de los objetivos que los hombres persiguen en el gimnasio.

Unos abdominales definidos, glúteos bien formados, hombros fornidos y musculosos marcan la diferencia. Con tres o cuatros horas semanales se consiguen resultados muy aceptables.

Los balnearios actuales poco tienen que ver con los de antaño, asociados con la imagen decadente sólo aptos para mayores con dolencias reumáticas. Ahora cuentan con cabinas donde se realizan aplicaciones de fangos calientes, masajes debajo del agua, terapias de relax, estimulaciÛn de la circulación sanguínea, oxigenación y puesta a punto de la piel.

Además de chorros de agua de alta presión que actúan sobre los puntos terapéuticos elegidos. Resultan ideales para aliviar dolores musculares y combatir los depósitos de grasa.

El declive físico, cognitivo, reproductivo e intelectual suele iniciarse al soplar las treinta y cinco velas en el pastel de cumpleaños y se afianza en los cinco años siguientes, según los profesionales médicos del envejecimiento y la belleza. La buena noticia es que hay autocuidados y medidas eficaces para ralentizar este proceso.

El concepto de “medicina preventiva y curativa a la vez”, llamado ‘Beauty Aging’ (envejecer con belleza) acompaña el paso de los años con un embellecimiento exterior e interior, mejorando el aspecto, metabolismo y salud, por medio de medidas saludables e intervenciones estéticas.

“Alrededor de los treinta cinco años, comenzamos a envejecer y no puedes cambiar cómo fue tu vida, pero a partir de esa edad puedes avanzar por el tiempo con la mejor salud y el mejor aspecto posible. Depende de ti”, según la doctora Marbelia Martínez especialista en medicina antienvejecimiento.

“Para reducir el impacto de la oxidación celular que nos hace envejecer, tenemos que buscar en nuestra vida el ‘equilibrio redox’, un estado que se ve favorecido al evitar el tabaquismo y el consumo de alcohol, la sobreexposición solar y los lugares muy contaminados”, señala la doctora Martínez.

Envejecer es inevitable, pero al margen de la genética, es posible sumar años manteniendo la belleza y una buena salud, con calidad de vida, en definitiva.

“El envejecimiento es un proceso que depende, tanto de factores internos como externos y es, en este punto, en el que se puede trabajar para avanzar por el tiempo con la mejor salud y el mejor de los aspectos posibles”, según la doctora Marbelia Martínez, de la Clínica de Cirugía plástica y estética Sensabell, de Valencia, España.

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Existe un cierto consenso de que comenzamos a envejecer en términos biológicos a mediados de la tercera década de vida, en torno a los 34-35 años, según esta especialista en Medicina Estética y Medicina Antienvejecimiento.

“A partir de ese momento podemos modelar cómo va a ser en cuestiones tan decisivas como la alimentación, el peso corporal, el sueño y hábitos de estilo de vida, con especial atención en el estrés, un factor que favorece la enfermedad y el envejecimiento”, según explica Martínez.

“Por algo hay personas de cincuenta que parecen más jóvenes y son más vitales que otras que no superan la cuarentena”, destaca.

“Esto puede lograrse siguiendo las propuestas de un nuevo concepto denominado ‘Beauty Aging’ (envejecer con belleza o bellamente) que, sin pretender ignorar el paso del tiempo, consiste en adoptar medidas saludables para acompañar el paso de los años logrando un embellecimiento tanto exterior como interior”, según Martínez.

Este concepto de “medicina preventiva y curativa a la vez” desarrollado por Sensabell, busca “mejorar el aspecto exterior, así como el metabolismo y salud interior, tratándola como un ser integral que requiere atención global y personalizada”, explica.

“La cirugía estética, que mejora físicamente a la persona, la medicina estética de rejuvenecimiento facial y corporal, que cambia positivamente la calidad, textura y contorno de la piel del rostro y el cuerpo, sumados a los nuevos conceptos de medicina antienvejecimiento, tienen un triple impacto en la salud total”, destaca la doctora María Teresa Achiques, directora de Sensabell.

Rocío Gaia / Carmen Martín / El Sol de México

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