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Los conciertos de heavy metal y su “pesada” historia

La arena de lucha libre en el centro de Tlalnepantla fue sede durante años de los conciertos de grupos reconocidos de este género

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Foto: IG metallica

Hacia el final de la década de los 80, el sonido del heavy metal se escuchaba en en vivo en una arena de lucha libre ubicado en el centro del municipio de Tlalnepantla de Baz, en el Estado de México, a donde los devotos de este género se desplazaban, eran territorios lejanos para presenciar esas tocadas subterráneas, que con el tiempo se convirtieron en históricas.

A mediados de esa década, Gueorgui Lazarov y Carlo F. Hernández fundaron la revista Heavy Metal Subterráneo y salió a la luz bajo el patrocinio de Conecte, una de las publicaciones referentes del rock.

Sin embargo, el apoyo se terminó tras cuatro números y para conseguir los recursos que les permitieran continuar editando más números de manera independiente organizaron algunas tocadas en el Foro Isabelino.

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Luego de la proyección de una serie de videos grabados del programa Headbangers Ball de MTV, los grupos Abaddon, Next, Alucard, Transmetal, Ramsés, Z y Gehenna, entre otros, se presentaban en ese sitio de la calle de Sullivan 43, en la Ciudad de México, también conocido como Centro Cultural El Tecolote, durante las fechas pactadas por Gueorgui Lazarov, quien además de conducir el programa de radio Heavy Metal Subterráneo a través de Rock 101, estaba dentro del sello Avanzada Metálica; y Carlo F. Hernández, que fue parte del Escuadrón Metálico, una organización que involucraba a bandas del género para colaborar en la difusión de sus trabajos.

Finalmente, los recursos llegaron y la revista siguió llegando a los puestos de periódicos, pero el nombre del programa de radio y de la revista se colocaría también en los carteles como una productora de conciertos al lado de la que tenía la Arena Adolfo López Mateos: Casa Grande.

En un evento de artistas de diversos géneros en el entonces Distrito Federal, conocieron a Héctor Guzmán, hijo del dueño de la Arena de Tlalnepantla, y le presentaron el proyecto para trabajar de manera conjunta. “Vamos a asociarnos para hacer conciertos de heavy metal, tú pones la Arena, nosotros ponemos los grupos, la publicidad… en fin, así empezó todo”, comenta Gueorgui Lazarov en una plática desde Bulgaria, donde radica actualmente.

“El escenario se hacía con tablas, el PA era patético porque no había dinero para hacer un concierto grande, pero con el tiempo fuimos invirtiendo, con el tiempo compramos unos pequeños Marshalls, queríamos inclusive rentar un departamento para no pagar los hoteles, salía más barato pagar una renta mensual por un departamento que llevar a los grupos a un hotel y no se hizo porque normalmente lo que ganábamos en un concierto siempre lo perdíamos en el siguiente, salir tablas era cantar victoria”, recordó.

En cuanto a lo que ofrecía la Arena, Lazarov comparte que los integrantes de los grupos nunca se quejaron de los camerinos –que eran los mismos de los luchadores-, tampoco del equipo ni del audio; la batería era de Víctor Valdovinos, baterista del grupo de rock progresivo Iconoclasta, quien la rentaba o se las prestaba cuando no había dinero y con ella tocaban todas las bandas; el backline, en un inicio, era cortesía de los grupos abridores. “Al principio las bandas tocaban con lo que les ponías y estaban felices porque estaban tocando en México, fuera de Estados Unidos”, afirma.

En aquellos días los recursos con los que se contaba para negociar las visitas de las bandas eran el teléfono fijo, el fax y la correspondencia, Lazarov mencionó que principalmente él se encargaba de concretar las giras, se ofrecía los boletos de avión, hospedaje, transporte, comida, back line, PA y una cantidad de dinero si la entrada era buena. “La mayoría de los grupos undeground no tenían la posibilidad de tocar en Estados Unidos, más allá de su ciudad, de algún pueblo aledaño o de un club, porque no eran muy conocidos”, subraya.

Además de los conciertos, durante su visita a México los grupos tenían garantizada entrevista en radio, en la estación Rock 101; firma de autógrafos en la tienda de discos Super Sound, y presentación en televisión en canal 4 en el segmento de las 2:00 de la madrugada en Música Sin Fronteras del sistema ECO.

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El trío femenino Heather Leather, formado en San Antonio Texas por las hermanas Garza y que sólo contaba con un siete pulgadas, fue la primera banda que se presentó en el lugar el último sábado de julio de 1988, desde esa fecha las gradas de cemento y la zona donde debía estar el cuadrilátero fueron tomadas por un público también subterráneo.

Vicious Rumors llegaron en septiembre con su Digital Dictator Tour, armando un set de ese disco de 1987 y del anterior, Soldiers Of The Night (1985).

A inicios de noviembre de ese año llegó el turno para otra banda norteamericana con dos fechas. “Demolition Hammer, de Yonkers, un barrio de Nueva York, ¿quién los conocía? Ellos mandaron su demo, nosotros lo recibimos, lo reseñamos en la revista, publicamos su biografía, lo tocamos en la radio, los trajimos y después creo que han venido dos veces más. La primera vez tocaron gratis”, menciona.

Carteles de bandas subterráneas de heavy metal como Recipients of Death, Devastation o Savage Thrust aparecían pegados en las paredes anunciando sus conciertos en México y la respuesta continuaba siendo buena, pero en junio de 1989 el entarimado esperaba a Death, que vino vía su representante Eric Greif.

“Death fue cortesía de Eric Greif, que en paz descanse, falleció hace algunas semanas, pero a Eric Greif yo lo contacté porque había interés de Avanzada Metalica de que como era productor podría producir a Transmetal”, recuerda el exlocutor de Rock 101.

Leprosy era el disco que habían publicado a finales de 1988 y es la gira que los trajo para un par de presentaciones el sábado 17 a las 16:00 horas y el domingo 18 a mediodía, sí, a las 12:00 ya que a las 17:30 comenzaban las funciones de lucha libre en la Arena y no había que hacer esperar a Rey Cobra, Gran Petroneo, Rocky Santana, Leopardo Negro, Black Terry o cualquier ídolo local. El grupo tuvo un par de entrevistas, en Rock 101 y en Espacio 59, además actuaron en el mencionado Música sin Fronteras que conducía el periodista Alfonso Teja.

Para cerrar el año aceptó tocar en México un grupo de Brasil que ya gozaba de una reputación a nivel internacional. Dos funciones cerraron los de Sepultura para la Arena López Mateos en la gira de su disco Beneath the Remains, que los había llevado a recorrer parte de Europa, Estados unidos y Brasil.

“Ya eran reconocidos a nivel mundial, a mí se me hizo raro que aceptaran, teniendo en cuenta lo famosos que eran porque… ¿qué les ofrecíamos? Dinero había muy poco de por medio, lo que les pagamos creo que fue simbólico”, destaca Gueorgui Lazarov.

El sábado 16 de diciembre se hicieron acompañar por Mortuary y Tormentor, mientras que el domingo 17 de Transmetal y Anarchus. Antes de estos dos conciertos, los cuatro miembros de Sepultura se pasaron por Rock 101 para una entrevista el jueves 14 en donde dieron cuenta de la gira y compartieron que habían estado abriendo para Sodom. Max Cavalera anunciaba también que los shows serían especiales, pues cerrarían esa etapa de la gira en nuestro país, lo demás ya es historia.

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Y sí, la Arena estaba de bote en bote y la gente loca de la emoción, en el escenario estaban los cuatro músicos, ídolos de la afición, ejecutando material de su Beneath the Remains y de sus discos anteriores Schizophrenia (1987) y Morbid Visions (1986).

Enrique Ángeles | El Sol de México

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