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La Opinión

Dos años conviviendo con el Covid-19

El desabasto es otro de los grandes problemas que ha acarreado el confinamiento mundial por la pandemia de Covid-19

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Estamos cumpliendo prácticamente dos años de que inició la pandemia de Covid-19 y con ella una sacudida mundial que no termina de acomodar a las sociedades en el nuevo modo de vida, el saldo de muertos oscila en los 5.2 millones, hay un desabasto creciente en diversos productos básico o no; y una brecha más amplia entre los gobiernos que impulsan la vacunación y los que no lo ven como opción.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima incluso que si se tiene en cuenta la sobremortalidad vinculada al Covid-19, directa e indirecta, el balance de la pandemia podría ser dos a tres veces más elevado que el registrado oficialmente.

A lo anterior, habrá que sumar que algunas enfermedades como la diabetes han presentado durante la pandemia un repunte mundial muy alarmante, el profesor Andrew Boulton, presidente de la Federación Internacional de Diabetes y profesor de medicina en la Universidad de Manchester, dijo al Daily Mail que “el impacto del Covid significa que ahora estamos lidiando con una serie de crisis de tipo 2 diferentes a la vez”.

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Estudios llevados a cabo en Reino Unido muestran que casi uno de cada 20 pacientes hospitalizados con Covid-19 fueron diagnosticados con diabetes en los cinco meses posteriores a la contracción del virus. Esto es tres veces más que el número de británicos que desarrollan diabetes durante un período promedio de cinco meses.

Es importante señalar, que durante estos dos años han caído varios gobiernos por su forma de atender la emergencia sanitaria, como es el caso de Donald Trump, y otras gestiones, particularmente en América Latina, fieles a sus costumbres han cometido corrupciones en la compra de material médico, vacunas y tiempos de vacunación (léase Argentina y Perú, entre otros)

A otros gobiernos como el de Venezuela, aunque usted no lo crea, la pandemia les dio un poco de respiro ante una creciente presión social que los tenía al borde el colapso, pero ante los confinamientos pudieron lamerse las heridas y hoy otra vez lucen fuertes, incluso retomaron el control absoluto de sus países.

Sin embargo, estos confinamientos que han resultado la mejor medida, junto con el cubrebocas, para tratar de frenar los contagios, también tienen su lado oscuro, por ejemplo, en China la gente la vive bajo un creciente estrés porque ante el mínimo brote que registra el país, se confina a todo el sector donde se detectó y eso no les permite retomar una vida “normal”.

El desabasto es otro de los grandes problemas que ha acarreado el confinamiento mundial, no sólo es el rubro electrónico, también hay escasez en productos básicos, el problema se extiende hasta los medicamentos –como son los antibióticos– o peor aún la OMS ha alertado de un posible falta de jeringas para seguir vacunando a la población contra el coronavirus.

Esta crisis de abasto, puede ser imaginaria por los retrasos en las entregas, no obstante al final del día, eso alterará los precios de los productos, por ejemplo, los navideños de temporada, hay que recordar que el consumo se incrementó a partir de que comenzaron –hace más de dos meses– los desconfinamientos por todo el mundo.

Durante el confinamiento la gente bajo sus gastos a niveles mínimos y si a eso le sumas las ayudas sociales por parte de varios gobiernos, como el del estadounidense Joe Biden, pues ahora la población tiene mayor poder adquisitivo y por consecuencia mayor consumo, lo que ha derivado en una inflación que sí preocupa a muchos.

Esas ayudas sociales también desprendieron otro problema en el rubro económico y laboral, actualmente no hay suficiente mano de obra para cubrir las producciones, la gente que pudo ahorrar no está tomando cualquier trabajo y por consecuencia no hay cobertura completa de plazas.

Hay otro lado perverso en los confinamientos, por lo menos en Estados Unidos, el consumo de drogas y fallecidos por esta causa aumento de manera preocupante, entre abril de 2020 y abril de 2021, ese país registró 100 mil 306 sobredosis fatales, un aumento del 28,5% respecto al mismo periodo del año anterior (78.056 fallecimientos), según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

También, hay una fuerte polarización entre los gobiernos que impulsan con todos sus recursos la vacunación masiva e impulsan las nuevas formas de tratamiento y protección (píldoras) con el afán de frenar la pandemia, a través de la distribución a los países pobres o inoculando a menores lo más rápido posible.

Y los gobiernos que creen que no es necesario porque solo se trata de gastar recursos para beneficiar a las farmacéuticas (que dicho sea de paso, si se han beneficiado económicamente), o de plano hay gobiernos que esconden sus números de muertos y fallecidos para quitarse los reflectores sanitarios.

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Aunque, hay un sector muy importante de la sociedad en el mundo que no quiere vacunarse y ha tomado las calles para exigir su derecho a decidir de manera libre sobre sus cuerpos, puede ser que tengan razón, pero mientras ellos reclaman sus derechos, el Covid no da tregua y ya comenzó una nueva ola de contagios en Europa.

Precisamente hace dos años, Italia comenzó la masificación de este virus y muchos gobiernos y sociedades lo desdeñaron, ahora esperemos que la historia no se repita porque ya sabemos de qué es es capaz esta pandemia. O usted ¿qué cree?

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