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La Opinión

Daniel Ortega tuvo un triunfo electoral con sabor amargo

Nicolás Maduro ha tenido por varios años puestos los ojos del mundo por su represiva manera de gobernar, que no dista de Daniel Ortega

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A ningún otro país le pudo resultar mejor la reelección de Daniel Ortega en Nicaragua que a Venezuela, aunque sea por unas semanas la presión va estar puesta sobre el mandatario centroamericano, para comenzar la OEA y Estados Unidos ya atizan para desacreditar esa jornada electoral, un poco tarde por cierto, ¿no cree usted?

Nicolás Maduro ha tenido por varios años puestos los ojos del mundo por su represiva manera de gobernar, que no dista mucha de la de su comparsa Ortega, pero no fue si no hasta el 7 de noviembre, que el mundo se dio cuenta que ese otro dictador también utiliza como principal herramienta la represión para mantenerse en el poder.

Al menos 160 opositores al régimen sandinista están presos por atreverse a desafiar al gobierno que emanó de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el cual liberó a los nicaragüenses de la dictadura de Anastasio Somoza. Que no quería dejar el poder y lo defendía con medidas represivas, o sea lo mismo que sucede hoy.

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Todos en Nicaragua y afuera lo saben menos el presidente Ortega y su esposa la copresidenta, Rosario Murillo –a quien por cierto no le gusta que le contradigan y es que es muy vengativa– que siguen en el poder porque aplastan a quien se opone a sus decisiones, lo peor, en el mejor de los casos, es que siguen “creyendo” que son la solución para los nicaragüenses.

En ese sentido, el gobierno estadounidense de Joe Biden enfrenta un dilema ante la cuestionada reelección de Nicaragua: si responde con tibieza, otros en la región podrían tomar nota, pero si impone sanciones fuertes, se arriesgaría a que haya un efecto bumerán.

Biden, calificó de “pantomima” los comicios en Nicaragua, del domingo 7 de noviembre, que dieron a Ortega un cuarto mandato consecutivo, y promulgó la Ley Renacer, que recibió apoyo bipartidista en el Congreso y le permite ampliar las sanciones al gobierno de Ortega y Murillo.

Pero como ya le decía al principio, la oportunidad para desviar el foco de atención mundial es inmejorable para Maduro, de hecho fue uno de los primeros países en felicitar a Ortega.

“Es una gran victoria, una victoria de la gente, una victoria de una patria, que tiene un presente, tiene un futuro, tiene un gran pasado. Nuestras felicitaciones. Aprovecho para enviar nuestras felicitaciones y admiración a la Nicaragua siempre libre”, dijo el Presidente de Venezuela.

Cuba, Bolivia, Rusia Georgia, Abjasia, Osetia del Sur, Nauru y Siria también expresaron sus felicitaciones a Ortega, que dichos sea de paso, si completa este nuevo periodo sumará 20 años consecutivos en el poder y un total de 29 años de gobierno. Eso sí, con la bandera de la democracia tatuada en la frente.

Si le faltaba a Daniel Ortega algún apoyo pesado del mundo a su triunfo electoral, el fin de semana sucedió, el líder norcoreano, Kim Jong-Un, felicitó a su par nicaragüense, por haber sido reelegido para su quinto mandato, el mismo gobierno sandinista publicó la carta de felicitación.

Con excepción de los países antes mencionados, prácticamente todo el mundo repudió el triunfo del exguerrillero sandinista, pero quizá él no sea en estos momentos tanto el problema, sino su copresidenta, desde hace muchos años Rosario Murillo a estado lamiéndose los bigotes en la antesala del poder.

Es por eso que de poquito en poquito ha ido escalando peldaños, hasta unas semanas antes de la elección era oficialmente la vicepresidenta de Nicaragua, pero después fue nombrada de facto como copresidenta, un figura que no existe en la Constitución de ese país, pero eso poco importó para ponerla un paso más cerca de la Presidencia.

El problema para Daniel Ortega es que dentro del sandinismo, el apoyo a la también primera dama no es unánime más bien es poco y eso puede ser la principal barrera para convertirse en mandataria, tendría que realizar una cirugía al interior de esa corriente para tratar de convencerlos de ella es la mejor opción para mantenerse en el poder.

Pero si esta opción no funciona para Murillo, pues siempre va estar la tan recurrida represión a los mismo sandinistas, ese puede ser el punto de quiebre de esa corriente y una muy buena oportunidad para abrirle el paso a la democracia, aunque eso implicaría problemas para Maduro y todos aquellos que no se quieren ir del poder y que en su mayoría apoyan a Ortega.

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Hoy el triunfo del mandatario nicaragüense reivindica a todos esos gobiernos represivos que piensan que es suyo, quizá tarde, pero es seguro que no estarán ahí para toda la vida, los ciclos se cumplen y el de Ortega y Murillo se comenzó a agrietar con el triunfo, a modo, de su cuarta reelección. O usted ¿qué cree?

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