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What Design Can Do es la plataforma de diseño con impacto positivo en el mundo

Apoya la innovación en el diseño con residuos agrícolas para elaborar diversos artículos para la casa y la oficina

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Foto: Roberto Hernández

El acto de diseñar debería ser más que crear cosas bellas, dice Alain Pescador, director general para México de la organización internacional What Design Can Do, quien afirma que el diseño debería ser en cambio una herramienta de los emprendedores para transformar la realidad.

“Los diseñadores hacen mucha mierda todo el tiempo, generan nuevos productos con esta excitación de la creación pero que no son útiles en el día a día. Sin embargo existe una nueva responsabilidad de los creativos de aportar de manera consciente algo al mundo”, platica.

What Design Can Do, la plataforma que Alain representa en México, es una respuesta a esta nueva responsabilidad, aquella en la que la creatividad tiene la deuda de convertirse en una fuerza positiva de cambio en el mundo.

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Se trata de una plataforma que busca ser un espacio donde corporaciones, emprendedores, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil exploren y comiencen a usar la innovación en el diseño para generar un impacto real en el mundo, más allá de ser un solamente vehículo para el consumo en masa.

Según la organización, los gobiernos y el dinero por sí sólo no pueden resolver los problemas que aquejan a la humanidad, por lo que se necesita de creatividad e ideas frescas para encontrar estrategias alternativas.

Además de foros que realiza cada año en Amsterdam, Sao Paulo y Ciudad de México en los que speakers de todo el mundo comparten su visión, el músculo de What Design Can Do radica en convocatorias de innovación conocidas como Challenges.

En ellas, la plataforma pide a diseñadores de todo el mundo ofrecer respuestas creativas a los grandes problemas que aquejan al mundo. Al momento, se han abordado temas como la trata de personas, el cambio climático, la crisis de refugiados y la generación de residuos.

“Queremos dar herramientas a los creativos para que puedan conectar sus habilidades con las necesidades del mundo y que no nada más se haga una silla únicamente por hacerse otra silla más, sino que se hagan productos y servicios que tengan un propósito y causa.

Señaló que “los diseñadores pueden ser un agente de cambio y no necesariamente tienen que estar restringidos por las paredes delineadas por la academia o la concepción tradicional de lo que son las industrias creativas”.

La convocatoria no se limita a profesionales del diseño, sino que está abierta a todo aquel con una idea disruptiva abocada a generar un cambio en sistemas ineficientes y no generar nuevos productos encima de ellos.

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Emprendedores, tecnólogos, comunicadores, funcionarios o personas sin estudios, todos pueden aportar ideas, explica Alain, la única limitante es que éstas deben estar impulsadas por el diseño y la creatividad.

“Todo en esta vida está diseñado, tu ropa, el espacio que habitas, tu rutina diaria (…) la diferencia es que ese algo puede estar diseñado de una manera en la que agregue valor al planeta y a la sociedad”, dice.

Alan expone que “desde esa perspectiva tratamos de incentivar innovaciones que utilizan de manera consciente una serie de pasos, una metodología que ayude a crear un producto o un servicio tangible que solucione un problema apremiante para el mundo”.

Un jurado selecciona a los ganadores de los Challenges y estos entran a un programa de aceleración donde se refina la idea para convertirlos en productos viables en términos de mercado y finanzas y reciben capital semilla para lanzarse al público.

Desde el 2016 un total de 38 emprendedores de varias partes del mundo y con soluciones innovadoras a problemas sociales han terminado el curso de aceleración y recibido apoyo.

Según datos de What Design Can Do, al momento 80 por ciento de los proyectos de los egresados están activos y se encuentran trabajando con corporaciones de todo el mundo, gobiernos o emprendiendo en solitario.

Entre los más reconocidos egresados se encuentran proyectos como Makers Unite, una red de origen griego que da oportunidades de educación, entrenamiento y empleo a refugiados; Dronecoria, una empresa de reforestación y siembra de parcelas mediante el uso de drones; Evocco, una plataforma que informa a los consumidores sobre el impacto ambiental de los productos que compran; o Beehive, una empresa india que comercializa sistemas de climatización basados en arcilla y agua.

La plataforma también ha impulsado por ejemplo a una empresa de señalética enfocada en evitar que mujeres migrantes caigan en redes de prostitución en hoteles, a una app que informa en varios idiomas a migrantes de Medio Oriente sobre rutas seguras o trámites burocráticos en países europeos o una marca de pañales reutilizables hechos con derivados de algas marinas.

Marcadamente también está Ecolona, startup mexicana fundada por Lisseth Cordero y Alejandra Valdez quienes ganaron el Clean Energy Challenge 2019, la cual se enfoca en conectar a personas y empresas con centros de reciclaje y que ya cuenta con alianzas con nombres como Nestlé, Grupo Modelo, Tetra Pack, Colgate o Walmart.

Según explica Alain, Ecolona encontró un nicho de mercado al identificar cómo las empresas de tamaño mediano están presionadas por satisfacer las regulaciones en cuanto a tratamiento de desechos pero a la vez no contaban con el conocimiento para hacerlo. Esto le ha permitido ser uno de los mayores casos de éxito respaldados por la Organización.

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Poco a poco, abunda, la gran industria ha entendido que debe replantear sus métodos de producción, por lo que hay una gran puerta de oportunidad para ofrecerles soluciones a las complicaciones que el mismo diseño ha generado.

“El problema que estamos tratando de resolver cómo podemos ayudar a las instituciones, tanto del sector público y del sector privado, a transitar hacia una economía circular. Queremos aportar soluciones, ideas e inspirar al mundo hacia cómo podemos avanzar a esa transición, aportar nuestro granito de arena”, anota.

What Design Can Do es la creación de los diseñadores holandeses Richard Van Der Laken y Pepkin Zurburg, colegas universitarios y co-fundadores de la agencia creativa De Designpolitie.

Bien conocidos en el ambiente creativo, su trabajo ha llegado al Design Museum de Londres y al MoMa de Nueva York, así como son speakers de TED Talks y autores de la reconocida columna gráfica Gorilla en los medios holandeses De Volkskrant y De Groene Amsterdammer.

“Debo de confesar que durante mucho tiempo sólo hacía cosas para impresionar a las personas pero nunca pensé en el impacto real que mi trabajo tenía en la sociedad y en el planeta. Creo que el gran problema con el diseño actual es que todos somos parte de este gran problema, como sea si trabajas en la moda, en el interiorismo, la arquitectura o el marketing”, explicó Van Der Laken para YouTube el año pasado.

Según ha platicado Van Der Laken en varias ocasiones, What Design Can Do comenzó hace 10 años como una conferencia en Amsterdam en la que diseñadores se reunieron para discutir el impacto de la profesión en los problemas mundiales.

Se trataba de dejar atrás a males que aquejan al diseño moderno como la obsolescencia programada, el uso de envases de un solo uso o el consumismo desmedido.

Por ejemplo, se estima que las sociedades desarrolladas desechan 99 por ciento de lo que compra apenas en un lapso de 6 meses, dejando detrás dos mil 120 millones de toneladas de desechos en el mundo cada año.

“La generación de basura es un problema de diseño. La organización nació un poco de esta pena que le daba a la comunidad creativa de todas las irresponsabilidades en las que ha incurrido”, cuenta Alain, quien por su parte es un especialista en relaciones gubernamentales que previamente había sido fundador de seis Degrees, una plataforma canadiense enfocada al desarrollo de sociedades más inclusivas, y dirigido los programas y contenidos del Foro Económico Internacional de las Américas.

Menciona que Alain había ayudado a What Design Can Do con la realización de sus eventos cuando en 2017 el hoy canciller Marcelo Ebrard acudió como invitado y ponente. El funcionario terminó por invitar a la organización para asentarse en el país a partir de 2018.

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De acuerdo con Alain, el respaldo de Ebrard para la organización se ha limitado a voluntad política para realizar los Challenges en la Ciudad de México y un contacto más cercano con gobiernos y corporaciones, entre ellas GNP Group, Nestlé o Huawei.

“México siempre fue como un área de interés para la organización, sobre todo por esa riqueza cultural que representa para las industrias creativas, estaba en el radar pero no hubiera sido posible sin una invitación como la que nos hizo el Canciller.

“Nos ha abierto puertas para poder por ejemplo tener nuestro festival en el Palacio de Bellas Artes, ese tipo de cosas que quizás se nos hubieran complicado al no tener este compromiso político para una mejor aceptación con instituciones y organizaciones. Nos ha ayudado a amplificar nuestro nuestro éxito”.

Durante su última edición en febrero del No Waste Challenge, What Design Can Do recibió 1400 propuestas de todo el mundo de las cuales tres mexicanas lograron colarse entre los mejor evaluados y recibirán 230 mil pesos para su desarrollo.

Radial una plataforma que transforma residuos agrícolas en materiales neutros en carbono que sustituye a la espuma de poliestireno; Hagamos Composta, servicio que ofrece recogida a domicilio de residuos orgánicos; y Sustrato, empresa que desarrolla materiales y productos sostenibles como cuerda, bioplástico y fieltro con residuos.

Para Alain, esto es prueba de que en el país existen múltiples emprendedores con ideas disruptivas aptas para recibir apoyo, lo que lo convierte en un semillero de cambio regional y el ancla de What Desing Can Do en Latinoamérica.

Así, desde México se buscará atraer a más proyectos de la región para en los próximos Challenges atacar otras problemáticas mundiales, como pueden ser la depresión, la obesidad o los efectos post-covid.

Asimismo, se está en busca de hacer crecer las alianzas con corporaciones y gobiernos para adoptar las nuevas soluciones de diseño así como de fondos de inversión y aceleradoras para confiar en ellas.

“Nuestro plan estratégico es que México sea el centro de las actividades en Latinoamérica. Todavía el entendimiento del poder del diseño está muy verde, la meta es hacer del país un centro estratégico para la organización en donde desde aquí puedan surgir programas que tengan un impacto en otras regiones.

Erick Ramírez | El Sol de México

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