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Seguridad

Las mujeres rurales sufren feminicidios, pero son invisibles y pasan desapercibidos en México

En tanto que en las ciudades los gritos se escuchan más fuerte, en el campo no se ven las demandas de las mujeres rurales que sufren feminicidio, ataques del crimen organizado, violencia intrafamiliar y precarización laboral, sostuvo Mariana González, vocera del Congreso Agrario Permanente (CAP).

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En tanto que en las ciudades los gritos se escuchan más fuerte, en el campo no se ven las demandas de las mujeres rurales que sufren feminicidio, ataques del crimen organizado, violencia intrafamiliar y precarización laboral, sostuvo Mariana González, vocera del Congreso Agrario Permanente (CAP).

Aseguró que esta situación se agravó con la pandemia por Covid-19, pues el año pasado se registraron alrededor de siete millones de llamadas de emergencia por aumento de violencia intrafamiliar en las zonas urbanas.

“Pero del sector rural, se desconocen las cifras, lo que vuelve invisibles a las mujeres del campo”, aseveró.

Indicó que la discriminación y marginación es tal “que nos coloca en una situación de vulnerabilidad, sin que se concreten acciones en contra de la violencia de género”.

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Mariana González denunció que las mujeres productoras también son discriminadas y no las toman en cuenta en la inclusión financiera, dado que sólo dos de cada 10 campesinas tienen acceso al crédito.

Tampoco hay corresponsabilidad en el trabajo, porque las mujeres rurales dedican hasta 67 por ciento de su tiempo libre al cuidado y labores del hogar, lo que disminuye su oportunidad para integrarse a actividades remuneradas.

“Y esto se agrava en el sector rural. Hay que reconocer y redistribuir el trabajo no remunerado y haya corresponsabilidad en la familia”, apuntó.

Se pronunció porque en el campo, el trabajo agrícola se haga mediante contrato formal y remunerado equitativamente, así como por asegurar el acceso de la mujer rural a la tierra y los recursos productivos.

A su vez, la integrante de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Ana María Alonso, expuso que salieron a la calle a recuperar la dignidad arrebatada por el Estado, mas no para festejar.

A nombre de las 75 mil afiliadas a la UNTA, sostuvo que las mujeres rurales vienen a la ciudad a recordarle al presidente Andrés Manuel López Obrador sus promesas de apoyo al campo y “quiénes lo llevamos al poder”.

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