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El Extranjero

La pandemia de Covid-19 hace que 118 millones de mujeres vivan en pobreza en América Latina

La pandemia de la Covid-19 produjo un retroceso de 10 años en las mujeres en el mercado laboral en América Latina, expresó la Cepal

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El trabajo no remunerado se incrementó durante la pandemia. / Foto: Cuartoscuro

La pandemia del coronavirus trajo una crisis sanitaria mundial, que casi ningún gobierno ha podido amortiguar, pero en la mujeres tuvo un fuerte impacto en la familia sumándose más víctimas de violencia, fueron las más despedidas en el plano laboral y las oportunidades de liderazgo se acotaron para ellas.  


Al menos 118 millones de mujeres viven en situación de pobreza, retroceso sin precedentes en la tasa de ocupación y aumento de la violencia machista es el legado más visible dejado en América Latina y el Caribe por la pandemia de Covid-19 que estalló en 2020.


La tasa de desocupación regional de las mujeres en 2020 aumentó de 10.3 a 12.1 por ciento, por encima del promedio de desocupación general, que subió a 10.6 por ciento, lo que significó que aproximadamente 1.1 millones de mujeres se incorporaron a las cifras del desempleo femenino, para llegar a un total de 13.3 millones.

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El producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe se contrajo 7.7 por ciento  en 2020 y la tasa de desocupación regional llegó al 10.7 por ciento (+2.6% respecto a 2019), según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).


Unas 740 millones de mujeres, el 58 por ciento de la fuerza laboral femenina mundial, están empleadas en la “economía informal”, trabajos que no están registrados oficialmente y, por lo tanto, en su mayoría no son elegibles para beneficios o disposiciones de red de seguridad social. 


A pesar de que en 2020 se alcanzó una cifra récord de mujeres en los puestos de alta dirección de las empresas Fortune 500, sólo el 7.4 por ciento de las compañías de esa lista están dirigidas por mujeres; además, tienen una probabilidad menor de convertirse en emprendedoras y se enfrentan a más obstáculos para iniciar un negocio. 

Las mujeres también sufren formas múltiples e interrelacionadas de discriminación en el lugar de trabajo que les suponen un impedimento para avanzar en su carrera y reclamar puestos de dirección, como el acoso sexual, la brecha salarial por razón de género y la falta de políticas respetuosas con la vida familiar.


Tras un año de pandemia “podemos comprobar que las consecuencias para las mujeres han sido desproporcionadamente negativas”, dijo en una entrevista con la agencia española EFE la directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza.


“La crisis provocada por la pandemia ha demostrado los grandes desafíos que tenemos como sociedades, haciendo más evidentes las desigualdades de género: las mujeres son las más afectadas por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados”, sostuvo funcionaria de la ONU.


Producto del cierre comercial y las restricciones de movilidad para frenar el avance del nuevo coronavirus, la pandemia provocó “una recesión económica que revertirá los avances en la reducción de la pobreza”, pues a finales del año pasado unas “23 millones de mujeres se adicionaron a la pobreza, para un total de 118 millones”.

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La pandemia de la Covid-19 produjo “un retroceso de 10 años en la participación femenina en el mercado laboral”, pues en 2020 esta “cayó 6 puntos porcentuales” en comparación con 2019, dijo Vaeza.


Respecto al trabajo doméstico, que supone entre el 10.5% y el 14.3% de los empleos de mujeres en la región, “más del 70% estuvieron afectadas por las medidas de cuarentena, sus ingresos disminuyeron o desaparecieron”.


A raíz del cierre de las escuelas en Latinoamérica, el más prolongado del mundo, las mujeres asumieron “gran parte del trabajo no remunerado adicional en el hogar”, y esta sobrecarga afectó “principalmente a las mujeres en los hogares más pobres, (con) hasta 39 por ciento más del tiempo”.

Pero esto no ha sido una situación nueva: antes de la pandemia las mujeres de la región dedicaban más del triple de tiempo al trabajo no pago que los hombres, recordó la directora de ONU Mujeres.


“También ha aumentado los niveles de violencia de género contra niñas y adolescentes, la pandemia en la sombra como le hemos llamado”, dijo Vaeza, que explicó que “se estima que por cada 3 meses de confinamiento habrá 15 millones de casos adicionales de violencia de género”.


La representante de ONU Mujeres afirmó que todavía no hay “datos sistematizados a nivel regional”, pero las cifras “emergentes demuestran un aumento en los reportes a las líneas telefónicas y en la búsqueda de apoyo” por causa de violencia hacia la mujer.


En Argentina, “durante las primeras semanas de la pandemia, el número de llamadas diarias a la Línea de Ayuda 144 para la Violencia de Género aumentó en un 39 por ciento”, y en México sucedió algo similar, con un alza del 53 por ciento de las llamadas de auxilio al 911 “por incidentes de violencia contra las mujeres”.


El pasado 26 de febrero, las Ministras de la Mujer y autoridades de los mecanismos para el adelanto de las mujeres de América Latina y el Caribe abogaron por la incorporación de la perspectiva de género en las políticas de respuesta a la pandemia para superar las múltiples formas de violencia y desigualdad que afectan a las mujeres.


Y reafirmaron su compromiso de tomar todas las medidas necesarias para acelerar la efectiva implementación de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW), la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y la Agenda Regional de Género para contribuir así a una recuperación transformadora, sostenible y con igualdad de género.


Aunque, la cultura latinoamericana está dejando atrás el patriarcado gracias a los movimientos feministas y los esfuerzos en igualdad de género, pero el cambio está ocurriendo lento, comentó la directora de la División de Asuntos de Género de la Cepal, Ana Güezmes.

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