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Baja California

Joven tijuanense convierte un peluche en un robot para ayudar a niños con discapacidad

Rubén Sepúlveda Velarde es un tijuanense que, apenas con 25 años de edad, se considera pionero de la robótica social

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Robot Diestro Soccer Down
Rubén Sepúlveda construye robots para ayudar a jóvenes con Síndrome de Down a practicar futbol. Crédito: Cortesía

TIJUANA, Baja California. La pasión por crear y convertir en algo útil cualquier cosa le llevó a la robótica. Rubén Sepúlveda Velarde es un tijuanense que, apenas con 25 años de edad, se considera pionero de la robótica social. Ahora trabaja en convertir un muñeco de felpa en un robot que ayude a los jóvenes con discapacidad.

Siendo un niño desarmó una aspiradora para transformarla en una máquina para hacer bolis (o hielitos) y con ello ayudar a sus padres a tener un sustento.

Su trabajo ha trascendido con Diestrin, el robot que diseñó para Diestro Soccer Down, una asociación civil dedicada a incluir en el futbol a los jóvenes con Síndrome de Down en las cinco ciudades de Baja California.

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“Me motiva mucho ayudar a los niños y hacer algo diferente; hacer algo que me gusta demasiado y que pueda aportar algo a la sociedad es algo bonito”.

El especialista explicó que el robot ayuda a la motivación de los niños que le ven como un juguete amigable y que tiene una aportación significativa en el desarrollo motriz, gracias a los movimientos sencillos de brazos hacia arriba y abajo y pasos hacia atrás.

Diestrin motiva a los niños con discapacidad a desarrollar sus movimientos motrices

“Sabemos que los niños tienen problemas motrices y el robot los ayuda a motivarlos, a querer hacer los movimientos que realiza el robot”.

La robótica social tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas, por ejemplo, facilitar cuestiones mecánicas repetitivas que pueden ser agotadoras, precisó. Sin embargo, el joven consideró que hay pocos estudiosos de la robótica social, debido a que “la gente no siente empatía (por problemas de otros)”.

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La inspiración y meta

Rubén estudia el último semestre de la maestría en tecnologías de la información, en el Instituto Tecnológico de Tijuana (ITT) y hace meses planteó un tema de tesis: Detectar emociones en menores con autismo.

Este trabajo académico le llevó a otras ideas. Con un peluche inició el proyecto de armar un robot con fines sociales.

“Ya hicimos pruebas con niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y Síndrome de Down. Hemos estado en demostraciones y sí ha ayudado, los niños se motivan mucho”.

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El tijuanense tiene muy claro el objetivo a largo plazo: desarrollar robots a bajo costo para aportar a la calidad de vida de los niños con trastornos de neuro-desarrollo.

Un muñeco de felpa puede transformarse en un juguete inteligente, al colocarle un exoesqueleto mecánico y programarlo con una aplicación móvil, explicó Rubén.

“Imagínate que tu hijo no lo puedas llevar a un centro autista y le puedas dar terapias con este muñeco”.

Los robots (de exoesqueletos mecánicos) adaptados por Rubén tendrían un costo aproximado de 100 pesos, mientras que un robot comercial (convencional, que se vende como un juguete) tiene un costo de hasta seis mil pesos.

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“Esto lo estoy haciendo porque quiero crear mi compañía de robótica, pero está muy inspirado en mi tema de tesis”.

En cuatro meses tendrá una prueba funcional y para 2021 se iniciarán con prototipos para que sean avalados.

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