:)

Negocios

La construcción del proyecto hidrológico Pujal Coy está en pausa en la Huasteca

Un plan de infraestructura que frenaría las inudaciones en ciudades de Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí, sigue inconcluso tras 40 años

Published

on

Inundaciones Huasteca

TAMPICO, Tamaulipas. Considerado como el proyecto hidrológico más importante de México pero también de toda Latinoamérica, el sistema Pujal Coy, que sería la válvula de seguridad para evitar inundaciones e impulsar el riego en terrenos agrícolas una tarea federal pendiente desde principios de la década de los 70.

Este sistema hídrico integral en la Huasteca potosina tenía dos funciones específicas en el papel: detonar la producción en miles de hectáreas del sector agropecuario mediante el almacenamiento de las cuencas de ríos y lagunas, y controlar las inundaciones para evitar un escenario como el vivido en por el huracán Hilda en 1955.

El proyecto hidrológico Pujal Coy incluía a los estados que componen la Huasteca, San Luis Potosí, Veracruz y sur de Tamaulipas, para beneficiar con riego a una extensión de 720 mil hectáreas agrícolas aprovechando la cuenca del río Pánuco, así como del Tamesí, sin embargo, aún sigue pendiente.

Lee: Las presas de Chihuahua tienen un tercio de agua de su almacenamiento, a pesar de las fuertes lluvias

José Luis León Hurtado, integrante del Consejo Ciudadano de la Cuenca del Río Pánuco, señaló que las pocas obras realizadas en la región huasteca potosina así como en estados vecinos generan el desaprovechamiento de los escurrimientos de agua al Golfo de México.

Recordó que el proyecto involucró dos grandes presas, Pujal y Coy, que tendrían la capacidad de evitar el riesgo, además de generar energía eléctrica, haciendo de esa región productiva una de las zonas más tecnificadas del país.

El proyecto Moctezuma, Los Hules Calabozo y proyecto Camiclán es una idea de doble propósito, apoyaría a la irrigación de tierra y detendría las avenidas de agua contra Tampico, Madero y Altamira.

Zona de inundaciones

La zona sur del estado, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, es la segunda región del país de mayor riesgo a inundaciones después de Villahermosa, Tabasco, que en octubre de 2007 y recientemente en octubre y noviembre de 2020 vivió sus peores inundaciones a causa de sistemas lluviosos que colapsaron los ríos Usumacinta y Grijalva así como su sistema lagunario.

Tampico, Madero y Altamira son una región de aguas rodeada por el Golfo de México, por el tercer río más caudaloso del país, el Pánuco, que desaloja al Golfo un estimado de 500 mil metros cúbicos de agua por segundo. También están las más de 44 mil hectáreas que integran el sistema lagunario del Tamesí, tanto el río Pánuco como esta cuenca en la década de los 50 dieron muestras de su poderío.

Entre los días 4 al 30 de septiembre de 1955, la región de seis mil 400 kilómetros cuadrados fue afectada por tormentas tropicales y los huracanes Gladys, el huracán categoría dos; Hilda y Janet, categoría cinco, creando una de las inundaciones más dañinas en la Huasteca veracruzana, potosina e hidalguense, lo que dio paso a incontables pérdidas de vidas humanas y patrimonios, estimándose un aforo de los ríos y lagunas más de 80 mil millones de metros cúbicos.

A diario miles de personas caminan por calles de la zona centro de Tampico así como de la ciudad, sin imaginar que en 1955 por varias semanas estuvieron sumergidas entre tres y casi seis metros de profundidad desfogando, según cálculos de las autoridades, un estimado de 80 mil millones de metros cúbicos de agua producto de lluvias intensas.

Dado el tren de vida actual en Tampico apenas se puede imaginar un embarcadero de lanchas en calles de la zona centro o que la laguna del Carpintero se uniera con el río Pánuco y anegara la zona centro.

El proyecto de infraestructura Pujal Coy para la región de la Huasteca llevó a la construcción de varias presas para garantizar el agua para riego y regular las avenidas de ríos, pero en buena medida quedó pendiente.

Proyecto Pujal Coy
Obras abandonadas

Las obras concretadas en Tampico fueron el bordo del Cascajal y Morelos donde, incluso, se colocaron estaciones de bombeo para evitar la inundación de estos sectores.

Pero en Tamaulipas la presa del Tamesí, que consiste básicamente en elevar los bordos en su cuenca con el fin de incrementar la captación de agua para riego, quedó como proyecto.

Desde 1985 con la construcción de las escolleras del puerto de Altamira, el cordón litoral entre los municipios de Madero y Altamira comenzó a debilitarse por efecto de la alteración de las corrientes naturales pasando de cuando menos un kilómetro y medio de ancho a menos de 300 metros en algunas partes.

De acuerdo con especialistas, la posible desaparición del cordón litoral, que a su vez protege a un sistema de marismas, podría generar la creación de una bahía que en caso de marea de tormenta, facilita la penetración del mar a la zona norte de Madero en caso de un impacto directo de algún fenómeno meteorológico.

En la actualidad hay un proyecto de recuperación, sin embargo este se realiza de manera lenta por cuestiones presupuestales. Anteriormente, Altamira y Madero contaban con un sistema de lagunas de mayor capacidad; en el caso de esa última localidad, se afronta el sistemático relleno de varias de ellas y ahora se han convertido en densos asentamientos humanos.

Publicidad

Trends

Publicidad