Flores muertas dan vida a la economía de Baja California

ENSENADA, Baja California. Los agricultores de Baja California encontraron una forma de dar vida a las flores que murieron sin ser vendidas en la temporada primaveral, debido a la pandemia de Covid-19. El objetivo es reactivar la economía rural.

La alternativa está en aprovechar las flores que se han secado, es decir, la naturaleza muerta. Los productores bajacalifornianos observaron un nicho de oportunidad al voltear a ver otros mercados para ofrecerles lo cosechado.

“Lo que está haciendo el productor es darle valor agregado con lo que son los arreglos florales”, informó Fernando Sánchez Galicia, delegado de Zona Costa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).

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Toneladas de claveles, girasoles y “nubes” dejaron de venderse en Ensenada (ciudad mayormente productora en el estado), a raíz de la baja demanda de su mercado principal: el estado americano de California.

Los invernaderos de flores se redujeron para los agricultores del estado, debido a la poca demanda del producto en California.

“Me comentaron algunos productores que les ha bajado la demanda entre un 40 y 50 por ciento, pero siguen exportando, aunque sea poco. No hay oferta y la demanda ha bajado en todo Estados Unidos”.

Ahora los productores buscan nuevas salidas para su mercancía, esta vez al interior de México.

“Ellos están viendo lo de arreglos florales, no tanto de la flor viva, porque allá hay zonas del interior (de México) que están más cerca: Puebla, Estado de México y Morelos”.

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Las nubes, también llamadas “velo de novia”, los girasoles y claveles se siembran en Maneadero y San Vicente, dos poblados ubicados en el puerto de Ensenada, un municipio al Sur de Baja California que concentra la mayoría de la economía rural.

La agricultura de la entidad fronteriza del país es parte de los sectores afectados por las bajas ventas y cientos de familias buscan subsistir antes la crisis económica. Son 22 unidades de producción las que se trabajan en Baja California y representan 400 hectáreas aproximadamente.

El Descanso, por ejemplo, una zona productora de flores ubicada en Tijuana, también tuvo afectaciones económicas, debido a que no tenían compras.

“Algunos invernaderos han cerrado porque ya no les era costeable el precio que estaban ofertando”.

Sánchez Galicia dijo que esperan parte de la economía con el proyecto de naturaleza muerta.

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