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El Extranjero

El coronavirus y la guerra por el papel higiénico

Los especialistas explican por qué los ciudadanos acuden a realizar compras de pánico en especial de rollos de papel de baño

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Desde que comenzaron las cuarentenas para frenar la pandemia del coronavirus en el mundo los ciudadanos se han volcado a los centros comerciales para comprar cubre bocas, gel antibacterial, toallas desinfectantes y cloro, pero lo que ha sorprendido a propios y extraños es la alta demanda de papel higiénico, inclusive se han registrado conatos de pleito por quedarse con los últimos rollos en existencia.  

El nuevo coronavirus (COVID-19) se ha extendido por todo el mundo, hoy ya toca a los cinco continentes y ha provocado la muerte de casi ocho mil personas y registra más de 196 mil contagiados. El epicentro se mudó de China a Europa. Beijing dice que tras tres meses de cuarentena tiene prácticamente controlada la propagación.

Los expertos han recomendado tener a la mano gel antibacterial, toallas desinfectantes y, sobre todo, lavarse las manos con frecuencia. Pero la gente ha optado por hacerse también de otros productos y, extrañamente, uno de ellos es el papel de baño.

La búsqueda de papel de baño ha llevado a situaciones de enfrentamientos en ciudades del mundo. Las compras de pánico del papel higiénico han subido de tono en algunos lugares, como en Australia, donde la semana pasada la policía atendió una llamada ya que una persona sacó un cuchillo durante una disputa por paquetes de papel de baño.

O diversos conatos de pleito en las tiendas de conveniencia de Estados Unidos, todo por quedarse con los últimos rollos de papel higiénico en existencia, pese a que muchos proveedores en el mundo han garantizado el abasto de ese y otros productos.

Ante esta situación, las autoridades de varios países han instado al público a evitar hacer compras de pánico (y con mayor razón las de productos que no ayudan a combatir el COVID-19).

Los expertos en psicología del consumidor dicen que el comportamiento es “obviamente irracional”, y un claro ejemplo de una mentalidad de rebaño impulsada por las redes sociales y la cobertura de noticias. Cuando aparecen imágenes de estantes vacíos, la gente siente temor y necesidad de actuar, aunque no se sepa bien qué hacer, de acuerdo con un reportaje de la cadena británica BBC.

“Lo que se debe recordar es que cuando desaparecen 50 paquetes de rollos de papel higiénico de los estantes, realmente se nota porque ocupan mucho espacio”, dice la profesora Debra Grace, de la Universidad Griffith (Australia).

“Es mucho más notable que decir que desaparecen 50 latas de frijoles o desinfectante para manos”, destacó.

El síndrome de FOMO (del inglés fear of missing out, o temor a perderse algo), es lo que se ve en muchas personas en crisis como las del COVID-19, explicó a la cadena británica la profesora Nitika Garg de la Universidad de Nueva Gales del Sur.

FOMO: se entiende cómo el miedo a perderse algo alimenta la adicción a las redes. “Se piensa que si una persona está comprándolo (papel higiénico), si mi vecino lo está comprando, tiene que haber una razón y yo también tengo que involucrarme”, dijo.

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Garg explicó que en China, por ejemplo, había una mayor necesidad de abastecerse de tela blanca porque “se piensa que el papel higiénico se puede sustituir por pañuelos de papel y servilletas y hacer máscaras improvisadas”.

En cambio en otros países la compra de papel higiénico solo está es impulsada por el miedo.

“Cando se trata del coronavirus, las personas no están seguras de cómo van a salir las cosas, o cuánto empeorará”, señala Garg. ”Quieren estar preparados porque es lo único que pueden hacer para tener cierta sensación de control”.

Otro experto en consumo, el doctor Rohan Miller, cree que lo visto con este artículo en particular es un reflejo de una sociedad y un estilo de vida urbanizados donde la comodidad moderna es lo que impera.

O por lo menos en lugares con más desarrollo que zonas rurales o países con limitaciones.

Contar con la comodidad del papel de baño lleva a muchas personas a pasar horas en su búsqueda. “No estamos acostumbrados a la escasez y la privación, estamos acostumbrados a poder elegir lo que queremos, cuando queremos. Por lo tanto, la prisa por conseguir papel higiénico es solo esta mentalidad de ovejas para mantener ese estado”, dice.

Los cuadrados blancos y suaves de papel higiénico, comercializados con fotos de cachorros, son un “lujo” diario del que muchos simplemente no están dispuestos a separarse mentalmente.

“Creo que las personas quieren asegurarse de tener algunas comodidades en sus vidas si van a estar en casa con su familia durante mucho tiempo”, dice.

“El papel higiénico realmente no importa, está muy por debajo de la lista de supervivencia en comparación con otras cosas como la comida o el agua, pero es algo a lo que las personas se aferran a tener como un estándar mínimo”.

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Por su parte, la experta en emergencias Mónica Pereira, coordinadora del grupo especializado del Colegio Oficial de Psicólogos en España, cree que este comportamiento no está catalogado por la ciencia como tal. Desde su punto de vista, puede explicarlo que en esta crisis se hablan mucho de higiene y, en nuestra sociedad, este producto es el símbolo máximo de ella.

Carlos Reinoso, director general de Aspapel, la patronal de fabricantes de pasta, papel y cartón en España, el cuarto país con más contagios y muertos por el COVID-19, señaló que “el papel es sanidad y es higiene y en estas situaciones el consumidor confía en este tipo de productos”.

El higiénico en otras crisis

Estos hechos tienen precedentes en anteriores desgracias. En Australia, ya se vivió una situación parecida tras las inundaciones sufridas en Queensland en 2010, cuando lo primero que se agotó en los supermercados fueron los rollos de papel higiénico.

En 2017, casi dos semanas después del devastador paso de los huracanes María e Irma por Puerto Rico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó San Juan, la capital del país, para cumplir una agenda de apenas cinco horas y donde puso como prioridad lanzar a los damnificados papel higiénico provocando la indignación de los puertorriqueños.

La llega de Nicolás Maduro a la presidencia de Venezuela, en 2013, provocó una ola de desabasto que actualmente es algo permanente, en los primeros meses de la crisis el reclamo era por falta de harina para las tradicionales arepas, pero dentro de ese desabasto el papel higiénico también tomó una alta relevancia por su aguda escasez.

Es posible que en este momento la única forma de medir el pánico ante la propagación del coronavirus sea la escasez de papel higiénico, que de alguna manera refleja el desconocimiento de lo que les pueda deparar el futuro o el desenlace de una pandemia que ya contagia en todo el mundo. Cuando las personas están dominadas por el miedo, es más fácil que caigan en mensajes contradictorios y alarmistas.

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