Joe Biden le pelea la candidatura presidencial a Bernie Sanders

Los resultados del supermartes electoral convirtieron a la elección primaria del Partido Demócrata para elegir a su candidato presidencial en una contienda de dos competidores: Joe Biden, quien fuera vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama, y Bernie Sanders, el senador por el estado de Vermont.

Todos los demás candidatos han perdido cualquier posibilidad real de aparecer en la boleta de las elecciones generales que se celebrarán el 3 de noviembre de este año. Incluso, algunos candidatos han declinado a favor de Joe Biden, lo que ha fortalecido su candidatura.

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La senadora Amy Klobuchar, el alcalde Pete Buttigieg y el multimillonario Michael Bloomberg renunciaron a sus aspiraciones presidenciales y anunciaron su apoyo al ex vicepresidente. Los primeros dos tomaron esta decisión antes del supermartes, lo que contribuyó a los exitosos resultados de Biden; Bloomberg lo hizo después de ese día, lo que ayudará al susodicho a mantener la inercia creciente de su campaña.

De los estados que celebraron sus elecciones primarias el supermartes, Biden obtuvo el triunfo en Alabama, Arkansas, Carolina del Norte, Maine, Massachussets, Minnesota, Oklahoma, Tenesse, Texas y Virginia. Sanders salió victorioso en Colorado, Utah, Vermont y California, que es el botín electoral más preciado de las primarias, pues es el estado que otorga el mayor número de delegados.

En algunos de esos estados, la contienda fue muy cerrada, por lo que ambos candidatos obtuvieron un buen número de delegados. Por ejemplo, en Texas, una de las entidades más importantes, Biden obtuvo 33.6 por ciento de los votos y Sanders, 30.1 por ciento.

Tras su sorpresivo triunfo en el supermartes, Biden cuenta con 453 delegados, mientras que Sanders tiene 382. Los candidatos necesitan mil 991 delegados para asegurar la nominación del Partido Demócrata en la Convención Nacional que se llevará a cabo el próximo 13 de julio.

Si ningún candidato logra asegurar ese número de delegados electos, los superdelegados (figuras partidistas prominentes que no fueron elegidas en las elecciones primarias, sino que se ganaron el derecho a participar en la Convención gracias a su trayectoria política) votan en una segunda ronda. En caso de que esto ocurriera, Biden tendría mayores posibilidades de ser el abanderado demócrata, ya que cuenta con el apoyo del establishment del partido.

En ese sentido, la candidatura de Biden, que hasta hace unos días parecía tambalearse, luce cada vez más sólida. Después de un inicio dubitativo, en el que obtuvo pocos delegados, llegó a jugarse el pellejo a las elecciones primarias de Carolina del Sur que se celebraron el fin de semana pasado.

Apostó todas sus cartas a ganar ese estado y lo logró. Ese triunfo le dio oxígeno rumbo al supermartes. Su victoria en Carolina del Sur fue arrasadora (48.7 por ciento de los votos frente a 19.8 por ciento de Sanders, su más cercano competidor). En sí mismo, fue un empujón hacia adelante para su campaña, pero Klobuchar y Buttigieg le terminaron de dar el impulso que necesitaba al declinar en su favor.

Esa inercia positiva revivió una campaña que parecía casi muerta y lo catapultó al primer lugar en la cuenta de delegados. Como sea, la campaña de Sanders no se ha debilitado sustancialmente, y el senador por Vermont cuenta con un plan de campaña mejor estructurado, mayores fuentes de financiamiento y posee un núcleo duro de votantes bien consolidado.

Así, de esta fecha hasta el 13 de julio, las primarias demócratas serán un choque de trenes.

Los jóvenes, distintos sectores de la clase trabajadora, algunos sindicatos y buena proporción del electorado latino apoyan a Sanders. Los afroamericanos, los demócratas de edad avanzada y la población que vive en los suburbios urbanos respaldan a Biden. Geográficamente, Sanders cuenta con mayor apoyo en el noreste y el suroeste; Biden, en el medio oeste y en el sur.

Cada uno de los candidatos representa a un ala del partido: Biden a los moderados y Sanders a los progresistas. La distancia entre ambos polos cada vez es más grande, por lo que será difícil que cualquiera de los dos logre cohesionar a los votantes demócratas y apartidistas para convencerlos de votar contra Trump.

Que la elección del candidato demócrata esté entre los dos extremos del partido puede favorecer a Trump.

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En primer lugar, una campaña tan polarizada y agresiva entre copartidarios puede mermar la imagen del Partido Demócrata, lo que alejará a algunos votantes apartidistas. Además, los ataques entre los candidatos demócratas proporcionan material que el actual presidente puede utilizar contra su futuro rival.

En segundo lugar, es probable que algunos militantes pierdan el deseo de participar en las elecciones generales si ven derrotado al candidato que apoyan. No todos los demócratas progresistas acudirán a votar si en la boleta aparece el nombre de Biden y no todos los demócratas moderados irán a las casillas si Sanders obtiene la nominación. Incluso, si eso significa que Trump permanezca en la Casa Blanca.

Así, el reto para quien se quede con la nominación demócrata será apelar efectivamente a la unión del partido y, a la vez, presentarse como una opción lo suficientemente fuerte como para derrotar a Trump. ¡Vaya desafío!

A esto hay que agregarle que hoy, 5 de marzo, se dio a conocer que Elizabeth Warren pondrá fin a su campaña presidencial.

En este escenario, ha empezado a circular la idea de que Joe Biden podría invitar a Warren a ser su compañera de fórmula en la campaña presidencial y su futura vicepresidente.

La senadora por Massachussets pertenece al ala progresista del partido, pero es considerada una opción más moderada y más pragmática que Sanders, aunque sus propuestas de salud pública, universalización de la educación superior y medio ambiente son similares.

Hasta ahora, Warren no ha manifestado su apoyo a ningún otro candidato, pero habrá que estar atentos a si se mantiene firme en el ala progresista apoyando a Sanders, o si le parece atractiva la vicepresidencia y respalda a Biden.

El 10 de marzo se celebrarán elecciones primarias en Dakota del Norte, Idaho, Michigan, Missisipi, Missouri y el estado de Washington.

Por: Jacques Coste Cacho