La ‘Capilla Sixtina mexicana’ se encuentra en San Miguel de Allende

Si quieres conocer un lugar increíblemente hermoso dentro de San Miguel de Allende, ese es el Santuario de Jesús de Nazareno de Atotonilco, también llamado El Santuario de la Patria o la “Capilla Sixtina mexicana”.

Ubicado a 14 kilómetros de San Miguel, este recinto fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2008. El Santuario fue fundado en 1740 por el padre Luis Felipe Neri de Alfaro, quien se inspiró en el Santo Sepulcro ubicado en Jerusalén para su edificación.

El lugar es famoso porque ahí el cura Hidalgo tomó el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe que sirvió como bandera del movimiento de Independencia. Por eso también se le conoce como el Santuario de la Patria.

Pero la razón de que este santuario sea visitado por más de 4 mil personas a la semana, es el arte ubicado en su interior, pinturas muralistas, de caballete y esculturas en sus seis capillas. Las decoraciones pictóricas se encuentran hasta en el más escondido de sus rincones, razón por la que le llaman “la Capilla Sixtina mexicana”. 

Este trabajo representa diferentes pasajes y personajes religiosos sin aparente orden. La obra fue diseñada y dirigida por Neri de Alfaro.

Algo que muy pocos turistas saben, es que la fachada, aparentemente lisa y pintada de color blanco, esconde murales pintados con la representación de las siete caídas de Jesús.

Al entrar al recinto, uno puede apreciar los murales y textos pintados por todos lados. Al girar hacia el lado izquierdo se encuentra la entrada a la Capilla del Calvario, que es la más grande del Santuario y fue la única que no vio terminada el Padre Alfaro. Ahí se encuentran tres altares: el altar del lado izquierdo representa la crucifixión; el central, la agonía y el de lado derecho, el descendimiento. Todas las figuras son talladas en madera.

Al fondo de la Sacristía se encuentra el Retablo de la Virgen del Rosario y ahí mismo está el estandarte que utilizó Miguel Hidalgo.

La entrada al recinto cuesta 15 pesos. Y al salir del lugar, alrededor de 20 puestos de gorditas deleitan el paladar de los visitantes, así como puestos de arte religioso.

Por Andrés Téllez Ramírez