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El Extranjero

Sudamérica vive brotes neonazis con gobiernos derechistas

Hay investigaciones que revelan la presencia de una política neonazi en algunos países de Sudamérica, como la llegada de presidentes de derecha

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Las semilla que sembraron los nazis cuando se refugiaron en Sudamérica, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, parece que está retoñando de manera muy preocupante: el gobierno de Brasil y la caída de Evo Morales son muestras de que los seguidores de Hitler están en activo.

Con música de Richard Wagner, el compositor favorito de Adolfo Hitler, el secretario de cultura de Brasil, Roberto Alvim, copió extractos de un discurso del ministro de Propaganda del Führer, Joseph Goebbels, al señalar que “el arte brasileño de la próxima década será heroico y nacional. Estará dotado de una gran capacidad de implicación emocional y será igualmente imperativo (…) o de lo contrario no será nada”.

La frase es prácticamente copiada de un discurso de Goebbels y aparece citada en una biografía suya escrita por Peter Longerich: “El arte alemán en la próxima década será heroico, será férreamente romántico, será objetivo y libre sin sentimentalismo, será nacional con ‘pathos’ e igualmente imperativo y vinculante, o entonces no será nada”.

El mensaje fue difundido, el pasado jueves, a través de un video en redes sociales. Alvim aparece en la grabación flanqueado por una bandera brasileña y una cruz. Horas más tarde, el presidente Jair Bolsonaro decidió separarlo del cargo, pero el daño ya estaba hecho.

El mensaje del hoy ex ministro de Cultura mostró la verdadera piel de ese gobierno de ultraderecha que encabeza Bolsonaro, quien para llegar al poder se asesoró de Steve Bannon, un ultraderechista consumado que estuvo detrás de la campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Otra expresión del nazismo en Sudamérica se dio en el último tercio de 2019 en Bolivia. La caída del ahora ex presidente Evo Morales estuvo orquestada en buena medida por Luis Fernando Camacho, quien ahora se ha destapado para la presidencia de ese país.  

La familia de Luis Fernando Camacho, cuyo nombre figura en los Papeles de Panamá, hizo fortuna con las reservas de gas natural de Bolivia, pero perdió parte de ella cuando Morales las nacionalizó.

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 De acuerdo con varios informes, Camacho se formó políticamente en un grupo fascista paramilitar, la Unión Juvenil Cruceña (UJC), con base en la región de Santa Cruz. Esta organización, cuyos integrantes son conocidos por adoptar el saludo nazi, estuvo implicada en varias conspiraciones para asesinar a Morales así como en ataques a militantes de izquierdas, campesinos indígenas y periodistas. 

La UJC es la organización paramilitar de la élite cruceña, destinada a defender intereses oligárquicos, y se fundamenta ideológicamente en el racismo y el fascismo, su admiración histórica por grupos como los Utachas de Croacia y por las SS (Fuerzas de Seguridad del Nazismo), el uso de los símbolos del imperio estadounidense, su narrativa profundamente racista, “adornada” con elementos seudocristianos y de intransigencia religiosa, dan la medida de ante quiénes estamos y  en lo que creen.

En 2002, con 23 años, Camacho fue elegido vicepresidente de la UJC. Dos años después dejaba la organización para dedicarse a construir el emporio familiar y trepar en el Comité Pro-Santa Cruz, organización que aboga por la independencia de esta rica región boliviana. Fue en esta organización donde se puso bajo el ala de una de las más poderosas figuras del movimiento separatista, Branko Marinkovic.

Branko Marinkovic es un terrateniente boliviano-croata, formado en la Universidad de Texas, quien también se vio afectado por las nacionalizaciones de Morales. Aunque él lo niega, se sospecha que un miembro de su familia estuvo en el grupo fascista croata Ustashe. Como presidente del Comité Pro-Santa Cruz, Marinkovic dirigió las operaciones de esta organización separatista.

 Luis Fernando Camacho hoy se ha convertido en una de las opciones electorales para relevar al ex presidente Morales, quien desde Argentina trata de contener la marea ultraderechista que toca cada vez más fuerte la puerta de la presidencia boliviana.

Chile no es ajeno a la presencia de nazi, en mayo pasado Alemania anunció que indemnizará a las víctimas de Colonia Dignidad, un antiguo enclave alemán fundado por un veterano nazi en Chile donde se cometieron abusos sexuales y torturas.

La Colonia Dignidad, a unos 350 km al sur de Santiago, fue fundada en 1961 por el ex cabo nazi Paul Schäfer. El lugar era presentado como una idílica localidad familiar, pero Schäfer reinó de forma brutal sobre esta comunidad alemana de algunos centenares de personas, sometiéndolas a la esclavitud o infligiendo abusos sexuales a los niños.

Las víctimas de Colonia Dignidad recibirán hasta 10 mil euros cada una, dijo en Berlín el secretario de Estado Niels Annen, según decidieron conjuntamente el gobierno y una comisión parlamentaria este 17 de mayo. El monto total de las indemnizaciones será de unos 3.5 millones de euros que se entregarán de 2019 hasta 2024.

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Inclusive un informe de inteligencia de la Policía de Chile, divulgado por el organismo de Derechos Humanos “Londres 38”, muestra una estrecha relación entre los jerarcas de Colonia Dignidad y la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El informe de mil 200 páginas da a conocer el contenido de 46 mil archivos que fueron descubiertos en 2000 y 2005, enterrados en los predios de Colonia Dignidad y puestos bajo secreto por la Jefatura de Inteligencia Policial (Jipol) de la Policía Civil, organismo creado en 1987 en plena dictadura.

Hoy en día los pronazis en Chile siguen muy activos de la mano del ex diputado José Antonio Kast, quien inscribió su nuevo partido político con vistas a acceder en un futuro a la Presidencia de ese país.

El denominado Partido Republicano chileno (similitud con el partido del mandatario de EU), esta nueva institución política cuenta con rasgos derechistas, pero se desmarcó de la línea del mandatario chileno, Sebastián Piñera, quien no es lo suficientemente derechistas, según los seguidores de Kast.

El ex diputado Kast, hijo de un ex oficial de la Alemania nazi y defensor de la dictadura de Pinochet, aspira a competir una vez más para ser presidente de Chile. Más allá de estos vaivenes, para el analista político de la Usach, Bernardo Navarrete, el fenómeno JAK “se está exagerando”.

Pero el asunto y las trazas nazis no termina ahí, una reciente investigación  de Reportajes T13 descubrió la organización de cumbres secretas de grupos extremistas de ultraderecha, las que incluso cuentan con la participación de skinheads extranjeros.

La investigación en Sudamérica, además, muestra vínculos entre estos grupos neonazis con movimientos políticos de extrema derecha. Sobre el perfil de las personas que integran estos grupos, el periodista Carlos Basso, explicó que “son todos ellos gente que no tiene identidad. Muchos de ellos de estratos socioeconómicos muy bajos, con muy escasa educación”. 

Por otra parte, la Policía de Córdoba, Argentina, incautó, en septiembre de 2019, un importante cargamento de objetos con simbología nazi, tras realizar cuatro allanamientos en dos localidades diferentes de este lugar en Sudamérica. 

De acuerdo con un reporte del diario La Voz, la División de Inteligencia Antiterrorista (DIA) de la Policía confiscó un busto de Hitler, sables y dagas con la cruz esvástica y certificados de autenticidad, medallas de soldados y vajilla con grabados de las SS, entre otros artículos.

Existe en la cultura popular del país sudamericano una teoría que asombra a muchos historiadores: la llegada de jerarcas nazis en busca de un refugio seguro, una vez culminada la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Algunos especialistas afirman que mucho antes de la caída del Tercer Reich, Argentina recibió más de 70 mil inmigrantes alemanes. Este antecedente se vuelve relevante en 1938, cuando en una acto que se llevo a cabo en Buenos Aires, 15 mil personas se congregaron para “celebrar” la anexión de Austria por parte de la Alemania de Hitler. 

En marzo de 2019, se conoció la noticia de que el actual gobierno del país europeo enviaba pensiones remuneradas a 2 mil 033 personas, que aparentemente cumplieron funciones dentro del régimen más sangriento de la historia. De la cantidad de beneficiarios, se indicó que 400 pertenecían a ciudadanos que se encontraban en Sudamérica, ocho de ellos  en Argentina. 

Durante muchos años se ha realizado extensas las investigaciones sobre la presencia nazi en países como Argentina, Paraguay y Brasil (Sudamérica), a donde muchos llegaron tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, intentando escapar de la justicia, pero poco se sabe de lo que ocurrió en Colombia.

Además, investigadores, durante los últimos años, han empezado a manejar una versión de la historia en la que Hitler no se suicidó el 30 de abril de 1945 en su búnker en Berlín, como lo ha narrado la historia oficial. Se dice que logró escapar y se radicó en Argentina, lugar de Sudamérica.

No solo Hitler, en Colombia hubo un campo de concentración, el periodista Abel Basti, encontró dentro de los archivos que recientemente fueron desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), una nueva pista, con la información donde un oficial de la SS aseguraba que en los años 50 del siglo pasado se había reunido con Hitler, quien se hacía llamar Don Miguel, en la ciudad colombiana de Tunja.

Lo que significó el inicio de una nueva investigación que lo trajo a Colombia, continuando la labor que inició hace más de 20 años, siguiendo pistas, entrevistando testigos y reuniendo documentos que evidencian la presencia del máximo jerarca nazi en Argentina, Paraguay, Brasil y ahora en Colombia.

Más allá de las investigaciones sobre el rastro nazi en Sudamérica, el activismo ultraderechista en esa parte del continente sigue muy activo, sobre todo en los gobiernos de derecha que cada vez ganan más presencia.

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