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La Opinión

AMLO convirtió sus mañaneras en un libro en contra del neoliberalismo (I)

Andrés Manuel López Obrador se puso del lado bueno de la historia en su libro, junto con Morelos, Juárez y Madero. Los villanos son Cortés, Maximiliano, Porfirio Díaz y Carlos Salinas de Gortari

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AMLO convirtió sus mañaneras en un libro en contra del neoliberalismo (I)

La semana pasada se publicó Hacia una economía moral (Editorial Planeta), el libro más reciente de la autoría de Andrés Manuel López Obrador. Se trata de una obra ecléctica, una mezcla entre panfleto, catálogo de dichos populares y frases célebres, informe de gobierno y recolección de anécdotas históricas. Es algo parecido a una conferencia mañanera de 190 páginas.

Sin embargo, considerando las dificultades que tiene el presidente para expresar ideas concretas y estructuradas cuando está en el estrado, el libro da algunas luces —aunque no demasiadas— para entender mejor su pensamiento y su proyecto político.

A lo largo del texto, se repite la siguiente fórmula una y otra vez: primero, explica extensamente por qué cierto aspecto de la vida pública de México estaba mal en el “periodo neoliberal” y, posteriormente, declara que ahora las cosas están mejor en ese rubro gracias a su gobierno.

Es curioso que dedica más páginas a criticar al neoliberalismo que a explicar cómo está mejorando la situación del país y qué diferencias hay entre cómo se conducía la política nacional antes y ahora.

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El autor muestra que entiende al neoliberalismo como un sistema político- económico construido por una élite corrupta, macabra y omnipotente con el fin deliberado de enriquecerse a costa del pueblo. Para él, el “llamado modelo neoliberal consiste, en esencia, en fincar la prosperidad de pocos en el sufrimiento de muchos”.

Según esta concepción, el modelo entregó resultados desastrosos en todo el mundo, pero fue peor para México. En nuestro país, el neoliberalismo “no fue más que neoporfirismo”, ya que “se trató de un retroceso a una de las épocas más siniestras de la historia”, pues “consistió, en realidad, en regresarnos al pasado para quitarnos el futuro y hasta el derecho a la esperanza”.

En ese sentido, se percibe que AMLO tiene una visión cíclica, teleológica y maniquea de la historia. Dedica el primer capítulo a hacer un recuento histórico —nada riguroso— para demostrar por qué la corrupción es el problema principal del país.

Las ideas centrales de este recuento son las siguientes: El México prehispánico no era tierra fértil para la corrupción, más bien, llegó desde España, desembarcó en Veracruz junto con Hernán Cortés. La independencia fue un movimiento heroico; sin embargo, tras su consumación, “la honestidad fue escasa en los asuntos públicos del país”.

La república restaurada, encabezada por Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, fue un paréntesis en esta larga historia de ignominia. Pero “Fue en el Porfiriato (1876-1911) que se instauró la corrupción que predominó hasta el triunfo de nuestro movimiento [Morena]”, ya que “A pesar de su profundidad, la Revolución mexicana no pudo arrancar de raíz el mal de la corrupción”.

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Así, AMLO está del lado bueno de la historia, junto con Morelos, Juárez y Madero.

En el extremo opuesto, están los villanos: Cortés, Maximiliano, Porfirio Díaz y Carlos Salinas de Gortari. Los héroes intentaron desterrar a la corrupción y la inmoralidad de la política en tres ocasiones (la independencia, la reforma y la revolución), pero los malvados lo impidieron. López Obrador encabeza el cuarto intento: el definitivo.

Si en el primer capítulo del libro explica su visión de la historia mexicana, en el último expone cuál espera que sea el destino final de esa historia: la “República amorosa y fraterna”. No define muy claramente qué es este concepto, pero sí da algunas pistas para comprender a qué se refiere con él.

La república amorosa surgiría después de “regenerar la vida pública de México”, a partir de “tres ideas rectoras: la honestidad, la justicia y el amor”. Según logré interpretar, esta regeneración se debe dar por dos vertientes.

La primera es el desarrollo económico-espiritual (así, a la par, como objetivos ligados). “De ahí que deberá buscarse siempre el equilibrio entre lo material y lo espiritual: procurar que a nadie le falte lo indispensable para la sobrevivencia y cultivar los mejores sentimientos y actitudes hacia nuestros semejantes”.

La segunda es el fomento a ciertos valores morales —que no quedan muy claros— entre todos los miembros de la sociedad mexicana. Aquí habla de amor al prójimo, de los valores tradicionales de la familia mexicana, de la fraternidad, de la honestidad y de “hacer el bien sin mirar a quién”.

En esta sección, hace referencias y/o cita textualmente a José Martí, el Antiguo Testamento, Julio Scherer García, Ricardo Flores Magón, Aristóteles, Silvio Rodríguez, Engels, Maquiavelo y Alfonso Reyes, entre otros. Además, asegura que el objetivo de redactar una Constitución Moral va en serio y que su gobierno ya empezó a trabajar en ella.

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Tras varias páginas de discurso moralizador y de intentar definir qué es la república amorosa, finaliza con una frase que un sacerdote podría utilizar para concluir su sermón: “Así sea. Somos dichosos”.

Por último, vale la pena apuntar algunas características generales de la obra.

El autor recurre con frecuencia a los argumentos de autoridad, es decir, cita a personajes ilustres de toda índole para probar sus puntos.

Repetidamente, se leen afirmaciones del tipo “no lo digo yo, hay evidencias para probarlo”, pero no se presentan tales evidencias.

La narrativa general del libro es triunfalista, en cuanto a que presenta proyectos del actual gobierno como logros consumados e irreversibles, y nacionalista, pues hay constantes alusiones a la grandeza de México y múltiples críticas a la “política entreguista” de los neoliberales.

El título no coincide con el contenido de la obra. Quizá el autor eligió ese título para expresar que el neoliberalismo es inmoral a diferencia del modelo económico que él propone , el cual no queda del todo claro, pero en el texto rara vez se menciona a la “economía moral”.

Por Jacques Coste Cacho

Nota para el lector: Hoy se presentó un análisis general de la obra. Mañana, en esta misma columna, se analizarán algunas secciones del libro más puntual y escrupulosamente, en especial, aquéllas que tienen que ver con el proyecto político del presidente.

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