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El Extranjero

El Papa allana el camino para castigar abusos sexuales cometidos por sacerdotes

El Papa Francisco anunció una decisión histórica, al eliminar el secreto pontificio en el caso de abusos sexuales a niños

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En una decisión histórica el Papa Francisco eliminó este martes el secreto pontificio para las denuncias de abusos sexuales, una petición de las víctimas que garantizará mayor transparencia ante una realidad que ha desacreditado enormemente a la Iglesia católica.

Enfrentado a una serie de escándalos de abusos sexuales en todo el mundo que mancharon la imagen de la milenaria institución, el Papa da así un paso adelante importante en la lucha contra la pederastia cometida por sacerdotes.

Esta medida era una de las más exigidas a la Iglesia católica por las asociaciones de víctimas de pederastia y de la que más se habló en la cumbre sobre la protección de menores que se celebró el pasado febrero.

El máximo jerarca católico  advierte que “no puede imponerse ninguna obligación de silencio sobre los hechos encausados al denunciante, a la persona que afirma haber sido perjudicada y a los testigos”.

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Al terminar con la ley del silencio que reinó por décadas frente a la pederastia de los curas, el papa argentino se compromete también a dar la “debida información a la víctima y a las comunidades afectadas”, explicó por su parte Andrea Tornielli, director editorial del Vaticano.

La ley no afecta al “secreto de confesión”, que sigue vigente, explicó Tornielli. “Por ejemplo, por los impedimentos que existían hasta este momento la víctima no tenía la oportunidad de conocer la sentencia que siguió a su denuncia, porque existía el secreto pontificio”, añadió.

En la primera de las dos leyes promulgadas, el Papa –de origen argentino– levanta el secreto pontificio en el caso de los procesos y las decisiones relativas a los delitos “de violencia y de actos sexuales cometidos bajo amenaza o abuso de autoridad, casos de abuso de menores y de personas vulnerables, casos de pornografía infantil, casos de no denuncia y encubrimiento de los abusadores por parte de los obispos y superiores generales de los institutos religiosos”.

La segunda medida endurece las normas sobre los casos de pederastia de manera que sea delito “la adquisición, posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años por parte de un clérigo”, y no solo de menores de 14 años, como hasta ahora.

Pero, además, en la nueva instrucción “sobre la confidencialidad de las causas” se establece claramente que “no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada, ni a los testigos”.

Finalmente, en otro artículo, se permite que en los casos relativos a estos delitos más graves, el papel de “abogado y procurador” pueda ser desempeñado también por fieles laicos con un doctorado en Derecho Canónico, y no solo por sacerdotes.

La norma, que entrará en vigor inmediatamente, facilita la colaboración concreta con los Estados donde hay mandatos judiciales, precisó.

Con la nueva disposición, el papa responde a los pedidos hechos durante la inédita cumbre dedicada a los abusos sexuales y la pederastia celebrada en febrero en el Vaticano.

Tras la cumbre, Francisco divulgó en mayo un ‘Motu Proprio’, una ley que por primera vez imponía a sacerdotes, religiosos y religiosas la obligación de denunciar no sólo los casos de abuso sexual, sino también el acoso y el encubrimiento.

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Mayor apertura

Esto significa, explica Tornielli, que “las denuncias, testimonios y documentos procesales relativos a los casos de abusos conservados en los archivos de los Dicasterios Vaticanos, así como aquellos que se encuentran en los archivos de las diócesis, y que hasta ahora estaban sujetos al secreto pontificio, podrán ser entregados a los magistrados instructores de los respectivos países que los soliciten”.

“Recuerdo que en la discusión, en la conferencia del pasado mes de febrero, se habló repetidamente del secreto pontificio casi como de un impedimento a la debida información dada a la víctima y a las comunidades. En mi opinión, esta decisión es histórica en el contexto de la institucionalidad jurídica del secreto pontificio y llega en el momento justo”, señaló uno de los máximos expertos en la lucha contra la pederastia, el arzobispo maltés Charles Scicluna.

Para Scicluna, también secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y uno de los artífices de la cumbre de febrero, antes “la víctima no tenía la oportunidad de conocer la sentencia que siguió a su denuncia, porque existía el secreto pontificio.

También, otras comunicaciones eran obstaculizadas, porque el secreto pontificio es un secreto del más alto nivel en el sistema de confidencialidad del Derecho Canónico”.

Algunas de las víctimas de los curas pederastas y ahora activistas aplaudieron la decisión, como el chileno Juan Carlos Cruz, quien afirmó en Twitter que la eliminación del “secreto pontificio en casos de abuso” es una “buena noticia para los sobrevivientes”, ya que ahora “los abogados tendrán acceso a información que los obispos criminales querían esconder”.

“Hoy a callar y a colaborar! A todos esos obispos chilenos y de otras partes del mundo se les terminó el carnaval de secreto y de las oscuridad”, añadió Cruz, víctima cuando era un menor del sacerdote chileno Fernando Karadima.

La irlandesa Marie Collins, víctima cuando era niña de abusos por parte de un cura y que formó parte de la Pontifica Comisión para la protección de menores creada por el papa Francisco y que la abandonó en protesta, al considerar que se estaban frenando sus actividades, aseguró en Twitter que “finalmente” se ha producido “un cambió real y positivo”.

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