:)

Inteligencia Artificial

José Garcidueñas, el cura de Valle de Santiago que dejó huella en Michoacán

El cura José Garcidueñas Sánchez es oriundo de la ciudad de Las Siete Luminarias.

Published

on

El cura José Garcidueñas Sánchez es oriundo de la ciudad de Las Siete Luminarias.

A lo largo de su historia, Valle de Santiago ha aportado personajes ilustres que han sobresalido a nivel nacional, como es el caso de Félix Galván López, quien ocupó el cargo de Secretario de la Defensa Nacional en el periodo presidencial de José López Portillo. 

Sin embargo, un personaje poco conocido es el Cura José Garcidueñas Sánchez, oriundo de la ciudad de “Las Siete Luminarias”, el cual fue reconocido en el estado vecino de Michoacán.

Te puede interesar: Las extorsiones a sacerdotes son el nuevo rostro de la violencia contra la Iglesia Católica en México

El sacerdote nació el cuatro de diciembre de 1888. Fue hijo del matrimonio formado por Manuel Garcidueñas y Emilia Sánchez. Realizó sus primeros estudios en Valle de Santiago y a la edad de 12 años falleció su padre, quedando a cargo de su madre, quien lo envió a la ciudad de Morelia en 1901, instalándose a un costado del templo de San José;  cuatro años después ingresó al Colegio de San Ignacio, donde posteriormente en enero de 1913 celebró su cantamisa.

Poco tiempo después, se desempeñó como vicario en San José Buenavista, en Tacámbaro, Michoacán; para 1923 fue trasladado a Angangueo, periodo en el que estalló la Guerra de los Cristera, en la cual el padre José Garcidueñas estuvo como prisionero tres años en la Ciudad de México y fue liberado en 1929, para luego regresar al pueblo de Angangueo como párroco; ahí fundó un colegio particular en el que formó a muchos seminaristas y para esparcimiento del pueblo formó una banda de música.

Para 1934, fue aprehendido ahora en  Morelia, donde permaneció tres días encarcelado, además de que acumuló un año en que fue perseguido en la misma ciudad. Por ello, de ahí fue enviado a Cuerámaro, Guanajuato, donde permaneció dos años, en tanto que en 1937 pasó a la iglesia de Villa Morelos, Michoacán, donde permaneció hasta 1943; durante este lapso construyó la notaría parroquial, además de traer a las madres misioneras Carmelitas de Santa Teresa para fundar el Colegio Teresa Martín.

El ocho de marzo de 1951 llegó a Puruándiro, Michoacán, donde se ganó la confianza y el cariño de los puruandirenses, sobre todo el de los niños y durante 27 años logró ganarse el afecto de toda la población por sus obras y su acercamiento al pueblo.

José Garcidueñas falleció el 29 de mayo de 1978, a los 90 años. El panteón municipal y el asilo de ancianos de Puruándiro llevan su nombre en honor al carismático sacerdote al que la población le atribuyen algunos milagros; su tumba se encuentra repleta de exvotos que colocan las personas que acuden a él para pedirle su intervención.

Lee: Los niños no debemos ser discriminados por nuestro sexo, raza y religión, dice la niña gobernadora de Baja California

Además existe una asociación civil llamada “Un amigo más” que busca la beatificación del sacerdote vallense;  desde 1998 se organiza una kermés cada 19 de marzo, Día de San José, donde la gente regala alimentos a la población que acude al evento en honor y recuerdo del Cura Garcidueñas.

José Almanza|El Sol de Salamanca

Publicidad

Trends

Publicidad