Medio Oriente pone al mundo en un punto de quiebre 

Todo parece indicar que la paz en Medio Oriente está muy lejos de alcanzarse, ya no digamos la paz sino un alto el fuego, y es que Israel y el grupo libanés Hezbolá han comenzado una escalada bélica, que incluso está dejando en segundo plano el otro frente con el Movimiento para la Resistencia Islámica, Hamás.  

En un primer momento, parece que Medio Oriente está muy lejos de México, pero en nuestro país hay una importante comunidad libanesa y judía, al igual que en el Líbano hay una importante presencia de mexicanos y no se diga en Israel, eso le da una proximidad al conflicto que puede extenderse en el mundo como los hizo el virus del Covid-19.

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La semana pasada, el ataque fue a las unidades de comunicación de Hezbolá, léase bíperes y los walkie talkies, que buscaban bloquear el espionaje de Israel, a quien responsabilizan de ese ataque de dejó más de 30 muertos y miles de heridos de diferente índole, pero eso dio pie al líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, para anunciar que el enemigo había cruzado la línea roja.

En realidad, Hezbolá está atacando a Israel desde el pasado 7 de octubre después de Hamás incursionó en los kibutz de la Franja de Gaza para hacer una masacre de civiles, muchos de ellos niños y jóvenes, unas mil 200 personas fallecieron en ese primer ataque, además se raptaron a más de 250 personas.

Esa fue la gota que derramó el vaso, según Hamás era necesario ese ataque para reivindicar ante el mundo e Israel su causa de reclamar a su derecho sobre territorio israelí. Hay un detalle muy relevante, la mayoría de los líderes de ese movimiento palestino no vivían en Gaza, sino en Líbano o Irán, o sea iniciaron un reclamo de su movimiento sabiendo que habría una respuesta y no serían ellos los afectados.

Eso, por un lado, por el otro hay muchas especulaciones sobre el actuar del gobierno de Israel y sus fuerzas de seguridad, ellos son especialistas precisamente en el rubro de seguridad, entonces no se entiende como dejaron pasar una incursión de tal magnitud, desafortunadamente las víctimas también fueron civiles.

Pero hay que recordar que el gobierno de Benjamin Netanyahu estaba debilitándose de una manera muy rápida por los problemas de corrupción del primer ministro, quien buscando protegerse intentó acotar el poder de la Corte Suprema israelí, eso derivó en marchas para exigir su renuncia y, aunque no lo parezca, le vino como anillo al dedo la ofensiva de los palestinos.

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Hay un tercero en esta historia bélica, Irán, que es un abierto enemigo de Israel y el principal financiador de Hamás y Hezbolá, ellos niegan la existencia de Israel como una nación y desde siempre han buscado como atacar a ese pueblo, sin duda, han proporcionado buenos recursos a sus aliados e incluso los tienen viviendo en su territorio, por cierto, Israel ya ha incursionado para eliminar a algunos de sus líderes.

En la actualidad, una de las mayores fuerzas de combate no estatales del mundo se recupera del mayor golpe que jamás haya sufrido su estructura militar, así como de la infiltración israelí más contundente en sus filas y en su infraestructura de comunicaciones en sus más de 40 años de historia. La brecha interna permitió los sucesivos golpes de esta semana y sembró el pánico en Hezbolá, según fuentes de seguridad libanesas.

El fin de semana, el ministro del Interior, Bassam Mawlawi, pronunció un discurso eufórico, en el que declaró que el país sufrió una “violación” israelí y prometió intensificar la vigilancia de “extranjeros, hoteles y campamentos sirios”. La potencia de fuego de Israel persiguió a Hezbolá hasta su guarida y permitió que ataca tanto a sus bases como a su dirigencia militar.

No hay que dejar pasar que Irán es al que más le conviene actualizar esta guerra, de hecho ya estuvo probando armas en Ucrania que le proporcionó a Rusia, como los dones de bajo costo que dieron un buen impulsó a las tropas rusas y no es descabellado que ahora se los proporcionen a Hezbolá y Hamás.

Y un cuarto en esta fórmula bélica, Estados Unidos el principal aliado de Israel en Medio Oriente, la llamada primera potencia mundial se encuentra en un proceso de elecciones y por consecuencia un poco atada de manos, porque las decisiones que tomé de aquí al 5 de noviembre podrían definir quién se hará cargo de la Casa Blanca los próximos cuatro años. 

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La demócrata y hoy vicepresidenta Kamala Harris o el exvicepresidente republicano Donald Trump, el que gane tendrá una papa caliente en las manos y de lo que decida marcará las elecciones de medio término. Estados Unidos está en un callejón sin salida y ahora solo le queda dar pasos de plomo para que el daño sea el menor posible.

Por su puesto, que hay otros actores como Egipto, Naciones Unidas, Yemen, etc, pero todos ellos dependen de lo que decidan los principales, eso puede marcar un nuevo rumbo en la geopolítica, que de por sí está en una metamorfosis con lo que sucede en Ucrania. O usted, ¿qué cree?