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Morelos es tierra de la danza los chinelos, pero también de los tecuanes y las tetelcingas

En Morelos se habla náhuatl y precisamente la palabra Tecuan o Tecuani proviene de esta lengua y significa alguien que come

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CUAUTLA, Morelos. Además de su gran diversidad cultural y gastronómica, Morelos tiene atractivos artísticos y musicales que lo hace uno de los estados más característicos de la República Mexicana, pues además de la danza de los chinelos, los tecuanes y las tetelcingas.

Sus chinelos son una de las danzas más reconocidas por su peculiaridad, además que desde pequeños se inculca este baile que ha trascendido fronteras.

Pero no es el único, pues en la entidad que vio nacer al revolucionario Emiliano Zapata existe una danza que ha trascendido generaciones y que cada año se realiza en diferentes celebraciones, eventos o festejos: la de los Tecuanes.

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En Morelos se habla náhuatl y precisamente la palabra Tecuan o Tecuani proviene de esta lengua y significa alguien que come, pero además es atribuida a jaguar, tigre, lobo, puma, león y fiera.

El origen de esta danza es incierto y el año aún más. Se dice que nació entre los años 1840 y 1880 junto a los chinelos y los tlacololeros. Existen dos tipos de bailes de Tecuanes: la de Coatetelco y la de Acatlán de Osorio, en el estado de Puebla.

En el caso del municipio indígena de Morelos, Coatetelco, se cuenta que la danza es la representación de una historia que ocurrió hace muchos años en una hacienda, la cual pertenecía a Don Salvadorchi, a quien le preocupaba que un jaguar estuviera terminando con sus animales, pues se los habría comido sin empacho.

Ante esto, Don Salvadorchi tomó la decisión de cazarlo y para tal fin contrató a cuatro personas: El flechero, el lancero, el Chanhuaxtlero y el yerbero.

El estilo Coatetelco es el más característico de Morelos y de ahí fue llevado al poblado de Ocotepec hace muchos años, convirtiéndose en un sello muy característico de esta zona que se encuentra al norte de la capital morelense.

Isidro Rosales Bizarro, fiscal primero en turno de la parroquia del Divino Salvador en Ocotepec, contó la importancia que tiene esta danza que ha sido adoptada como suya por parte de los pobladores.

La danza, dijo, fue traída por Félix Trejo, un trovador del poblado, quien maravillado por lo que vio en la entonces comunidad de Coatetelco decidió llevárselo a Ocotepec, y es tanta la relevancia hoy en día que es la principal danza que se les inculca a los más pequeños, quienes se hacen partícipes de este peculiar baile.

“(La de los Tecuanes es) la primera danza que tenemos conocimiento que fue traída por don Félix Trejo como hermandad con el pueblo de Coatetelco. Esa es la primera danza que nosotros seguimos inculcando”, explicó.

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Sin embargo, dijo que con el paso de los años este tipo de tradiciones se van perdiendo cada vez más, de ahí la importancia de inculcarles a los más pequeños para que esta costumbre que forma parte importante de la cultura del poblado, Morelos y otras entidades, se conserve.

“Aunque realmente han cambiado mucho las cosas, pues los niños, los jóvenes y los adultos ya no quieren participar mucho”, lamentó.

Agregó que con el paso de los años las danzas de este tipo se han ido desvirtuando, por lo cual las personas con mayor historia dentro de la comunidad tratan de preservar la tradición y el baile original que han adoptado en Ocotepec, que es, como lo decíamos, el estilo Coatetelco.

Nosotros tratamos de que sea la danza original, el estilo Coatetelco, porque aquí tenemos dos tipos de danza, el tipo Coatetelco y el estilo de Acatlán de Osorio, y pues tratamos de asemejar al baile lo más posible como así nos lo enseñaron nuestros maestros piteros, y yo sigo conservando la música y el baile o la danza con los mismos pasos que nos enseñaron”.

Indicó que en Ocotepec esta danza data de hace por lo menos 80 años y ha ido pasando de generación en generación.

La trama en Ocotepec es la misma que se ha manejado, el estilo del baile y la pasión que le imprime cada persona que interpreta a cada uno de los personajes es lo que le da ese toque.

La danza se trata de acabar con el animal de garra de uña, que nosotros decimos que es tigre, pero aquí es el jaguar y se puede decir el tigrillo de monte. La trama trata de un hacendado que está perdiendo su ganado y llama a sus trabajadores a que terminen con el tigre que está haciendo tanto daño”, explicó.

En este, además de los mencionados personajes se añade un venado que es una parte importante, pues durante el baile hay una escenificación en la que el tigre lo caza. También hay perros y zopilotes.

Pero hay un personaje que roba el espectáculo: La Risueña o Gervasio. Llama la atención por su peculiar atuendo, ya que se caracteriza con una enorme cabellera, además de llevar una máscara, camisa larga y pantalón roto.

La persona que interpreta a La Risueña debe ser extrovertida, toda vez que el personaje rompe la cuarta pared y participa con los espectadores, quienes también se involucran en el baile y algunos son víctimas de que este peculiar personaje les rompa alguna prenda de vestir, que en la mayoría de ocasiones es la playera.

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Isidro contó que hay una representación en la que participan niños, la cual se lleva a cabo en diciembre en la víspera de Navidad, así como en algunas de las fiestas de los barrios de este poblado: Dolores, Santa Cruz, Ramos y Candelaria.

Pero, por otro lado, la que se realiza estilo Coatetelco únicamente se hace una vez al año, que es el día 6 de agosto, cuando se celebra la fiesta del Divino Salvador, la más grande en Ocotepec y para la que se preparan hasta con tres meses de anticipación para que todo salga bien.

Sin duda, la danza de los Tecuanes es una parte rica de la cultura de Morelos, que escenifica un supuesto hecho histórico y que ha trascendido la barrera del tiempo y de la cual personas como Isidro y comunidades como la de Ocotepec quieren seguir preservando.

Una de las danzas tradicionales más importantes en la región oriente es la de las Negras, que se realiza en el municipio de Atlatlahucan y a la fecha llena de orgullo a quienes participan en ésta.

Se cree que el origen de este baile viene de la época prehispánica, cuando los hombres danzaban por la fertilidad de la tierra y el abasto de agua. Actualmente los hombres del municipio siguen danzando, pero ahora piden por la fertilidad de la mujer, la salud, el trabajo o el pago de alguna manda específica.

El carnaval de Atlatlahucan, que es cuando danzan las Negras y los Tatais, es una de las fiestas más importantes para la población de esa localidad. Aquí no se toca el son del chinelo, sino que las familias cantan al Señor de Chalma y su voz se acompaña de guitarras.

La comunidad se divide en las cuadrillas de Las Negras de pa’rriba, Las Negras de pa’bajo, Los Tatais de pa’rriba y Los Tatais de pa’bajo, integradas por varones de todas las edades, que van desde niños en edad preescolar o primaria hasta hombres de la tercera edad.

Las cuadrillas tienen dos características figuras: el Chepe y Xóchitl, dos muñecos hechos a base de madera de colorín, los cuales son venerados por la población con la esperanza de que ellos ayuden a cumplir las mandas.

Otra danza importante es la de Las Tetelcingas y del Mosotl, representativas de la comunidad de Tetelcingo, en Cuautla.

La danza Mosotl ejemplifica la caza colectiva de un venado, así como la actividad de la comercialización que se realizaba hace cientos de años cuando la zona apenas empezaba a poblarse.

Mientras que el baile de Las Tetelcingas busca reconocer el trabajo que en sus hogares hacen las mujeres por su familia, así como su característico atuendo y la gastronomía tradicional de la zona.

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El atuendo de Las Tetelcingas consta de un huipil y una falda azul gruesa oscura o chincuete, ceñida en la cintura por una faja roja. Las mujeres van descalzas.

Sin embargo, estas danzas poco a poco se han ido perdiendo, ya que a los más jóvenes no les llaman la atención.

Enrique Domínguez | El Sol de Cuernavaca

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