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Inclasificables

El gobierno de Evelyn Salgado adeuda 22 mdp al panteón forense en Chilpancingo

La administración estatal incumplió con el pago de más de mil fosas que adquirió para desaturar sus morgues

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CHILPANCINGO, Guerrero. Al menos 250 cuerpos procesados y con perfil genético no pueden ser sepultados, debido a que los Servicios Médicos Forenses (Semefos) del estado deben 22 millones de pesos a los propietarios del Parque Cementerio la Paz, en Chilpancingo, donde se adquirieron espacios para el panteón forense.

“Tenemos 250 cuerpos que están listos para irse a un resguardo temporal al panteón ministerial, pero hay un ‘problemilla’ porque hay un contrato donde participan la Secretaría de Finanzas del estado y el dueño de la propiedad donde está el panteón, y como no les han pagado no nos permite llevar cuerpos y siguen aquí en Semefo”, dijo Jesús Solís Justo, coordinador general de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado de Guerrero.

El Parque Cementerio la Paz es un panteón privado propiedad de la familia del exdiputado priista Heriberto Huicochea Vázquez, quien explicó que el acuerdo con el gobierno estatal fue por mil 120 espacios por los que se pagarían 29 millones de pesos, de los cuales, a la fecha, sólo se ha cubierto el 15 por ciento.

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Estamos en espera de que se pueda cubrir ese adeudo, porque nosotros, aún con el retraso, hemos seguido prestando el servicio

“Hoy estamos en espera de que se pueda cubrir ese adeudo, porque nosotros, aun con el retraso, hemos seguido prestando el servicio”, dijo Huicochea, quien agregó que se aprobaron recursos para el panteón en el último año de gobierno de Héctor Astudillo (2021), sin embargo, al final no hubo recursos suficientes y no le entregaron el dinero.

El acuerdo para el panteón forense se firmó en 2016, cuando Heriberto Huicochea era director general del organismo público descentralizado: Régimen Estatal de Protección Social en Salud (Seguro Popular) en el gobierno de Astudillo, de quien también fue coordinador regional de campaña.

En las tres morgues del estado de Guerrero (Acapulco, Chilpancingo e Iguala) se tienen más de 700 cuerpos (250 ya con su ficha de identificación genética) que deben ser llevados a resguardo temporal en el panteón ministerial.

Solís Justo señaló que aunque la Fiscalía General del Estado no tiene figura jurídica en el contrato que se hizo con el propietario del terreno donde está el panteón forense, el año pasado pagó una parte del adeudo para que se les permitiera llevar 90 cuerpos.

Las morgues albergaban una gran cantidad de cuerpos sin identificar, producto de la violencia que se vivía en el estado.

“Apenas el lunes vamos a completar los últimos diez cuerpos… Se llevan conforme va pagando la Fiscalía, aunque no es su función, es la función del Gobierno del estado pagar el panteón”, precisó.

El panteón forense de Guerrero inició funciones en 2016 como solución temporal a la saturación de las morgues que albergaba una gran cantidad de cuerpos sin identificar producto de la violencia que se vivía en el estado.

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Disputas entre grupos del crimen organizado han dejado en promedio 2.1 asesinatos al día en el estado Guerrero acumula 76 muertes violentas en menos de tres semanas.

A la fecha se han depositado 705 cuerpos en el cementerio forense, los cuales cuentan con todos los estudios que en algún momento pudieran ayudar a su identificación como dictámenes de odontología forense, huellas dactilares, registro de señas particulares y perfil de ADN.

Las gavetas fueron construidas sobre una especie de cisternas en las que se depositó arena y carbón que sirven como filtro para los lixiviados y también cuentan con respiraderos para extraer gases y de esta forma se puede garantizar la mayor durabilidad de los cadáveres.

Cuando el gobierno del estado pague la totalidad de las gavetas a los actuales propietarios del panteón, pasarían completamente a su propiedad y se podrían utilizar como cualquier tumba, es decir, que a los siete años los restos podrían declararse ya inexistentes y colocar un nuevo cuerpo en ese lugar.

Adriana Covarrubias y Abel Miranda | El Sol de Acapulco

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