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El marketplace de criptomonedas FTX tenía como prioridad recibir capitales y no cuidar a los inversionistas: BlackBox Startup Law

FTX se apoyaba en una regulación ínfima, estando constituida en paraísos fiscales.

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En México, el marketplace de criptomonedas FTX no hubiera podido cometer fraude

La estrepitosa caída de FTX cimbró el mundo cripto y marcó un antes y después para estas divisas a nivel mundial. Más allá del presunto fraude cometido por la empresa y su fundador, Sam Bankman-Fried, éste es un claro ejemplo de cómo una compañía puede acabar con su reputación y sus inversiones en un parpadeo cuando se apalanca de claroscuros legales.

“FTX se apoyaba en una regulación ínfima, estando constituida en Antigua y Barbuda y teniendo su sede central en las Bahamas, ambos considerados paraísos fiscales“, dijo Victor Aguirre-López, socio y fundador de BlackBox Startup Law, despacho especializado en asesoría a startups internacionales.

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“En estos lugares la prioridad es recibir recursos financieros y lo último es proteger los intereses del público inversionista. Lo anterior, permitió que se hicieran malas inversiones y malos manejos de los recursos”, destacó.

Pero, ¿qué hubiera pasado si FTX hubiera estado regulada por la legislación mexicana?

Para responder a esta pregunta el especialista en startups asegura que primero es importante destacar que se debería someter a la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech) y estar autorizada como una Institución de Fondos de Pagos Electrónicos (IFPE).

Uno de los grandes desaciertos de FTX es que los inversionistas no hicieron la debida supervisión de cómo se estaba manejando la empresa, ni sus recursos. 

El abogado añade que si bien es muy común que los inversionistas de Venture Capital permitan que los fundadores tengan mucha libertad, aquí la libertad era absoluta, lo cual es algo fuera de lo común.

Otra irregularidad en el caso de FTX, se relaciona con los préstamos realizados a su compañía hermana Alameda Research, los cuales se cuentan en los billones de dólares y que se presume eran fondeados con los depósitos de los clientes de la empresa.

Adicionalmente, Alameda hizo varios préstamos billonarios a partes relacionadas, incluyendo el mismo Sam Bankman-Fried.

En México las cosas son diferentes

Si FTX hubiera sido regulada por la Ley Fintech mexicana, operaría como una IFPE y no hubiera sido posible un desvío de recursos de tal magnitud sin que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) lo hubiera detectado y detenido, ya que en México los fondos que se reciben para comprar criptomonedas no se pueden utilizar a merced de la compañía y deben quedar depositados en una cuenta bancaria global.

“En sitios como las Bahamas, donde operaba FTX, las fintech tienen nulas revisiones y la falta de lineamientos puede contribuir a un mal manejo de las inversiones. Si esta empresa hubiera operado en México difícilmente esto hubiera ocurrido, porque aquí la regulación indica que los fondos deben permanecer depositados en una cuenta global y sólo se pueden retirar para devolverlos a los clientes”, indica Victor Aguirre-López.

Además de las presuntas prácticas fraudulentas, la ausencia de controles corporativos y la falta de información confiable contribuyeron a que FTX se desplomara tras alcanzar un valor de 32 mil millones de dólares, según datos Statista.

Otros casos a nivel internacional 

Además de FTX, en el último semestre otras empresas de criptomonedas como BlockFi, Celsius Network, Voyager Digital y Three Arrows Capital se han declarado en bancarrota y se han amparado en el Capítulo Once de la mencionada legislación.

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