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El artista plástico Javier Marín pone su mirada en la moda

Javier Marín se dio a la tarea de crear un centro cultural con el fin de apoyar el desarrollo de la sociedad no solo michoacana, sino de todo México.

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El artista plástico Javier Marín pone su mirada en la moda

El artista plástico Javier Marín cuenta con un nuevo objetivo, que es mostrar un panorama más positivo del que se observa actualmente de la tierra que lo vio nacer: Uruapan, Michoacán.

Desde 2017, el artista mexicano se dio a la tarea de crear un centro cultural con el fin de apoyar el desarrollo de la sociedad no solo michoacana, sino de todo México, como parte de los proyectos de su fundación.

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Se trata del Centro Cultural Fábrica de San Pedro, creado en la famosa y antigua Fábrica de Hilados y Tejidos, que se ha adaptado como sala de exposiciones para convertirse en un espacio público municipal y que, a la vez, será un punto de encuentro y colaboración entre lo contemporáneo y lo tradicional en las áreas de diseño, arte gastronomía.

“Como fundación queremos recuperar el territorio michoacano que ha sido manchado por la violencia, queremos devolverle la confianza a la gente de poder volver a visitar Michoacán“.

“De generar buenas noticias en el tema de diseño, arte contemporáneo y cultura, para poner nuestro granito de arena y cambiar esa cara negativa con la que ya se está asociando al estado”, contó Marín en exclusiva para la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Asimismo, con este proyecto se pretende contribuir al mejoramiento de la calidad de vida en la comunidad, a la recuperación del tejido social y la construcción de lo colectivo y de lo público, así como al reforzamiento de la identidad cultural de la población de Uruapan y de sus alrededores, proyectando esta imagen a nivel nacional e internacional.

“Tenemos el objetivo de promover la experiencia de reflexión y el intercambio de ideas para construir los principios reales necesarios en el pensar, el hacer y el quehacer de las artes, creo que la cultura y el arte ayudan al desarrollo de la sociedad y desde lo que yo hago, pienso poner mi granito de arena”, añadió.

Punto de partida. Modas, tramas y textiles

Dicho proyecto comenzó con algunos programas piloto, hasta que el 7 de abril de 2022 se inauguró oficialmente con la exposición inédita Punto de partida.

Modas, tramas textiles, curada por la especialista en diseño Ana Elena Mallet, y con la que se busca crear, como su nombre indica, un punto de partida a este nuevo centro cultural, tomando como referencia la historia de la ciudad de Uruapan, que está ligada al textil, con sus fábricas de hilados y tejidos de La Providencia y de San Pedro, ubicadas en las riberas del río Cupatitzio.

“Convocamos a una comunidad de diseñadores de moda mexicanos para esta exposición. Es una idea de Ana Elena y mía que originalmente fue creada para inaugurar el centro cultural de una forma que conectara con el contexto de sala de exposiciones”, comentó Marín.

La exposición está compuesta por la creatividad y talento de 50 diseñadores de moda de todo el país, de distintos bagajes culturales y de diversas generaciones, como: 1/8 Takamura, Alberto Rodríguez, Alejandra Quesada, Armando Takeda, Aurea Bucio, Aurora Ares, Benito Santos, Carla Fernández, Carmen Rion, Casa Nortes, Casilda Mut, Cecilia García Molinero, CIHUAH, Collectiva Concepción, Costaiia, Cynthia Buttenklepper, Diana Altamirano, El Llamafante, ESANT, Fernanda Mereles y Francisco Cancino, entre otros.

De acuerdo con sus organizadores, el resultado ha sido mejor del esperado, pues esta muestra ha superado su cometido, al grado de que ha dejado su sede en Uruapan para llegar a la Ciudad de México y montarse durante un mes en la tienda departamental El Palacio de Hierro Polanco.

“Es una exposición muy importante para nosotros, porque llevamos trabajando cinco años en este proyecto; es entender el territorio, recuperar el espacio arquitectónico, darle nuevos propósitos y entender quiénes eran las audiencias, por eso quisimos conectar en esta primera muestra sobre la historia de Michoacán, a través de un proyecto colectivo, colaborativo y experimental”, comentó Ana.

Uruapan es la cuna de la manta cruda de algodón, conocida también como cambaya, producida de forma artesanal en telares de pedal, una antigua técnica que se remonta a la llegada de los españoles y que en esta muestra es la protagonista.

“Tratando de seguir con nuestro propósito de rescatar este legado perdido y de difundir una historia que muy pocos conocen, elegimos a la manta cruda de algodón como elemento clave que a su vez ha sido utilizada por años dentro de la industria, pues en esta tela, se confecciona un boceto antes de llegar al diseño final”, explicó Mallet.

Añadió que otros de los propósitos de esta muestra fue convocar a la diversidad.

“De pronto se nos olvida la cantidad de diseñadores y talento que hay en México, desde bagaje indígena, en el norte, en el sur, gente muy joven, otros muy reconocidos; la idea es un poco tratar de abarcar el territorio nacional, y enviar el mensaje de que estamos trabajando en Michoacán para Michoacán, pero en este espacio recibimos a todo México”. 

Los diseñadores tuvieron la misión de crear tres siluetas o looks pensados como bocetos de prueba antes de aventurarse a la prenda final. Son más de una centena de siluetas, que están inspiradas en un diseño libre, pero que, al mismo tiempo, aluden a lienzos en blanco que pueden ser pintados, bordados, forrados e imaginados con diferentes soluciones.

“Nosotros les dimos el material a cada diseñador y la libertad de trabajar como quisieran, el resultado fue que recibimos una cantidad de propuestas fantásticas, unas completamente inéditas, otras tantas experimentales”, dijo Ana Elena.

La también maestra, egresada del Tecnológico de Monterrey en la escuela de Arquitectura Diseño, contó que los diseñadores se acercaron a ella para comentar lo divertido que fue trabajar en este proyecto.

“Varios nos comentaron que se sintieron con mucha libertad a la hora de crear porque no se sintieron presionados por seguir un lineamiento de diseño que en muchas ocasiones tienen que respetar en sus colecciones, algunos otros con este diseño crearon piezas de nuevas colecciones“.

“Fue darles carta blanca, hay quienes les dedicaron mucho trabajo a una pieza, otros reinterpretaron a la moda antigua, incluyeron cortes de la historia de la moda, los repensaron en prendas actuales, invitar a 50 diseñadores nos quedamos cortos, hay una lista interminable de talentos, mismos que nos ayudarán a cercar la creatividad y la industria a diferentes público”, dijo.

Para Javier y Ana Elena esta muestra es la oportunidad de ver una panorámica del diseño de ropa en México, de lo que se hace del norte hasta el sur.

“Es un muestreo del diseño de moda mexicana, el comienzo de un proyecto que abrirá las puertas a creativos de distintas disciplinas para que ayuden a dialogar, a colaborar, reflexionar y reencontrarnos en diferentes puntos de vista”, añadieron.

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La experiencia de los diseñadores

Al tener carta abierta para crear con libertad diseños únicos y que hablaran por sí solos, para algunos creativos fue un reto y para otros fue un experimento que los enriqueció.

Para el diseñador Gabriel Ortiz de Ora, originario de la Ciudad de México y creador de la firma Arma blanca, fue una experiencia “increíble”. Diseñó tres bocetos inspirados en el elemento agua, pero que, en la muestra para la ciudad, solo se exhibieron dos.

El primer look se llama Mantarraya, inspirado en el kimono pero con un acabado en pico con tiras rasgadas.

“Me dieron 20 metros de tela, pero cuando empecé a trabajar me hicieron falta 40 metros más para llegar a esto, me gustó la estructura que le dio la tela, iba a ser un kimono pero cuando iba a la mitad de la composición, quería darle otro giro pensado en una mantarraya”, dijo.

En la exposición también participa Paola Wong, creadora de Pink Magnolia, que se inspiró en el pasado y presente de la moda.

Su primer look fue un vestido escamado con flores en escarola a mano y el segundo fue un huipil cera miel en forma de rectángulo con abejas pintadas y bordado a mano.

“Desde que me invitaron me sentí honrada, mas allá de lo que significa construir tres piezas, era poder representar y contar la historia del pasado, presente y futuro de este legado de la fábrica de tela en piezas de moda”.

Mildred Estrada | | El Sol de México

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