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Sedatu busca ordenar el uso de suelo y el desarrollo urbano en el Cañón del Sumidero

En los terrenos del Cañón del Sumidero habitan 201 mil personas.

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Sedatu busca ordenar el uso de suelo y el desarrollo urbano en el Cañón del Sumidero

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) busca ordenar el uso de suelo y el desarrollo urbano en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, un área natural protegida de Chiapas, donde han crecido los asentamientos irregulares.

Vía el Instituto Nacional de Suelo Sustentable (INSUS) solicitó 17.8 millones de pesos, con el fin de realizar siete estudios para analizar la viabilidad técnica, legal, financiera, económica y ambiental para implementar el proyecto desarrollo urbano y ordenamiento territorial en el Parque Cañón del Sumidero, Chiapas.

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Así se establece en el proyecto del mismo nombre que inscribió en la Cartera de Inversión de la Secretaría de Hacienda, y cuyos estudios prevé arrancar entre julio y noviembre de este año.

De acuerdo con una revisión de los documentos que realizó El Sol de México, existe “vulnerabilidad de los asentamientos humanos irregulares que se han establecido en el ANP Cañón del Sumidero, generado principalmente por la falta de suelo urbano”.

Ante dicha problemática propone analizar los usos del suelo y sus giros, por ejemplo, vivienda, vivienda residencial, industria, comercio y servicios, esto mediante un Estudio de Mercado.

“Todos los componentes del proyecto de desarrollo urbano integral tendrán un enfoque basado en la Política Nacional del Suelo, en favor de la inclusión social, ordenamiento territorial y urbano y la sostenibilidad”, se precisa en el proyecto.

Niveles de construcción, diseño de viviendas, superficie máxima de construcción permitida, tipo de mobiliario urbano, señalética, ciclovías y trazo de rutas de transporte son otros elementos que el ente quiere definir mediante otro estudio, denominado Plan Maestro, y el cual tendrá un costo de 1.9 millones de pesos.

También busca estudiar la situación social, económica, ambiental y de riesgos, para que se pueda generar un plan que permita establecer el desarrollo urbano conveniente, tomando en cuenta las zonas en las que se encuentran los diferentes asentamientos.

Uno de los estudios más costosos corresponde al Anteproyecto, por un monto de 2.3 millones de pesos. Este busca definir las obras de ingeniería necesarias y realizar diversos análisis técnicos, como estudios de topografía, de geología, hidrología, obras inducidas y definir el presupuesto de la obra y su planificación.

Respecto a los asentamientos irregulares en el Cañón del Sumidero, el INSUS explica que existe un crecimiento desordenado, principalmente en los municipios de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo, que abarcan dos mil 839 hectáreas de las 23 mil 22 de esta Área Natural Protegida.

En los terrenos del Cañón del Sumidero habitan 201 mil personas, en más de 52 mil domicilios, los cuales alcanzan un nivel de marginación alto o muy alto en 58 por ciento de los casos, según datos del Inegi de 2020 presentados en el proyecto.

Para revertir esta situación de rezago social que se traduce en falta de servicios básicos, el Instituto Nacional de Suelo Sustentable ve necesarios los estudios planteados, los cuales tienen un costo de entre un millón 890 mil y cuatro millones 11 mil pesos.

De no atender el desordenamiento urbano, el Instituto estima se agudicen las problemáticas en la zona, como condiciones precarias de urbanización, mayor gasto para introducir servicios urbanos mínimos, pérdida de biodiversidad, vulnerabilidad social y el alto grado de las amenazas por desastres naturales.

En lo que respecta a los fenómenos naturales, el órgano asegura que hay al menos cinco mil seis personas que se encuentran vulnerables a estos, pues no sólo están asentadas en una zona de alta sismicidad, como Chiapas, sino que se encuentran instaladas en laderas de pendientes cercanas a los ríos Grijalva y Sabinal, lo que en temporada de lluvias implica que puedan padecer deslaves.

Ejemplo de este tipo de eventos fue el ocurrido en marzo de 2022, cuando luego de un sismo en la zona una de las paredes del Cañón del Sumidero se desprendió y provocó el cierre a la navegación en el río Grijalva durante un día.

Alfredo Fuentes | El Sol de México

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