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Seguridad

Lilia Carolina, de ama de casa a subdirectora de la Policía de Mazatlán

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MAZATLÁN, Sinaloa. Después de recorrer todos los escalafones como policía en 15 años, Lilia Carolina Ramos Chaidez ya forma parte de la historia de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, pues desde hace unos cuatro meses se convirtió en la primera mujer subdirectora operativa de esta dependencia en el puerto.

Aunque desde niña tuvo claro que quería ser policía, fue hasta los 22 cuando ingresó a las filas de la corporación preventiva. En ese tiempo no era muy común que una mujer realizara esa labor que ahora, a los 37 años de edad, desarrolla con mucho orgullo.

Ella es una de las casi 300 mujeres que actualmente integran la corporación en el área preventiva, tránsito, investigación y custodios, en distintos operativos de vigilancia por toda la ciudad.

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Fue un 16 de octubre de 2008 cuando entró a las filas de la Policía Preventiva, donde empezó como vigilante en el edificio de Seguridad Pública que en ese entonces se encontraba en la colonia Benito Juárez. Dos años después la mandaron como vigilante de los grupos de reacción. De ahí la nombraron jefe de grupo del sector 3 en la colonia López Mateos.

“Ahí duré pocos meses, porque se formó el grupo táctico donde me mandaron a capacitarme a Culiacán un mes, ahí duré cuatro años, de ahí fui comandante del sector 6 que está en la colonia Juárez, que abarca la Villa Galaxia y 20 de noviembre, donde estuve un año”.

Los policías forman parte del día a día, su valor es invaluable, ya que cada uno de ellos tiene una función, desde ayudar por cualquier cosa a los ciudadanos, hasta evitar las faltas y delitos. Siempre es normal toparse con policías hombres, a los que se encuentran por las calles, pero actualmente resulta común encontrarse a mujeres que realizan esa labor

Me encanta ser policía, me gusta atender a la ciudadanía, apoyarla, el trabajo de nosotros es la proximidad, el acercarnos con el ciudadano, buscarles una solución a sus problemas, el salvaguardar la integridad de ellos, que es mi trabajo, y eso me ha funcionado muy bien”.

Como en todo trabajo de seguridad, la actividad conlleva riesgos y lo más triste que le ha tocado ver son accidentes en motos, donde mujeres, jóvenes y niños pierden la vida.

“Es algo sorprendente, ver ese tipo de situaciones siempre te va a sorprender o va hacer difícil, porque uno tiene hijos y es algo muy doloroso para uno”.

Hechos violentos como balaceras no le han tocado. Cuando ingresó a la corporación ese tipo de hechos eran muy frecuentes, pero no estaba tan metida en el operativo y ahorita Mazatlán está tranquilo en ese sentido.

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“Ser policía, hombre o mujer, es complicado, porque se debe entender que se tiene una hora de entrada, pero no de salida, incluso se debe de tener en cuenta que quizás no regresemos a casa”, dice.

Para Lilia Carolona, el día comienza a las siete de la mañana cuando sale de su casa, lo primero que hace es supervisar, apoyar escuelas, paradas de camiones, para darle una seguridad al ciudadano, que vean la presencia de los servidores públicos.

“Esta labor no es fácil, ya que prácticamente tienes que dejar sola a tu familia, sobre todo a los hijos, que son los que dependen de ti como mamá. Pero es una actividad que me da mucho orgullo y la seguiré haciendo para demostrar a mis tres hijos adolescentes, dos hombres y una mujer, que como mujeres podemos ser fuertes y que nada nos puede detener”.

Poder combinar el ser policía, madre y esposa, es lo más bonito para ella, porque al final del día le deja una satisfacción muy grande. Llegar a su casa, en ocasiones estresada, y sentir el apoyo de su esposo, de sus hijos, disfrutar con ellos el poco tiempo libre que tiene, la llena de energía.

“Normalmente llego a mi casa a las 11 de la noche, pero tengo llamadas, mensajes desde la una, dos, cuatro de la mañana, estoy en alrededor de 40 grupos de WhatsApp de varias colonias y fraccionamientos y hay quienes piden apoyo por diversos problemas y hay que estar muy atentos”.

Desde los cinco años soñaba con ser policía, jugaba con su hermano y sus amigos a los policías y ladrones, se vestía con un pantalón de mezclilla, un cinto, una camiseta, una gorra negra y se ponía un revólver de juguete en la cintura

“Yo siempre era el policía, mi hermano se enojaba porque yo no quería ser el ratero. Siempre me vi en ese lugar, que yo quería ser policía, imagínese ahora cómo me siento, orgullosa de ser la primera mujer subdirectora”.

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Desempeñar este oficio le permite crecer como ser humano y como profesional y aunque tiene trunca la carrera de Trabajo Social, le gustaría estudiar la licenciatura en Derecho, para estar más preparada a la hora de realizar su trabajo.

Reiteró que es un gran orgullo ser parte de la policía, sobre todo por el hecho de ser mujer y donde afortunadamente sus compañeros, sus jefes y el alcalde le han brindado todo su apoyo.

Con sus dos radios y una Glock 9 milímetros, explica que un subdirector operativo organiza operativos en eventos, la proximidad con ciudadanos, supervisa a los coordinadores, a los comandantes, jefes de grupo, pero más que nada, debe estar atento de todo el personal.

“Me recibieron bien, porque ya había tenido puestos como comodante, jefe de grupo, coordinadora, entonces ya estaban acostumbrados a que tuviera el mando, los tiempos ya han cambiado en este sentido y ahora las mujeres pueden desempeñar este tipo de actividades sin ningún problema”.

La comandante Lilia Carolina señala que la percepción del policía ha cambiado, en la actualidad ya tiene mejor imagen y por lo tanto hay más confianza de la ciudadanía hacia los agentes.

Y es que mucho han tenido que ver las nuevas generaciones de elementos, ahora se pide que cumplan con mejor comportamiento y visión para seguridad pública.

Incluso la corporación tiene mucho policía joven y preparado, internamente se implementan alrededor de 25 cursos de capacitación y muchos ya cuentan con una carrera universitaria, de hecho, del 100 por ciento de los policías nuevos, el 60 por ciento tiene una carrera universitaria, maestrías y doctorados.

Caro desempeña con mucha responsabilidad su trabajo. Le gusta ser un ejemplo para sus hijos y para sus compañeras mujeres, ya que juntas dignifican esta profesión que es tan criticada en la sociedad.

Actualmente, Mazatlán cuenta con alrededor de 800 policías en activo, de los cuales el 35 por ciento son mujeres, pero se tiene un déficit de alrededor de 300, según confirmó el alcalde Édgar González Zataráin.

El delegado estatal de la Confederación de Colegios de Abogados de México, José Serna Valdés, mencionó que se requiere de más interés en materia de recursos para la policía por parte de la Federación, el estado y el municipio, para fortalecer una de las aristas más importantes de una ciudad y que locales y turistas se sientan seguros en la ciudad.

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“Hace falta mayor número de policías en la Secretaría de Seguridad Pública, eso es un reto, faltan recursos por parte de los tres niveles de gobierno, se debe reforzar la secretaría de seguridad, tenemos un déficit de policías importante“, dijo.

“Es un punto que tenemos que reforzar y se tienen que buscar las estrategias por parte del Ayuntamiento de Mazatlán en mejorar esta situación”, añadió.

“Esta labor no es fácil, ya que prácticamente tienes que dejar sola a tu familia, sobre todo a los hijos, que son los que dependen de ti como mamá. Pero es una actividad que me da mucho orgullo”, afirma Lilia Carolina.

Marimar Toledo | El Sol de Mazatlán

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