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El Extranjero

Las ucranianas también luchan contra las fuerzas rusas

Unas siguen haciendo su trabajo habitual y hay quienes, sin pánico, llevan a los niños a los refugios y los entretienen

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Las historias de las mujeres ucranianas en el contexto de la guerra que padecen por la invasión de Rusia comenzaron en febrero de 2022, y al igual que muchas otras féminas, Natalia y su hija Verónica se enlistaron como voluntarias para integrarse a las fuerzas armadas de su país.

Antes de la intervención rusa, Natalia era diseñadora de moda y su hija estudiaba Medicina. Sin embargo, ahora contribuyen militarmente en defensa de su país.

Todos mis hermanos están ahora en el extranjero, en Italia, Grecia, Canadá. Nadie esperaba que fuera yo la que se quedara, siempre he sido yo la niña bien”, dijo Natalia a la cadena televisiva alemana Deutsche Welle (DW) en mayo del mismo año.

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“Los camaradas que luchan en el este dicen que matar a alguien por primera vez siempre es difícil. Ahora creo que quizás pueda hacerlo. No se puede saber hasta que estás en la situación”, dijo Verónica con lágrimas ante las cámaras de DW.

Madre e hija se entrenaron en un curso intensivo de armamento hasta que las llamaron al frente de batalla. En la guerra “los hombres tienen ventajas físicas pero las mujeres suelen ser más fuertes mentalmente”, sostuvo Natalia, orgullosa de que su hija la acompañe en las fuerzas armadas.

En Ucrania cerca 35 mil mujeres forman parte del ejército del país, lo que representa alrededor de 15 por ciento de los soldados que luchan contra las fuerzas rusas, según el gobierno y la revista feminista herizons.

El Centro para el Análisis de la Política Europea (CEPA, por sus siglas en inglés), replicó las palabras de la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, sobre la contribución de las mujeres en la guerra: “Nuestra actual resistencia tiene un rostro femenino particular. Las mujeres ucranianas luchan en el frente, sanan, salvan, alimentan. Otras siguen haciendo su trabajo habitual en farmacias, tiendas, el transporte y los servicios públicos. Y hay quienes, sin pánico, llevan a los niños a los refugios y los entretienen con juegos y dibujos animados para salvar la conciencia de los niños de la guerra”.

La participación de las ucranianas en la primera línea del frente armado contra Rusia se logró por una campaña de promoción llamada Batallón Invisible lanzada durante la Guerra de Donbass.

“Una encuesta sociológica realizada por el equipo del Batallón Invisible a fines de 2015 descubrió que la legislación obsoleta permitía a las mujeres ocupar puestos administrativos como cocineras y sastres. (…) Sin embargo, era casi imposible para ellas obtener una posición de combate en la Guerra”, explica el sitio web de la organización.

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Como resultado de la presión del Batallón Invisible, a partir de 2018 mujeres y hombres tienen los mismos derechos para desempeñar roles de combate en el ejército ucraniano.

“Aunque muchas dicen que han enfrentado sexismo de algunos colegas, las mujeres son ampliamente aceptadas y realizan las mismas tareas que los hombres”, dice SaraJane Rzegocki, de CEPA.

Estancia en apartamentos, alimentos y atención médica son servicios que las mujeres ofrecen a los refugiados durante el conflicto actual.

Además, “las mujeres están ayudando a las personas que están angustiadas y traumatizadas a través de la empatía y el apoyo emocional“, le dijo Oksana Kis, presidenta de la Asociación Ucraniana para la Investigación en Historia de la Mujer, a Darío Sabaghi de la revista herizons.

La gestión de crisis es otra labor de la que se ocupan las mujeres en Ucrania, pues coordinan ayuda humanitaria y logística. Además, cuidan de personas mayores, niños y personas con discapacidad.

“Estas mujeres no pudieron huir de las zonas peligrosas del país cuando estalló la guerra. Por lo tanto, se enfrentaron a la ocupación rusa y los bombardeos de la misma manera que los hombres”, dijo Oksana Kis

El medio de análisis El Orden Mundial expone las principales aportaciones de las mujeres en la guerra a lo largo de los años. En las tareas armamentistas, las mujeres han desempeñado desde la antigua Grecia el papel de cuidadoras. En contraste, para los hombres la educación militar era símbolo de madurez.

En la época moderna, los grupos de ayuda humanitaria conformados por mujeres se integraron hasta 1854, pero fue en la Primera Guerra Mundial que el papel de las mujeres se modificó. Entre 1914 y 1918, mientras millones hombres combatían en el frente, las mujeres se empeñaban en mantener en funcionamiento el sector laboral.

Tan sólo en el sector bancario, antes de la guerra 9 mil 500 mujeres trabajaban en esta rama, cifra que se elevó hasta 64 mil durante la confrontación bélica. En este conflicto fue notorio que las mujeres tomaron las armas en el frente.

Sin embargo, la violencia sexual contra las mujeres es una constante de los conflictos bélicos como forma de humillar y someter a las sociedades.

“Durante la Guerra del Pacífico (1931-1945), por ejemplo, hubo víctimas más allá de las barbaries cometidas en el campo de batalla. Las mujeres de consuelo, procedentes mayoritariamente de Corea, eran llevadas a prostíbulos engañadas, forzadas o secuestradas, donde eran encerradas día y noche en celdas diminutas e insalubres y sometidas a agresiones sexuales y humillaciones por parte de los militares japoneses”, explica El Orden Mundial.

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En la Segunda Guerra Mundial, el ejército soviético “utilizó la violación en masa como arma de guerra en 1945”. Hechos similares ocurrieron en los años 90 en las guerras yugoslavas y en las guerras del Congo.

Por otra parte, “las espías también fueron decisivas durante la guerra de Vietnam (1959-1975), en la que once mujeres vietnamitas formaron la unidad de combate ultrasecreta llamada Río de los Perfumes.

Bajo el lema Cuando el enemigo entra en casa, incluso las mujeres deben luchar, llegaron a participar incluso en la batalla de Hué, además de cumplir con sus funciones como espías”.

Por último, Japón y España son ejemplo de países desarrollados donde la desigualdad para las mujeres persiste en la milicia. En Japón, la primera piloto de combate se incorporó hasta 2018; mientras que, en España, las mujeres en el ejército son sólo 12 por ciento de los miembros.

Otro caso como las Unidades Femeninas de Protección cuenta con hasta 30 mil integrantes, que luchan en Irak y Siria contra El Estado Islámico.

Entonces, ¿por qué es relevante que las mujeres tomen las armas? El Programa de Resistencia Democrática de CEPA da una respuesta:

“Las mujeres han históricamente sido símbolos de la capacidad de un país para retener su cultura y su futuro para el crecimiento”. De hecho, así lo reflejó Natalia en su entrevista con DW: “Cuando mis hermanos salieron del país, les dije, nos vemos tras la victoria”.

Manuel Lombera / El Sol de México

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