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La Opinión

El atentado en Argentina: ¿A quién le sirve?  

El atentado en contra de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández se da en un escenario económico crítico

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A como están las cosas en Argentina, parece que el intento de asesinar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, le dará mucho aire al gobierno de Alberto Fernández, pues su gestión atraviesa por una crisis económica y política, a la que no se le ve salida en el corto plazo.

Hasta antes del presunto atentado a Cristina, sólo habían cruzado palabra el Presidente y la vicepresidenta para acordar quién sería el nuevo ministro de Finanzas, después de cuatro meses de no dirigirse la palabra, debido en buena medida a un desacuerdo por la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aquel acuerdo de pago de deuda de 46 mil millones de dólares al FMI se condicionó a que Argentina redujera el gasto público y a un plan de austeridad social bastante significativo, medidas que no le gustaron a la vicepresidenta, que, dicho sea de paso, tiene mucho poder popular y se ha visto en los últimos días en los alrededores de su casa en Buenos Aires.

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En torno al presunto ataque a Cristina, por parte de un hombre de nacionalidad brasileña y con antecedentes penales –el pasado jueves–, dio pie a que la atención mediática se centrara en el hecho frustrado y de ahí se desprendieron miles de suposiciones, pero, sobre todo, se olvidó por unas horas el juicio que pesa sobre la señora de Kirchner.

El juicio investiga supuestas maniobras en la adjudicación y realización de obras públicas en Santa Cruz en favor del empresario Lázaro Báez entre 2003 y 2015, un periodo que abarca el gobierno de Cristina Fernández y el de su fallecido marido, Néstor Kirchner.

Sin cortapisas, el juicio se reanudó cuatro días después de que la vicepresidenta fuese atacada por un hombre que gatilló una pistola a pocos centímetros de su cara, sin que el arma llegase a dispararse, todo parece indicar que el presunto delincuente era un improvisado, de lo contrario la historia hubiera sido diferente.

En Argentina, se habla de que el dispositivo de seguridad en torno a Cristina es muy grande, entonces surge la duda, ¿por qué? pudo llegar hasta ella con tanta facilidad el atacante, esas y miles de dudas más flotan sobre el caso, es posible que el hecho tenga un impacto sobre  la decisión de los jueces sobre una posible sanción, que de entrada pide 12 años de prisión y la inhabilitación política de por vida, por su puesto eso implicaría que la mandataria perdiera el fuero que la protege.

A las pocas horas del anuncio de la fiscalía sobre las posibles sanciones, Cristina pronunció un discurso a la nación deslegitimando el proceso alegando que la acusación es persecución política.

Agregó que era un ataque no sólo contra ella sino contra todos los que la apoyan y todo el movimiento peronista. “Este es un juicio contra un gobierno popular y nacionalista, contra los que luchan por obras públicas, mejores pensiones y mejores salarios”, dijo.

Casi de inmediato se inició una movilización masiva y grandes manifestaciones en apoyo de la vicepresidenta. Asimismo, quinientos alcaldes de ciudades y condados firmaron una carta de apoyo a la señora de Kirchner donde aseguran que el juicio es un mecanismo destinado a sacarla para siempre de la vida pública.

La misma Facultad de Humanidades (Filosofía y Letras) de la Universidad de Buenos Aires denunció una “persecución contra el vicepresidenta”. Todos repitieron el mismo argumento, pero pese a esta presión política el juicio fue retomado el pasado lunes.

Cuando el actual presidente argentino Alberto Fernández tomó las riendas del gobierno en 2019, procedió a acusar al Poder Judicial de perseguir a su vicepresidenta y lanzar una guerra judicial (lawfare) en su contra.

El mandatario Alberto Fernández impulsó una reforma judicial encaminada a aumentar el número de jueces y destituyeron tres magistrados que estaban involucrados en casos contra la señora de Kirchner.

Esta práctica no es nueva en Argentina, ya que el difunto expresidente Carlos Menem también amplió el número de miembros de la Corte Suprema para protegerse de investigaciones desagradables.

Asimismo, Menem destituyó a jueces y fiscales que consideraba demasiado peligrosos para él. Precisamente por esto las manipulaciones de Fernández son inexcusables.

Cristina, de 69 años, ha sido dos veces consecutivas presidenta (2007-2015), hoy es vicepresidenta, porque en 2019, luego de cuatro años en la oposición, y debido al alto nivel de rechazo que genera hoy su figura, colocó a Alberto Fernández, aunque se reservó el segundo lugar de la fórmula.

Lo cierto es que antes de finalizar su segundo gobierno, ella ya era investigada por supuestos hechos de corrupción en más de 10 causas judiciales, que venían avanzando con la lentitud que es habitual en la Justicia argentina cuando está involucrada la política.

Todo lo anterior bajo un escenario económico crítico en Argentina que no para, pero que también por unas horas pasó a un segundo plano, ante el presunto atentado a la vicepresidenta, quien se la sabe de todas todas. O usted ¿qué cree?

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