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La Opinión

La izquierda se hace fuerte en América Latina

Ya son 10 los gobiernos de izquierda en América Latina, pero hay que diferenciar entre la llamada nueva marea rosa y el ala radical,

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Con el triunfo de Gustavo Petro en Colombia, son ya 10 los gobiernos de izquierda en América Latina, pero hay que diferenciar entre la llamada nueva marea rosa y el ala radical, esta última, genera mucha incertidumbre entre los latinoamericanos y, porque no, en el gobierno de Estados Unidos, que cada vez pierde más influencia en la región.  

La nueva marea rosa está conformada por Xiomara Castro, de Honduras; Gabriel Boric, de Chile; Pedro Castillo, de Perú; Luis Arce, de Bolivia; Alberto Fernández, de Argentina; Andrés Manuel López Obrador, de México; recientemente Gustavo Petro, de Colombia;  y es altamente probable que en octubre regrese al poder Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, pero eso está por verse.

De hecho, los antes mencionados esperan el regreso de Lula, a quien le tienen designado el cargo de líder regional, por encima de otros suspirantes que ya trabajan en propuestas como la de enterrar a la Organización de Estados Americanos (OEA) y poner con un paso adelante un organismo que los represente “realmente”.

El miedo a la izquierda en la región viene o se origina de el ala radical, o sea Cuba, Venezuela y Nicaragua, tienen gobiernos que se han convertido en dictaduras, y es que sin respeto a los derechos humanos fundamentales están dispuestos a hacer lo que sea con tal de permanecer en el poder, se olvidaron del origen de su llegada.

Casos sobran, pero sólo por tocar los más recientes hay que recordar que en 2021, el presidente Daniel Ortega se volvió a reelegir para un quinto mandato, por supuesto encarcelando a toda la oposición, unos 180 osados políticos a los que ¡les pasó la alternancia política por sus cabezas!, además de líderes sociales y estudiantiles que en total rebasan los 700 presos.

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El mañana para Nicaragua, ni por mucho pinta promisorio, si Ortega decide no ir por otro mandato pues la vicepresidenta de ese país y esposa del Presidente, Rosario Murillo, está más que lista para asumir el cargo, de hecho, la primera dama ya opera en la toma de las principales decisiones de ese régimen.

En el caso de Cuba, todo mundo pensó que “muriendo el perro se acaba la rabia”, pero ya vimos que no es así, Fidel Castro (fallecido) primero le heredó el poder a su hermano Raúl, quien después de 12 años de gobierno, cedió el poder a Miguel Díaz-Canel, quien da continuismo al Castrismo. 

Y si no mire usted, el 11 de julio de 2021, miles de personas salieron a las calles de varias ciudades de Cuba para protestar en contra del régimen y exigir libertad y mejores condiciones de vida, el resultado fue 297 opositores jóvenes condenados a prisión, ¿dígame usted si algo ha cambiado?

El régimen cubano sigue siendo un referente para la izquierda latinoamericana y eso es a lo que le tiene mucho miedo a la gente, que la democracia y las libertades fundamentales desaparezcan, como consecuencia la pobreza extrema llegue se instale y luego ya no se pueda quitar, aunque el inexplicable amor de muchos políticos al gobierno de la isla le sigue dando vida.

El otro régimen radical lo encabeza Venezuela, hoy en mano de Nicolás Maduro, pero heredado de Hugo Chávez, los intentos por remover a este mandatario han fracasado uno por uno, incluidos los intentos de Estados Unidos, quien por cierto ha comenzado a relajar el bloqueo al chavismo y con lo que afianza la permanencia del actual régimen.

El gobierno de Maduro ha generado en los últimos años un éxodo de venezolanos que roza los 7 millones de personas, muchas a Colombia, Chile o Europa. En 2018, en unas elecciones sin oposición verdadera el actual Presidente se reeligió, entonces apareció la figura de Juan Guaidó, quien se auto proclamó, el 23 de enero de 2019, como Presidente interino, pero al día de hoy su movimiento está hundido.

Hoy en la otra izquierda –la ola rosa–, Petro vino a inyectar nuevos bríos de fuerza, pero mucho de lo que hagan o dejen de hacer marcará la pauta algunos de esta izquierda más moderada no las han tenido todas consigo, es el caso de Pedro Castillo, quien ya ha enfrentado intentos de remoción por parte del Congreso.

O el joven presidente de Chile, que ha visto cómo en un corto tiempo ha perdido popularidad, sobre todo, por una serie de incidentes que se viven en el sur de ese país fomentados por la migración de venezolanos a esa zona. Si hablamos de Bolivia y Argentina las cosas no pintan bien, porque ambos gobiernos padecen el fuego amigo. 

Para Petro el reto también es mayúsculo, por muchos años ha sido el principal aliado en América Latina de Estados Unidos, sobre todo, con el Plan Colombia en la lucha contra las guerrillas y el narcotráfico, pero en campaña marcó la distancia al señalar que la lucha contra ese flagelo ha sido un completo fracaso.

Por otro lado, le tendió la mano a Maduro, pero habrá que ver que tanto dura ese primer guiño, todo dependerá hasta dónde quiere llegar el mandatario venezolano y hasta dónde lo deja su entrante par colombiano. O usted ¿qué cree?

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