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La nueva política laboral le carga todas las piedras al mismo burro: Santamarina y Steta

Se están dando cambios dramáticos por la introducción efectiva de los principios de libertad de asociación, respecto a la negociación colectiva y democracia sindical

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En México se tiene una política laboral que quiere llevar hacia un nuevo orden sindical, pero se hace para unos cuantos miles de empleados, pues no llega a la clase trabajadora en su conjunto ni resuelve los problemas de México, porque “ni siquiera cubre a las empresas de toda la economía formal. Le están cargando todas las piedras al mismo burro”, señaló Santamarina y Steta.

Juan Carlos de la Vega, socio experto en materia laboral de la firma legal, subrayó que la reforma en materia de justicia laboral en el país genera profundas transformaciones.

Señaló que “se están dando cambios dramáticos por la introducción efectiva de los principios de libertad de asociación, respecto a la negociación colectiva y democracia sindical”.

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Sin embargo, apuntó, son disparejos, pues las empresas de vocación exportadora tienen un nivel de observancia mayor que las demás, al estar expuestas a Mecanismos de Respuesta Rápida bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los cuales las exponen a niveles mayores de escrutinio, pues quedan bajo la supervisión de las autoridades de la Unión Americana.

El especialista explicó que los ajustes legislativos recientes imponen prácticas nunca antes vistas que empoderan al trabajador al participar en las decisiones en las empresas mediante su voto personal, libre y secreto. Además, muchas de las nuevas normas son inviables para las empresas pequeñas.

“Eliminar la subcontratación, asegurar el pago efectivo de la Participación de los Trabajadores en las Utilidades –PTU-, incrementar las contribuciones de seguridad social, aumentar periodos vacacionales, los de paternidad, generar negociaciones salariales y contractuales más duras, etc., constituyen un auténtico cambio de piel”, indicó.

“Tenemos una política laboral que nos quiere llevar hacia un nuevo orden sindical. Sin embargo, esto se está haciendo para unos cuantos miles de trabajadores, no llega a la clase trabajadora en su conjunto ni resuelve los problemas de México. Ni siquiera cubre a las empresas de toda la economía formal. Le están cargando todas las piedras al mismo burro”, aseveró.

De la Vega admitió que aunque los cambios en materia sindical y todos los que han generado beneficios adicionales para los trabajadores son buenos, es necesario que surjan estímulos a las empresas para incrementar su productividad y generar más empleo.

“El grueso de las empresas no están pudiendo con las cargas ni con los tiempos. Hace falta un enfoque de apoyo que complemente a la política laboral de México, como la posibilidad de deducir completamente prestaciones de previsión social, modificación a la baja de las tasas impositivas o el impulso a esquemas autosustentables en cuanto a prestaciones. Hay muchas opciones, pero no estamos viendo una voluntad política hacia allá”, aseguró.

De continuar así, advirtió que se corre el riesgo de que las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), al ver imposible cumplir con la normatividad, se verán en un punto que las lleve hacia la informalidad.

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