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Guanajuato

El municipio guanajuatense de San Francisco del Rincón es la Capital Mundial del Sombrero

Esta actividad que data del siglo XIX es la que impulsa económicamente a la ciudad

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Foto: Francisco Meza

SAN FRANCISCO DEL RINCÓN, Guanajuato. Gracias a la ardua labor de sus habitantes, este municipio es la Capital Mundial del Sombrero, pues vende a todo México y al extranjero.

La gente se levanta a las seis de la mañana y regresa a su casa después de las siete de la tarde, como Marcelino, quien desde los ocho años se dedica a realizar sombreros, lo cual hace con pasión y como estilo de vida.

“Era la fuente de trabajo mayoritaria y pues le agarre el gusto”, explica con una sonrisa en su rostro, mientras recorre las instalaciones de la fábrica, en la que ya cumplió un cuarto de siglo laborando.

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La industria del sombrero en San Francisco del Rincón comenzó con pequeños negocios familiares y al paso del tiempo, ha crecido al grado de que la ciudad vende a todo México y al extranjero.

Actualmente, en San Pancho, existen 150 empresas dedicadas a la elaboración de este accesorio. Al año se exportan más de 15 millones de pesos en sombrero que se distribuye en toda la República Mexicana y en países como Estados Unidos, Canadá, Chile, Uruguay, Paraguay y recientemente Holanda.

“Data del Siglo XVIII, las mujeres eran las que elaboraban las trenzas para realizar el sombrero con hoja de palma, la industria se ha diversificado en estilos, colores y tamaños y ahora se exportan a más de siete países”, explicó el alcalde del municipio de San Francisco del Rincón, Antonio Marún.

El pueblo francorrinconense, se dedicaba principalmente a las labores agropecuarias, pero sus necesidades económicas, los llevaron a diversificar sus actividades, dedicándose a fabricar artículos que necesitaban, uno de ellos: el sombrero, para cubrirse del agua de la lluvia y el sol.

“Todo inició, realizándose de forma artesanal, los mejores tejedores, se ubicaban en los barrios de Los Remedios, el Llano y San Miguel. Con el paso del tiempo y a mediados del siglo XIX, la mitad de la población en San Francisco del Rincón se dedicaba a fabricar sombrero, ocho de cada diez sombreros que se exportan, son realizados en San Francisco del Rincón.

Actualmente, los procesos en las industrias son más mecanizados a consecuencia del avance de las tecnologías, sin embargo, la manufactura del sombrero, sigue teniendo ese lado artesanal que no quiere morir. A pesar de que se utilizan nuevas herramientas, la confección de este artículo, aún se hace de forma manual.

Marcelino explicó en un recorrido por la fábrica en la que labora, como es el proceso, para elaborar el sombrero. La empresa en la que trabaja es Laredo Hats y desde que se inauguró, hace 25 años, ha formado parte de ella.

Planchado, engomado y adorno, son las tres fases por las que pasa un sombrero para quedar completamente listo.

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Marcelino señala que todos los materiales con los que se fabrica el sombrero, llegan desde China en rollos o en pliegos. Este accesorio, se fabrica con papel de micro celulosa o de arroz, este último de menor calidad.

A la fábrica de Laredo Hats, llega también el sombrero formado. Se llama en ese momento “campana”, el primer proceso es el área de doblillado, donde se le da una especie de bastilla alrededor.

De ahí se pasa al área del patio, en donde en tres pasos, se les aplica laca, un barniz que endurece el material, para hacerlo resistente al sol y al agua.

“Primero, se les da un baño de laca, se pone a secar por media hora y posteriormente, con una brocha se le quita el excedente. Luego va a la área de “esprayado”, para quitarle el tono “verdoso” con el que llega el material, para darle un tono color paja, una vez que se seca, después de teñirlo se le pone una laca brillosa”, explica pacientemente Marcelino al interior de la fábrica Laredo Hats.

Con calor, vapor y presión es como se realiza el siguiente paso. A través de un a prensa. Hay una manual y la otra es más moderna y mecanizada.

La primera, tiene su tanque y bomba de agua, el cronómetro para medir el tiempo y la presión. Esta prensa, se utiliza para darle un planchado más fino. Ahí se coloca la horma con el estilo que se desea y que también es fabricada en San Francisco del Rincón.

Por un minuto, se deja trabajar a la máquina a una temperatura de aproximadamente 100 o 120 grados centígrados. El operador revisa la pieza y si cree que le hace falta más tiempo, lo deja. De lo contrario, retira el sombrero y corta el excedente para darle la forma.

La prensa manual, opera a base de gas. El procedimiento es prácticamente el mismo que el anterior, aunque el planchado es para un acabado más rudo o grueso.

Lo último es el adorno, se coloca el tafilete o boquilla, en la parte interna del sombrero. La función de esta pieza es proteger el sombrero del sudor de la persona, el cual puede manchar el material. También se le pone el forro y la etiqueta.

Por fuera, es la toquilla, ese delgado adorno que puede ser de piel, de cuero o sintético según el gusto del cliente y que se coloca por fuera del sombrero.

Hay 15 estilos de sombrero: vaquero, playero, texana, bohemio, casual y pachuco, por mencionar algunos. El sombrero puede ser elaborado con: fieltro, lana y tela. El forro puede ser con pelo de conejo, castor y hasta oso. Los adornos se realizan de piel de cabra, cocodrilo, víbora, avestruz y también de cuero, según el gusto del cliente.

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Los costos van desde los 150 o 200 pesos, pasando por los de 1 mil 700 pesos a 2 mil 500 y llegando a los cinco, siete, ocho o 10 mil pesos, de acuerdo al material que el cliente pida.

“El sector sombrerero sí estuvo afectado por la pandemia, tuvieron que bajar su producción, pero debido a que los empresarios exportan y ya tenían pedidos comprometidos, la mayoría de las fábricas no se vieron afectadas, aunque algunas sí tuvieron que cerrar temporalmente pero fueron mínimas y el nivel de producción bajo muy poco”, compartió el Presidente Municipal de San Francisco del Rincón, quien agregó que alrededor de 50 empresas, se encuentran inscritas en programa de capacitación con Fondos Guanajuato, con el que se pretende fortalecer la industria e incrementar la economía.

Por otro lado, Lourdes Padilla, propietaria de Laredo Hats, comentó que la pandemia fue una temporada muy difícil para el sector, sobre todo porque la parte más importante de su empresa es la gente.

“La mayoría de nuestros colaboradores han estado con nosotros desde que iniciamos. Por lo que nos vimos en la necesidad de aumentar los costos, para solventar los gastos y sobre todo, para no dejar de pagar a nuestra gente, porque ellos también tienen familias, se bajó la producción pero no podíamos darnos el lujo de despedir a los trabajadores ni dejar de trabajar poco a poco se ha ido reactivando y esperamos pronto recuperarnos”.

Sin embargo, tuvieron que recurrir a préstamos o vender algunas propiedades para solucionar el problema que trajo consigo este paro económico.

Actualmente son de 30 a 40 trabajadores los que integran la empresa. El sombrero que producen es exportado a todos los estados del país, y han traspasado fronteras para llegar a diversos países, entre ellos Guatemala y Estados Unidos. Ahora el reto es enfrentar los nuevos costos de la materia prima, que aumentó sus precios.

El próximo 10, 11 y 12 de junio se realizará la segunda edición de la Feria Nacional del Sombrero, con el que el gobierno municipal de San Francisco del Rincón, espera una asistencia de 15 mil personas, provenientes de estados como Tamaulipas, Zacatecas, Puebla, Monterrey, Jalisco y el Estado de México, en el que esperan una derrama económica de 5 millones de pesos. El evento contará con la presencia de Cristian Nodal y Emmanuel.

Rocío Godínez | El Sol de León

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