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La lucha por la Tierra es la lucha de todos

Una organización reúne fondos para ayudar a las mujeres indígenas que defienden los recursos naturales y por generar proyectos sustentables en todo el país

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Foto: Cuartoscuro

Con la campaña denominada ¡A toda Madre…Tierra!, la organización Fondo Semillas se sumó a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que este año promueve el tema Igualdad de género hoy para un mañana sostenible.

El propósito es reconocer la contribución de las mujeres en los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todos.

La campaña busca recaudar un millón de pesos, de los cuales ya llevan reunido 68 por ciento, para continuar apoyando a mujeres indígenas y rurales de México que luchan contra la deforestación, el cambio climático y los proyectos que acaban con la naturaleza.

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De acuerdo con Tania Turner, la directora ejecutiva de esta asociación, “el cambio climático tiene consecuencias graves en el desarrollo social, económico y ambiental de las comunidades, particularmente de las mujeres indígenas y rurales, quienes sufren de cerca los efectos de la falta de igualdad en el acceso a los recursos naturales, esto a pesar de que son ellas quienes están en la primera línea para defenderlos ante industrias extractivas”.

Para Fondo Semillas es fundamental promover el empoderamiento de las mujeres y las niñas indígenas y rurales, ya que las considera un factor determinante para sensibilizar a sus comunidades, por lo que su campaña se concentra en apoyar los conocimientos ancestrales y prácticas amigables con el medio ambiente de grupos y colectivos de mujeres de estados como Chiapas, Puebla, Oaxaca, Jalisco y Campeche, entre otros.

Sobre esta iniciativa que reúne dos temas sumamente urgentes -la equidad de género y el medioambiente-, Diana Medina, responsable de Análisis y Fortalecimiento Institucional de Fondo Semillas dice:

“Es una campaña que apela a la concientización que tiene hoy en día la sociedad; creo que todos estamos conscientes del cambio climático, de la pérdida de biodiversidad, de cómo los alimentos están llegando cada vez más con tóxicos y de que buscar cómo revertir esa problemática”.

Diana Medina lamenta que a veces la forma en la que la gente puede tomar acciones es muy limitada, de ahí que surgiera la idea de apoyar a las mujeres campesinas con esta campaña:

“El 80 por ciento de nuestros recursos naturales lo están protegiendo los pueblos indígenas, por eso debemos apoyarlos para que puedan hacer desde el saneamiento de las lagunas, apicultura, etcétera… Pero cuando hablamos de los pueblos indígenas debemos tener en cuenta que la mayoría son mujeres, y sin embargo muchas de ellas no están siendo representadas ni teniendo puestos de liderazgo”, destaca.

Las formas de contribuir con esta causa son dos: donando directamente en el sitio de internet: https://semillas.org.mx/a_toda_madre_tierra o bien adquiriendo una bolsa de manta cuya venta también contribuye al logro de la meta.

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Destaca el hecho de que, aunque estas comunidades son las que verdaderamente cuidan el medio ambiente, en ellas no suele utilizarse la terminología sobre el cambio climático que utilizamos en las grandes ciudades:

“Muchos de estos grupos no nos hablan de un desarrollo sustentable ni de feminismo, esas palabras les suenan como algo muy lejano, sin embargo son muy conscientes de que el medio ambiente es parte de su vida y de que su relación con el medio ambiente es bien distinta de la nuestra. Para ellas es algo natural dedicar tiempo para limpiar una laguna, porque es de ahí de donde históricamente han obtenido sus recursos, ni siquiera se lo cuestionan como probablemente lo haríamos nosotros desde la ciudad”, enfatiza.

Fondo Semillas es una organización que desde hace 30 años apoya a grupos de mujeres en todo México a través de financiamiento, articulación y fortalecimiento institucional.

Como parte del llamado “boom” de las organizaciones de la sociedad civil que surgieron en México a principios de los años noventa, surgio con la idea de poner sobre la mesa las necesidades de las comunidades indígenas de Chiapas, aunque actualmente ya han conseguido llegar a todos los estados de la República.

En estas tres décadas de trabajo, la asociación destaca que no sólo han podido beneficiar a las mujeres, sino también a sus familias:

“Estamos hablando de más de 3 millones de personas alcanzadas de forma indirecta… Hemos pasado de apoyar a unos 20 grupos hace dos décadas y trabajar con más de 150 actualmente, además de que también se están alcanzando cambios en las leyes, para que personas que antes no tenían acceso a servicios legales puedan hacerlo ahora o contar con mayor formación, dependiendo de cada grupo”.

En el caso de los recursos de la campaña “A toda madre… Tierra”, se destinarán a Puebla, Chiapas, Oaxaca, Campeche y Jalisco.

¿Pero cómo se reparten estos recursos que reúne Fondo Semillas? La asociación transfiere el 80 por ciento de las donaciones directo a las organizaciones, luego de que ellas mismas votan por sus mejores propuestas:

“Les pedimos una propuesta donde digan en qué van a usar el dinero y entre ellas mismas votan por el proyecto que consideran prioritario… Y el 20 por ciento restante se destina al fortalecimiento organizacional de Fondo Semillas, así como al pago de nuestros consultores”, cuenta Diana.

Añade que la asociación cuenta con informes de transparencia, disponibles para el público en su propia página, para que cada donador se cerciore de que sus recursos están llegando a su destino.

A manera de cierre, la vocera subraya el talante feminista que tiene la iniciativa: “Si de algo nos hemos dado cuenta es de que las redes de mujeres salvan vidas, por eso es tan importante para nosotras pedirles que compartan sus estrategias de trabajo, como en el caso de Benita Galeana, de Jalisco, quien está luchando contra una minera que contamina las aguas. También apoyamos a dos organizaciones en Cuetzalan, Puebla, que están luchando porque se mantenga la ley de uso de suelo, para prevenir otro tipo de desastres, y al articularlas pues su propio trabajo se potencializa”.

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Cooperativa que trabaja con 30 familias nahuas de Cuetzalan para que adopten prácticas para mitigar y adaptarse al fenómeno del cambio climático y a la vez elevar su nivel de vida, mediante la implementación de técnicas ecológicas, la producción de alimentos sanos y de calidad, y la producción en los traspatios (Kaltzintan) de plantas medicinales para el cuidado de la salud.

Asociación de mujeres que impulsa el desarrollo regional integral sustentable. Desde un enfoque de equidad de género, la asociación brinda talleres de organización comunitaria, ecotecnologías para la sustentabilidad y defensa de los recursos naturales a nivel local. Uno de los pilares de su trabajo es el fortalecimiento de los liderazgos de mujeres mayas tseltales en la defensa del territorio indígena.

Mujeres Pescadoras del Manglar, Villa de Tututepec, Oaxaca. Cooperativa que se ha concentrado en mejorar las condiciones ambientales del Canal del Palmarito que se conecta con la laguna en la que solían pescar, al mismo tiempo que contribuyen al empoderamiento de las mujeres. Se han concentrado en que se reconozca y visibilice la participación de las mujeres en la actividad pesquera.

Muuch Kambal, A.C., Hopelchén, Campeche. Organización conformada por mujeres mayas en Hopelchén, Campeche, que defiende las políticas agrarias y alimentarias que respeten la tierra, las prácticas tradicionales y a las y los habitantes de la región. Trabajan contra la deforestación y el uso de agrotóxicos y transgénicos en los sembradíos.

Centro de Capacitación y Defensa de los Derechos Humanos e Indígenas, A.C., Bocoyna, Chihuahua. Su trabajo contribuye a que las mujeres rarámuris del municipio de Bocoyna, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, conozcan de manera teórica y práctica sus derechos individuales y colectivos para que puedan aplicar estos conocimientos a la defensa de su tierra y patrimonio biocultural.

Tochan, Nuestra Casa, Puebla. Mujeres rurales, indígenas y mestizas que luchan por la protección de la tierra, la biodiversidad, la autonomía y la seguridad alimentaria de las comunidades en las que habitan. Defienden el territorio y su patrimonio de megaproyectos extractivistas, como las hidroeléctricas, que traen consigo la desmesurada deforestación y explotación de mantos acuíferos.

Escuela para Defensoras en Derechos Humanos y Ambientales Benita Galeana, AC, Zapotitlán Tablas, Jalisco. Defienden el territorio de las agroindustrias extractivas, en particular en el tema de la perforación de pozos de agua y en cómo se está cambiando el uso de suelo para que distintas zonas puedan ser taladas y sembradas para cultivo de aguacate.

Alejandro Castro | El Sol de México

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